Puig i Cadafalch se tir¨® a la piscina
La reforma de Sant Miquel de Terrassa suprime la restauraci¨®n del arquitecto
El arquitecto modernista Josep Puig i Cadafalch es autor de edificios barceloneses tan destacados como la Casa Amatller, el Palau Macaya y la Casa de les Punxes, que siguen despertando admiraci¨®n. Tambi¨¦n restaur¨® numerosos edificios medievales. Durante a?os excav¨® y rehabilit¨® el conjunto de iglesias formado por Santa Maria, Sant Miquel y Sant Pere de Terrassa. En Sant Miquel identific¨® un baptisterio de ¨¦poca visig¨®tica y, al restaurar el edificio, decidi¨® reconstruir, en el centro, una piscina octogonal como la que ¨¦l crey¨® que se utiliz¨® a partir del siglo IV para bautizar a los nuevos cristianos. Puig i Cadafalch se equivoc¨®.
La Direcci¨®n General de Patrinonio la Generalitat ha sido quien ha enmendado la plana a Puig i Cadafalch. En una nueva restauraci¨®n se ha eliminado la piscina al no encontrarse en las investigaciones indicios de que hubiera existido nunca. As¨ª, el edificio ha perdido el significado de baptisterio; un uso que Puig utiliz¨® en su tesis de que el arte rom¨¢nico catal¨¢n era un estilo nacional sin conexiones con el del resto de Espa?a, pero que la arqueolog¨ªa niega ahora. Los ¨²ltimos trabajos apuntan una funci¨®n totalmente contraria del edificio: fue un mausoleo.
La arqueolog¨ªa ha demostrado que la construcci¨®n no era un baptisterio
El conjunto de los tres edificios fueron desde el siglo IV la sede del obispado de Egara. "La construcci¨®n de las primeras catedrales provoc¨® la desaparici¨®n de este tipo de edificaci¨®n de principios del cristianismo que en Terrassa se ha mantenido", afirma el arquitecto Alfred Pastor, responsable de la restauraci¨®n. Explica que la decisi¨®n de suprimir la intervenci¨®n de Puig i Cadafach fue "meditada y dura de tomar". Y a?ade: "S¨¦ que puede suscitar pol¨¦mica, pero las evidencias arqueol¨®gicas, geol¨®gicas y arquitect¨®nicas no apuntaban a que el edificio fuera un baptisterio".
Este arquitecto del Servicio de Patrimonio Arquitect¨®nico de la Generalitat ha coordinado un equipo multidisciplinar para devolver el aspecto original a Sant Miquel. Se ha exhumado un deambulatorio oculto alrededor del edificio, se han abierto dos de las puertas de acceso originales; se han restaurado las pinturas y el pavimento de opus signinum (cal, arena y s¨ªlice), se han limpiado las celos¨ªas y eliminado el cemento r¨¢pido que Puig i Cadafalch us¨® entre los sillares. En el lugar que ocupaba la piscina, se ha colocado una losa cuadrangular de m¨¢rmol travertino flotante. "Una intervenci¨®n reversible", subraya Pastor.
Los trabajos realizados en Sant Miquel (con un presupuesto de 400.000 euros) se incluyen en el plan director aprobado en 1998 por el Ayuntamiento de Terrassa y la Generalitat para restaurar los tres edificios y hacer visitable el conjunto. Tras la rehabilitaci¨®n de Santa Maria, s¨®lo falta intervenir en Sant Pere. En aqu¨¦lla el problema, seg¨²n Pastor, fue hallar el equilibrio entre arquitectura y restos arqueol¨®gicos. Se ha colocado un suelo de l¨¢minas de madera que deja ver las construcciones anteriores, sobre todo cuando se ilumina la parte inferior. Esto permite celebrar la liturgia con normalidad.
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