Deriva sin rumbo a ritmo de 'lied'

Unos versos que aparecen en el ¨²ltimo lied del ciclo Viaje de invierno, de Franz Schubert, inspiraron a Andr¨¦s Neuman para escribir El viajero del siglo, una novela ambientada en Alemania en la ¨¦poca rom¨¢ntica, a comienzos del siglo XIX. "Pero no se trata de una novela hist¨®rica", se apresura a matizar el ganador del ¨²ltimo Premio Alfaguara, "ni de lenguaje decimon¨®nico, sino que evoca el pasado desde sus paralelismos con el presente o bien utiliza recursos vanguardistas o bien se sirve de la influencia del cine y de los medios audiovisuales".

El encuentro entre un viajero sin rumbo fijo con el organillero de una peque?a ciudad alemana inventada act¨²a como punto de partida de esta novela que su autor define como "una historia amorosa del romanticismo con toques po¨¦ticos y fant¨¢sticos que no encajan en ese molde". Los versos que music¨® Schubert eran obra del poeta Wilhelm M¨¹ller y dicen as¨ª: "Viejo extra?o, ?debiera / quedarme yo contigo? / ?Querr¨¢s seguir mi canto / al son de tu organillo?". Esa atm¨®sfera nost¨¢lgica y conmovedora de los lieder de Schubert impregna toda la narraci¨®n.

"Es una obra de amor muy f¨ªsico", dice el ganador del Alfaguara de Novela

Hijo de int¨¦rpretes de m¨²sica cl¨¢sica, nacido en Buenos Aires en 1977 y crecido en Granada, el autor de El viajero del siglo se?ala tres ejes principales en su novela que pasan por la met¨¢fora de una villa que resulta dif¨ªcil de abandonar, por una historia de amistad entre el forastero y el organillero y por la pasi¨®n amorosa entre el n¨®mada protagonista y una joven culta y liberal. "De esos padres m¨²sicos", comenta un locuaz y muy expresivo Neuman, "nace mi germanofilia y el deseo de convertir a Alemania en una met¨¢fora del destino de Europa a comienzos del siglo XIX. Me interes¨® mucho tambi¨¦n trazar vinculaciones de aquel periodo con la actualidad, con una Europa que ahora reconfigura sus fronteras y asiste a una evoluci¨®n asquerosamente conservadora".

Al margen de sus ingredientes filos¨®ficos o del aire fant¨¢stico de una villa donde es muy dif¨ªcil orientarse y que lleva por nombre imaginario Wandernburg (ciudad de los que vagabundean), la novela de Andr¨¦s Neuman est¨¢ marcada por una turbulenta historia de amor. "Ahora bien", matiza el ganador del Alfaguara, un premio que se presenta hoy, "he mostrado un amor nada plat¨®nico hasta el punto de reflejar una relaci¨®n muy f¨ªsica, muy sexual e incluso escatol¨®gica. Los protagonistas, Hans y Sophie, est¨¢n descritos con sus defectos porque no estaba dispuesto a caer en el t¨®pico de los h¨¦roes rom¨¢nticos. Quer¨ªa plasmar que ellos se enamoran porque se reconocen como imperfectos". Fruto de las ideas de la Ilustraci¨®n, tanto Hans como Sophie se mueven entre un mar de contradicciones, especialmente ella, que representa a las mujeres pioneras de las primeras d¨¦cadas del siglo XIX. Ambos se debaten entre el eterno dilema de permanecer o marcharse de los lugares que uno habita. "En Wandernburg", aclara el novelista, "todos desean abandonar la ciudad, pero al final no se atreven a hacerlo".

"Plante¨¦ el personaje de Sophie", explica Neuman, "dentro de esa generaci¨®n de escritoras como Mary Shelley o George Sand. Fueron intelectuales educadas en las ideas progresistas de la Revoluci¨®n francesa que se dieron cuenta de que se trataba de una revoluci¨®n de hombres".

Dedicado s¨®lo a la literatura desde que pudo dejar la docencia en la Universidad de Granada, este extrovertido escritor hispano-argentino se declara un incondicional de la mezcla de g¨¦neros y as¨ª lo ha demostrado en sus libros. "Me interesa la capacidad narrativa de la poes¨ªa y la po¨¦tica de las novelas. En una palabra, el mestizaje. Como en El viajero del siglo".