Curro Romero, de novillero a matador
Los aficionados a los toros tienen estos d¨ªas importantes motivos de regocijo, en medio de la presi¨®n a la que son sometidos por quienes no comprenden su pasi¨®n taurina. Del lado de la memoria, el gozo viene dado por la exposici¨®n en homenaje y recuerdo a la figura del maestro Curro Romero, titulada Toda una vida, inaugurada ayer en la plaza de Las Ventas por la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, con motivo del 50? aniversario de la confirmaci¨®n de la alternativa del diestro de Camas, que se cumpl¨ªa precisamente ayer. Las palabras que el Fara¨®n dirigi¨® a los aficionados madrile?os con este motivo tuvieron el sabor y el buen gusto de una de sus faenas: "Me disteis el salvoconducto para entrar en el mundo del toro. Os hice sufrir muchas veces y os irrit¨¦, pero no era mi intenci¨®n. Es que cuando sal¨ªa ese toro tan malo y tan feo... Ten¨¦is que reconocer, adem¨¢s, que luego nos reconcili¨¢bamos enseguida".
Noche en el calabozo
La idea de la exposici¨®n, as¨ª como su realizaci¨®n, son del historiador y escritor taurino Carlos Abella, miembro del Consejo Taurino de la Comunidad de Madrid, un aut¨¦ntico aficionado a las efem¨¦rides de todo tipo, y. particularmente, las taurinas. Las fotograf¨ªas, trajes y otros recuerdos, as¨ª como algunas realizaciones de v¨ªdeo, suponen un m¨¢s selecto que exhaustivo repaso por la trayectoria profesional de Curro Romero. Desde que se presentara como novillero en Madrid, hasta el traje campero que visti¨® en el festival en el que se despidi¨® para siempre de los ruedos. Entre las a?oranzas que estas fotos evocan se encuentran fotograf¨ªas y cr¨®nicas de mayo del 67, cuando Curro se neg¨® a matar a un toro, alegando que estaba toreado, lo que le hizo pasar la noche en el calabozo, donde se hizo servir una op¨ªpara cena, para al d¨ªa siguiente hacer una de las m¨¢s grandes faenas que realiz¨® en la plaza de Las Ventas y salir a hombros de ella. Pura est¨¦tica de los sesenta que vuelve a aflorar en el presente con toda su capacidad emotiva. Lo llamativo del caso es que, mientras las facultades se lo permitieron, el toreo de Curro Romero tuvo vigencia en todas las ¨¦pocas en las que estuvo en ejercicio. Y es que la carrera de Curro no experiment¨® declive alguno mientras dur¨® y dio de s¨ª lo que esperaba el p¨²blico, esc¨¢ndalos incluidos.
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