Reparos al aborto
El amplio rechazo social del aborto adolescente sin permiso paterno impone una reflexi¨®n
El mayoritario rechazo social que produce en Espa?a el aborto adolescente sin permiso parental es un jarro de agua fr¨ªa para el proyecto de ley del Gobierno socialista. La encuesta publicada ayer por EL PA?S muestra que el 64% de los encuestados est¨¢ en contra de que las j¨®venes de 16 y 17 a?os puedan interrumpir su embarazo sin el permiso de sus progenitores o tutores. Otros sondeos difundidos estos d¨ªas arrojan resultados similares, lo que debe llevar a una serena reflexi¨®n sobre este asunto.
El debate se ha abierto ya en el seno del partido socialista, evidenciando las discrepancias internas, pero tambi¨¦n se?alando los obst¨¢culos y sus posibles soluciones. Todo indica que son muchos los que se resisten a imaginar a una menor de edad tomando sola una decisi¨®n tan grave sobre su vida sin el apoyo y el consejo familiar. De hecho, en la pr¨¢ctica, lo normal es que las j¨®venes aborten acompa?adas de alguien de su entorno.
S¨®lo las j¨®venes que viven circunstancias dif¨ªciles (ausencia de los padres, por ejemplo), o las que tienen un entorno incapaz de admitir o gestionar un conflicto como ¨¦ste, se ven obligadas a interrumpir solas sus embarazos o acudir a cl¨ªnicas clandestinas que ponen en riesgo su salud. Pero cabe admitir que la propuesta de reforma de la ley, tal como est¨¢, podr¨ªa fomentar indirectamente esa soledad de la joven ante una decisi¨®n (la de abortar o la de proseguir con el embarazo) que va a tener una influencia decisiva en su vida. No es, por tanto, descabellado pensar en introducir cautelas que faciliten ese acompa?amiento a la hora de sopesar las consecuencias de la decisi¨®n. La ¨²ltima palabra debe corresponder siempre a la joven embarazada, principio necesario para evitar que una decisi¨®n tan personal, en el sentido que sea, le venga impuesta por los padres: los antiabortistas deber¨ªan contemplar tambi¨¦n la eventualidad de unos padres que quieran imponer el aborto a su hija menor de 18 a?os contra su voluntad.
El conocimiento obligatorio de los padres podr¨ªa producir los mismos problemas que origina la ley actual: el aborto clandestino y la ocultaci¨®n ante el temor a la reacci¨®n familiar. Francia ha establecido la posibilidad de acudir al aborto de la mano de un adulto, aunque ¨¦ste no sea padre o tutor.
En Espa?a, en principio, una joven espa?ola que acude a abortar al sistema sanitario dispone de acompa?amiento m¨¦dico y social, lo que le ayudar¨¢ a reflexionar antes de tomar la decisi¨®n definitiva. Reforzar todos esos mecanismos podr¨ªa reducir el nivel de rechazo social que indican las encuestas y, al tiempo, facilitar la implantaci¨®n de este irrenunciable principio de otorgar a las adolescentes la misma libertad de criterio de la que ya disponen para casarse y mantener relaciones sexuales desde los 16 a?os sin permiso paterno. El cambio normativo ha de debatirse a¨²n en el Parlamento, donde la norma puede mejorarse y lograr el consenso deseable en este tipo de leyes.
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