S¨ªmbolo de poder y amistad

El artesano I?aki Alberdi, ¨²nico maestro makilero de Euskadi, lleva trabajando en el anonimato en su taller de Ir¨²n desde hace 26 a?os, pero ahora ha alcanzado notoriedad gracias al bast¨®n de mando que alz¨® el lehendakari Patxi L¨®pez durante su toma de posesi¨®n en la Casa de Juntas de Gernika. La makila de honor que alz¨® ese d¨ªa el mandatario vasco es obra de Alberdi: una vara de madera de n¨ªspero, con pomo de asta, empu?adura de piel de cabra y casquillos de plata de ley. "Es una pieza ¨²nica. No hay dos id¨¦nticas, aunque todas son pr¨¢cticamente iguales", explica su fabricante.

La makila de L¨®pez es similar a otras 500 que realiza al a?o, la mayor¨ªa de las cuales se encargan para regalos con motivo de una jubilaci¨®n, homenajes o despedidas de soltero y bodas. "Se ha convertido en un s¨ªmbolo de amistad y reconocimiento", afirma Alberdi. ?l comenz¨® en este oficio en 1983 y es el ¨²nico superviviente en Euskadi. Sus ¨²nicos competidores son tres artesanos del Pa¨ªs Vasco franc¨¦s. En primavera, acude al monte a localizar n¨ªsperos silvestres. Selecciona las ramas y les realiza unas incisiones en forma de culebra a punta de navaja. El invierno siguiente vuelve para cortarlas. Para entonces, la savia ha formado unas cicatrices que confieren a la makila su caracter¨ªstico perfil. Ti?e la madera al esti¨¦rcol o a la cal viva para darle un tono rojizo. A partir de ah¨ª, la labor contin¨²a en el taller, un espacio presidido por un torno para enderezar los palos y plagado de casquillos met¨¢licos y punzones, limas, tenazas...

Juan Pablo II recibi¨® uno de sus trabajos cuando visit¨® Loiola en 1992

La 'makila' de L¨®pez, hecha con empu?adura de plata, cuesta 500 euros

Alberdi trabaja a mano todo el proceso hasta rematar, en un par de semanas, la makila. Antiguamente se hac¨ªan a medida, tomando como referencia la longitud del brazo, cuenta el artesano irun¨¦s, pero en la actualidad se toman los 90 cent¨ªmetros como tama?o est¨¢ndar.

Talla a golpe de cincel y martillo los casquillos de plata, que llevan grabados motivos t¨ªpicos de la graf¨ªa vasca, principalmente lauburus. En la empu?adura reserva un espacio para esculpir una frase del acerbo popular vasco, como Hitza hitz (La palabra es la palabra) o Nere bideko laguna (Mi compa?era de viaje). Otros prefieren una dedicatoria para el destinatario del regalo.

Sus trabajos tienen un precio que oscila entre los 149 euros del modelo tradicional (con casquillos de lat¨®n) y los 500 euros de la makila de honor. Ha recibido alg¨²n encargo especial, con la empu?adura de oro blanco, cuyo precio se dispar¨® hasta los 3.000 euros.

Numerosas autoridades y personalidades tienen en su poder makilas de Alberdi. Recuerda una que el ex lehendakari Ardanza regal¨® al Papa Juan Pablo II en 1992, durante su visita a la bas¨ªlica de Loiola, o la que recibi¨® el Rey Juan Carlos I cuando acudi¨® en 1986 al centenario de la Universidad de Deusto.