Pellegrini reabre la era Florentino

Florentino P¨¦rez fue investido ayer como presidente del Madrid en un acto multitudinario que satur¨® el palco del Bernab¨¦u con socios, representantes de las administraciones locales (como el alcalde, Alberto Ruiz-Gallard¨®n), presidentes de otros clubes (Enrique Cerezo, del Atl¨¦tico, y ?ngel Torres, del Getafe) ex jugadores y directivos (Emilio Butrague?o), responsables de la Liga (Javier Tebas) y ejecutivos de la federaci¨®n (Jorge P¨¦rez). Tras declarar en su discurso que, para ¨¦l, "es una verdadera obsesi¨®n convertir al Madrid en el mejor club del siglo XXI", P¨¦rez dedic¨® la tarde a cerrar el contrato de Manuel Pellegrini como entrenador. El t¨¦cnico chileno, que dirigi¨® al Villarreal desde 2003, firmar¨¢ por dos temporadas y hoy ser¨¢ presentado en el Bernab¨¦u. Para desvincular a Pellegrini del club castellonense, el Madrid deber¨¢ pagar cuatro millones de euros por su cl¨¢usula de rescisi¨®n.

"Para m¨ª", dice P¨¦rez, "es una obsesi¨®n hacer del club el mejor del siblo XXI"

La nueva junta celebr¨® su primera sesi¨®n despu¨¦s del acto de investidura, pasado el mediod¨ªa. Lo primero que firmaron los directivos fue el c¨®digo ¨¦tico, norma que adoptan para "autoimponerse la m¨¢s absoluta y estricta incompatibilidad para contratar con el club". Este c¨®digo se hace extensible a los familiares y sociedades en las que tengan participaci¨®n. A continuaci¨®n, la junta firm¨® el contrato que nombra a Jorge Valdano director general y adjunto al presidente; el contrato de Miguel Pardeza, que ser¨¢ director deportivo, y el contrato por el cual se vincula a Zinedine Zidane en calidad de asesor del presidente. Ahora Valdano estudia la contrataci¨®n de Ram¨®n Mart¨ªnez como director de la cantera.

Florentino P¨¦rez, la sexta mayor fortuna de Espa?a, tom¨® el poder de manos del naviero Vicente Boluda, que en su discurso dijo que, "como hombre de mar", hac¨ªa entrega de "una nave que navega con viento a favor". La investidura se desarroll¨® al calor de dos multitudes que cruzaron caminos en el palco del Bernab¨¦u. En una direcci¨®n fue la columna saliente con los directivos de la ¨¦poca de Calder¨®n, sus ejecutivos y sus empleados. En la otra march¨® la comitiva de los que regresan con P¨¦rez, los miembros de su junta y sus fontaneros. En el medio del remolino hicieron equilibrio los representantes de las instituciones y aqu¨¦llos que se quedan sin saber cu¨¢l ser¨¢ su destino. Hubo carreras nerviosas, adulaciones imprevistas y aplausos tensos. Pero, en general, el evento tuvo m¨¢s momentos de concordia social que de turbulencia.