Gatos en lugar de toros
Apunten los nombres: Juli¨¢n L¨®pez, El Juli; Manuel Jes¨²s, El Cid, y Miguel ?ngel Perera. He aqu¨ª tres antitaurinos declarados, que ayer hicieron profesi¨®n de fe en la mism¨ªsima plaza de las Ventas. Son tres figuras, por supuesto; figuras que est¨¢n acompa?adas por una pl¨¦yade de veedores que van al campo, se re¨²nen con el ganadero, quien les muestra los toros que tiene apartados para Madrid. Los veedores los ven, que para eso est¨¢n, y emiten su veredicto: "?ste, s¨ª; qu¨ªtame el 24; mueve el jabonero que me parece que puede embestir; ¨¦se, no; aqu¨¦l tampoco me gusta...". Y, claro, faltan toros, y el ganadero, que est¨¢ para servir a su cliente, les ense?a otros que ten¨ªa previstos para plazas de inferior categor¨ªa. Siguen los veedores: "Ese casta?o s¨ª que es bonito; vaya hechuras que tiene aquel negro list¨®n...". Y el ganadero guarda silencio, esconde los que ten¨ªa preparados, embarca la corrida elegida, la aprueban los veterinarios -porque no se olvide que el cartel lo forman tres figuras, la expectaci¨®n est¨¢ por las nubes y a ver qui¨¦n es el presidente valiente que rechaza los toros y se expone a que los toreros se nieguen a torear- y los animales salen al ruedo de Madrid.
CUVILLO / EL JULI, EL CID, PERERA
Toros de N¨²?ez del Cuvillo, muy mal presentados en general; inv¨¢lidos, mansos y descastados. Destac¨® por su nobleza el anovillado quinto.
El Juli: estocada trasera y un descabello (silencio); estocada y descabello (silencio).
El Cid: tres pinchazos y bajonazo (silencio); pinchazo hondo y dos descabellos (palmas).
Miguel A. Perera: estocada baja (palmas); -aviso- pinchazo, casi entera y un descabello (silencio).
Plaza de las Ventas, 17 de mayo. D¨¦cimotercera corrida de feria. Lleno.
Asistieron el rey Juan Carlos y la infanta Elena desde una barrera del tendido 1.
Y, entonces, el p¨²blico se siente estafado porque comprueba que ha venido a ver toros y le ofrecen gatos que, adem¨¢s, demuestran una invalidez enfermiza y una mansedumbre y ausencia de casta desesperante.
Pero quede claro que, con la complicidad de la autoridad, los principales responsables son los tres toreros antes citados. Ellos son los que permitieron que ayer se celebrara un simulacro de corrida, una triste caricatura de una fiesta que est¨¢ basada en toros encastados y poderosos, y no en tullidos borregos que se desploman antes de finalizar la primera carrera. Pero las figuras esperan que uno meta la cabeza, derroche nobleza y les permita demostrar todo el arte que llevan dentro. Pero cometen un error de principiante: esos toros que ayer trajeron a Madrid son id¨®neos para plazas de segunda y tercera, donde estas tres figuras les hubieran cortado orejas y rabos varios. Pero, en Madrid, no. En esta plaza, esos toros son el cuerpo de un fraude.
Sin embargo, hay algo inexplicable en toda esta historia: ?qu¨¦ necesidad tienen El Juli, un torero en un momento extraordinario de poder¨ªo y sapiencia; El Cid, un torerazo que, quiz¨¢, no atraviese su mejor momento; y Perera, que derrocha firmeza y valent¨ªa, de hacer este rid¨ªculo tan espantoso en esta plaza? Incomprensible, pero cierto. ?D¨®nde est¨¢ la inteligencia? ?Qui¨¦nes son los consejeros de estos tres se?ores?
Pero lo cierto es que, entre los tres infligieron un feo bajonazo a la fiesta de los toros. Y si los toreros -las figuras- le pierden el respeto a la fiesta, al toro y al p¨²blico, ?qui¨¦n defender¨¢ este espect¨¢culo de tantos sartenazos como est¨¢ recibiendo? Si el milagro diario es que la gente siga llenando las plazas y pagando un dineral para que reciban a cambio una vergonzosa estafa...
No tiene explicaci¨®n racional que El Juli se haya prestado a esta pantomima. Es, hoy por hoy, un torero que raya la perfecci¨®n t¨¦cnica, y as¨ª lo demostr¨® ante su amorfo lote. Las dos faenas tuvieron pasajes de toreo aut¨¦ntico, con el toro embebido en la muleta, por ambos lados, pero nadie le hizo caso. El ambiente estaba enrarecido desde el primer novillote y nada tuvo ya importancia.
El Cid tampoco tiene perd¨®n. No parece que disfrute de un momento dulce, lo cual es normal en la vida de cualquier figura. Pero lo de ayer... Primero, intenta ponerse bonito con una birria de torete borracho, que fue el segundo de la tarde; despu¨¦s, permiti¨® que lo desbordara un becerrote, al que banderille¨® muy bien Alcalare?o, que tuvo motor en el tercio final y con el que no se acopl¨® en ning¨²n momento. Alg¨²n natural surgi¨® con largura, pero en un conjunto de pases acelerados y destemplados, en una pelea desigual de la que sali¨® triunfador el novillo. Se coloc¨® mal con la derecha, us¨® el pico y toda ilusi¨®n se diluy¨® con m¨¢s pena que gloria.
?Y Perera? Este torero necesita un toro codicioso para que luzca su firmeza y la hondura de su brillante toreo. Su primero, una birria; una buena tanda de derechazos en el sexto, y muy pesado cuando el toro se par¨®.
Si no hay respeto, se?ores toreros, ustedes y no otros acabar¨¢n con los toros.
Por cierto, la fiesta tiene la suerte de que el Rey sea aficionado. Pero don Juan Carlos tiene la negra: raro es el d¨ªa que viene que no le dan gato por liebre. Si es que estos taurinos no respetan ni la Monarqu¨ªa...
La corrida de hoy
- Toros de Pe?ajara. El a?o pasado gustaron, aunque tal vez su juego fue algo sobrevalorado.
- Miguel Abell¨¢n. Cuando parec¨ªa estar mostrando otro aire, de nuevo fue cogido en el muslo en su actuaci¨®n del pasado 9 de mayo, lo que no le impide estar esta tarde.
- Seraf¨ªn Mar¨ªn. Otro que lleva lo suyo en el cuerpo, en cuanto a cornadas se refiere. La de Ajalvir de hace dos a?os fue grav¨ªsima y sus consecuencias se han notado en el n¨²mero de corridas contratadas. Torea con mucho temple.
- El Payo. Confirma alternativa este valiente mexicano, tras haberse consolidado en Am¨¦rica como una de las grandes esperanzas del torero de ese continente.
La corrida se retransmite por Canal + Eventos.
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