El Gobierno planea inundar Daimiel con agua residual depurada

La Confederaci¨®n Hidrogr¨¢fica del Guadiana, dependiente del Ministerio de Medio Ambiente, planea encharcar artificialmente el parque nacional de Las Tablas de Daimiel con agua residual depurada de los pueblos de alrededor. Ese caudal, tratado antes de entrar al parque, permitir¨ªa mantener unas 900 hect¨¢reas encharcadas, frente a las 16 actuales. Esta es una de las medidas del Plan de Restauraci¨®n Gradual de las Tablas de Daimiel que cient¨ªficos del CSIC han preparado para la confederaci¨®n.

El informe, de 105 p¨¢ginas, afirma que salvar el parque "merece la pena", entre otras cosas, por ser "un recurso tur¨ªstico de primera magnitud para Castilla-La Mancha" o "un yacimiento de empleo". Con estas afirmaciones parece responder al informe de cient¨ªficos de la Unesco que ped¨ªa desproteger el espacio si no se recuperaba. Los ecologistas critican m¨¢s bien que la recuperaci¨®n sea artificial, a base de llevar agua desde fuera en vez de centrarse en recuperar el acu¨ªfero que abastec¨ªa al parque.

Pero la confederaci¨®n no lo ve as¨ª y encarg¨® un estudio a cient¨ªficos del Consejo Superior de Investigaciones Cient¨ªficas (CSIC) para buscar soluciones a medio plazo que eviten la penosa situaci¨®n mientras se pone en marcha el plan a largo plazo para recuperar el acu¨ªfero del subsuelo de Ciudad Real y que los pozos ilegales han sobreexplotado.

28 millones

El informe concluye que con una inversi¨®n de 28,58 millones el parque podr¨ªa mantener un aspecto decente, con unas 900 hect¨¢reas de sus 1.600 anegadas gracias al uso de agua depurada. "Por su proximidad y volumen las m¨¢s utilizables ser¨ªan las de Daimiel, Villarrubia y Alc¨¢zar, las cuales ascienden a algo m¨¢s de 10 hect¨®metros c¨²bicos al a?o", se?ala el informe. Unos colectores llevar¨ªan ese agua a la entrada del parque, donde ser¨ªa tratada para eliminar el f¨®sforo y el nitr¨®geno. Estos pueblos beber¨¢n pronto agua del nuevo trasvase del Tajo.

Para inundar Las Tablas completamente har¨ªan falta 16 hect¨®metros, seg¨²n el informe, elaborado por Miguel ?lvarez Cobelas, del Instituto de Recursos Naturales, y Santos Cirujano, del Real Jard¨ªn Bot¨¢nico, ambos del CSIC, en colaboraci¨®n con la consultora Innovaci¨®n Ambiental.

A los 10 hect¨®metros que aportar¨ªan las depuradoras se puede sumar el bombeo de agua del acu¨ªfero (otros 2 hect¨®metros). Ese bombeo se har¨ªa gracias a que Medio Ambiente ha comprado terrenos junto al parque que conllevan dotaci¨®n de agua. Y, finalmente, est¨¢ en estudio la construcci¨®n de una tuber¨ªa que lleve el agua del trasvase del Tajo y evite las p¨¦rdidas. Actualmente, el trasvase se env¨ªa por el cauce del Cig¨¹ela, que suele estar tan seco que la mayor¨ªa del caudal se pierde por el camino (en 2007 s¨®lo lleg¨® el 15%).

Los cient¨ªficos tambi¨¦n propusieron tomar agua de los embalses del Vicario, Gasset o del de Torre de Abraham, opci¨®n que ha descartado la confederaci¨®n porque afectar¨ªa al derecho sobre el agua de los regantes.

El plan de recuperaci¨®n gradual se suma al plan especial del Alto Guadiana, que el presidente Zapatero y Jos¨¦ Mar¨ªa Barreda, presidente de Castilla-La Mancha, anunciaron con una inversi¨®n de 3.000 millones de euros. Ese plan preve¨ªa para 2009 unos 100 millones de euros para comprar derechos de agua a los regantes y as¨ª ir reduciendo el volumen que sacan del acu¨ªfero. Sin embargo, la primera oferta s¨®lo ha sido de 20 millones. La Junta considera que el Gobierno no cumple lo pactado. El Ejecutivo opina que para invertir lo previsto necesita un compromiso mayor a favor de la reconversi¨®n hacia cultivos que consuman menos agua.

El uso del agua depurada es s¨®lo el pen¨²ltimo cap¨ªtulo de una agon¨ªa que comenz¨® en 1956, con la "ley sobre saneamiento y colonizaci¨®n de los terrenos pantanosos pr¨®ximos a los m¨¢rgenes de los r¨ªos Guadiana, Gig¨¹ela y Z¨¢ncara". El texto convert¨ªa "terrenos incultos de car¨¢cter pantanoso o encharcadizo" en regad¨ªos. As¨ª comenz¨® la desecaci¨®n de La Mancha h¨²meda, la lenta muerte del acu¨ªfero 23, una balsa gigantesca que rebosaba por el suelo. El fen¨®meno no lo par¨® ni la declaraci¨®n de las Tablas como parque nacional, en 1973. En sus lagunas conflu¨ªan el agua salina del r¨ªo Cig¨¹ela con la cristalina del acu¨ªfero 23. Y all¨ª anidaban miles de aves.

Los cultivos (primero, cereal y luego ma¨ªz, que requiere m¨¢s agua) redujeron el nivel del acu¨ªfero -ha perdido unos 3.000 hect¨®metros c¨²bicos- y acabaron con las Tablas. La primera vez que se secaron fue en 1995. Diez a?os despu¨¦s, se quedaron sin agua por segunda vez y quiz¨¢ para siempre. Al menos hasta que la mano del hombre las encharque.