El Blockhaus cita a Sastre con la 'maglia'
La etapa m¨¢s corta del Giro, 83 kil¨®metros, termina en una ascensi¨®n de 18
A las laderas de la Maiella, una de las tres monta?as m¨¢gicas de los Abruzos, no llegan las cicatrices del terremoto. No hay carreteras cortadas, ruinas, edificios marcados por las fatales grietas en equis, las equis fatales que se?alan que a las 3.32 del 6 de abril fueron sacudidos por ambos lados, de derecha a izquierda, de izquierda a derecha. Tampoco se aprecian en la distancia las manchas azules de las tendopolis, las ciudades de lona, los campos de tiendas de campa?a en los que a¨²n sobreviven 30.000 afectados. En las laderas de la Maiella, que se alza en el coraz¨®n de los Abruzos hasta los 2.795 metros, masiva, cubierta de nieve, las ¨²nicas cicatrices visibles son las que le infligieron los Borbones hace siglos, cuando trazaron los caminos que a¨²n hoy, ya asfaltados, se utilizan para atravesarla. Una de ellas sube hasta el Blockhaus, uno de los lugares de culto del ciclismo, un top¨®nimo que s¨®lo figura en los mapas editados despu¨¦s de 1967, cuando Vincenzo Torriani, el mago del Giro, lo bautiz¨® germ¨¢nicamente, Blockhaus, en alusi¨®n a las fortificaciones que los alemanes construyeron durante la Segunda Guerra Mundial sobre los cimientos de los edificios borb¨®nicos.
En el Blockhaus, a m¨¢s de 2.000 metros de altitud, al final de una subida de 23,5 kil¨®metros, gan¨® por primera vez Eddy Merckx. Fue en 1967. Cinco a?os despu¨¦s, en el Blockhaus, pero m¨¢s abajo, a 1.674 meros (tras 18 kil¨®metros de ascensi¨®n al 7%), donde se alza el hotel Mamma Rosa, Jos¨¦ Manuel Fuente, El Tarangu, que llegaba de ganar la Vuelta, conquist¨®, guiado por su instinto de depredador, su primera maglia rosa despu¨¦s de destrozar al pelot¨®n y convertir los apenas 48 kil¨®metros en una fren¨¦tica y matadora cronoescalada: Merckx perdi¨® 2m 36s y 12 corredores llegaron fuera de control. Hoy, transcurridos 37 a?os, el Blockhaus volver¨¢ a tener significado para el ciclismo espa?ol, pues all¨ª, a la altura del Mamma Rosa -la nieve del invierno ha impedido acabar a 2.064 metros- y al t¨¦rmino tambi¨¦n de una etapa ultracorta (83 kil¨®metros), Sastre volver¨¢ a asaltar la maglia rosa.
Ser¨¢ la pen¨²ltima oportunidad para buscar las vueltas a Denis Menchov, el l¨ªder, que dispone de 2m 19s de ventaja sobre el zagal de El Barraco, tercero en la general (segundo es Di Luca, el h¨¦roe de la tierra, que ha convertido la etapa en sus Abruzos en un s¨ªmbolo de la lucha de su pueblo contra los efectos del terremoto), y de la ventaja estrat¨¦gica que lleva emparejada: como en la Vuelta de 2007, en la que la remontada de Sastre se fren¨® en el segundo puesto, el ruso, que aprendi¨® en la escuela de Indurain el arte de la eficiencia, gozar¨¢ de su habilidad para aprovechar las alianzas transversales de aqu¨¦llos que se sit¨²an a sus espaldas. Pero despu¨¦s de aquella Vuelta sucedi¨® un hecho que, seguramente, afectar¨¢ mentalmente a los dos protagonistas del Giro: en la etapa de Pratonevoso del Tour de 2008, Menchov se cay¨® al lanzar su gran ataque. Sastre, que penaba por seguirlo, le super¨®. Dos d¨ªas despu¨¦s, en Alpe d'Huez, Menchov s¨®lo pudo ser el ¨²ltimo que resisti¨® el ataque final del abulense al maillot amarillo.
Mientras Menchov aprovech¨® ayer el d¨ªa de descanso para subir durante hora y media por las pendientes del Blockhaus, Sastre no conoce la llegada. Pero afirma: "No es tan dura como la del Vesubio , pero a ver qu¨¦ puedo hacer". No se f¨ªen de esta afirmaci¨®n. La emite el mismo que la v¨ªspera dijo: "Yo siempre juego con el factor sorpresa. Nadie cree en m¨ª como yo mismo. Mis adversarios me conocen y, sin embargo, les sorprendo".
General: 1. D. Menchov, 70h 6m 30s. 2. D. di Luca, a 39s. 3. C. Sastre, a 2m 19s. 5. I. Basso, a 3m 19s. 12. L. Armstrong, a 11m 6s.
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