Militantes de este d¨ªa
D¨ªa das Letras, parece que corresponde la exaltaci¨®n de nuestra lengua y acabar con ese "?mil primaveras m¨¢is para a nosa lingua!" de Cunqueiro, pero me sentir¨ªa culpable. Dejemos eso para los que pretenden envolver en fino guante la mano que asfixie a nuestra lengua. Puede que alg¨²n d¨ªa este 17 de Maio sea un d¨ªa de entusiasmo y alegr¨ªa, pero no es ¨¦ste. A¨²n no, tanto tiempo, tantas generaciones, a¨²n no.
Podemos ser pesimistas por naturaleza, pero no creamos en el pesimismo: es la renuncia a la esperanza, la fuerza misma del ser humano. Queriendo ser optimistas no podemos, hay que conformarse con ser militante, para variar. Militante en ciertas cosas, esas cosas que conforman el sue?o de una Galicia, ¨¦sas en las que insistimos una generaci¨®n y otra. Las mismas que movieron al padre Sarmiento, el primer intelectual galleguista, y al padre Feijoo; las que fueron fusiladas en Carral; la rabia libertaria de Rosal¨ªa; la de nuestros republicanos y galleguistas; la reclamaci¨®n de los antifranquistas. S¨ª, hoy es un d¨ªa pol¨ªtico, la defensa de nuestra lengua es la defensa del derecho a existir una ciudadan¨ªa gallega. Siempre fueron inseparables, lo son ahora m¨¢s claramente que nunca. Hoy, todav¨ªa, nos vemos obligados a ser fieles a nosotros mismos. Todav¨ªa hoy hay que ser antifascistas, antifranquistas, y salir a la calle a defender lo de siempre, la dignidad personal de cada uno de nosotros, personas que habitan este pa¨ªs, y la dignidad colectiva de Galicia. Hoy llover¨¢. Caminar¨¢n de nuevo personas por las calles de Compostela confiando en el poder m¨¢gico de sus pasos, insistiendo una y otra vez en el sue?o de esa Galicia por esas r¨²as contra lluvias, vientos y los que pretenden destrucci¨®n y desesperaci¨®n.
Hoy llover¨¢. Caminar¨¢n personas por Compostela confiando en el poder m¨¢gico de sus pasos
Este a?o se conmemora la figura de Ram¨®n Pi?eiro en este pa¨ªs de gente sentimental e instituciones sin coraz¨®n. Pi?eiro fue espectacular, pasmaba la dureza de su voluntad, y un ciudadano admirable que puso sus trabajos y su vida toda al servicio de este pa¨ªs. Merece ser conmemorado. Sin embargo, sus conclusiones y sus decisiones fueron demasiado aceptables para los enemigos de la misma idea de Galicia, para los que desean su reducci¨®n a cuatro diputaciones, ayuntamientos yuxtapuestos ignorantes unos de otros, perdida en el n¨²mero de las provincias dirigidas desde alg¨²n lugar donde se nos ignore y desprecie.
Cuando perdemos la esperanza le damos la raz¨®n a Pi?eiro, un galleguista que lleg¨® a la conclusi¨®n de que Galicia no pod¨ªa existir pol¨ªticamente, un sue?o imposible, s¨®lo quedaba desear que los amos fuesen comprensivos y conservasen la lengua. Pero es el pesimismo lo que nos ha conducido hasta aqu¨ª, hasta ver un gobierno de la misma Xunta de Galicia que combate nuestra lengua y dice pretender acabar con su "imposici¨®n". Una Xunta que ha tra¨ªdo al interior de nuestra ciudadan¨ªa la semilla de la divisi¨®n y pretende hacer de la lengua que nos une, que delimita el espacio hist¨®rico, cultural, c¨ªvico, el cuchillo que nos divida y nos enfrente. Es un gobierno gallego el que lleva adelante esta ofensiva planificada para destruir lo que otros llevan construyendo desde hace tanto. Estamos con Pi?eiro en su militancia, contra Pi?eiro en su derrotismo.
Es mayor nuestra obstinaci¨®n que nuestro des¨¢nimo. Hoy llover¨¢ en Santiago otra vez y mucha gente volver¨¢ a caminar por sus calles, a pisar las viejas losas para que retumben y acusen a los que vienen a deshacer. Esa gente que camina otra vez y otra dice que no es cierto que debamos emigrar, que no es mejor cerrar la casa y marchar. Niega que no haya futuro aqu¨ª. Quiere que nuestro Gobierno hable nuestra lengua, quiere que los escritores del pa¨ªs escriban sus obras en nuestra lengua propia, que su obra construya aqu¨ª. Esa gente dice que podemos trabajar para cada uno de nosotros, y que nuestro trabajo aqu¨ª fortalece a una Galicia de todos. Y que el m¨¦rito est¨¢ en los que construyen un pa¨ªs, no en los que vienen a destruirlo.
A esos militantes de este d¨ªa no les bastan unas declaraciones oficiales falsas. El futuro de nuestra lengua, bien lo vemos, no est¨¢ en las manos de unos gobernantes que la ignoran y desprecian, est¨¢ en los pies de los que caminan por las r¨²as de Compostela. Antes, ahora y ma?ana tambi¨¦n. Bajo la lluvia, bajo la historia y bajo lo que haga falta. As primaveras para a lingua non se regalan, hainas que ga?ar.
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