El toro miedica
La corrida fue otro desfile de toros inv¨¢lidos, enfermos o vaya usted a saber... Otra muestra vergonzosa del antitoro como manifestaci¨®n del fracaso ganadero. Estas piltrafas que proclaman su ruina revolc¨¢ndose por la arena adulteran la esencia de la lidia y convierten la corrida en un espect¨¢culo denigrante y tedioso.
Ya est¨¢ dicho todo. El resto es pura an¨¦cdota, porque, desaparecido el protagonista de la pel¨ªcula, todo deriva hacia el naufragio tragic¨®mico. Hubo momentos para la sonrisa triste, para la burla, para la verg¨¹enza ajena, y, tambi¨¦n, por qu¨¦ no, para destellos de torer¨ªa.
Entre tanta escoria de toro, hubo uno, el primero, que lleg¨® a provocar la hilaridad general por su miedo esc¨¦nico desde que sali¨® al ruedo. Bueno, m¨¢s que salir, pareci¨® que lo empujaron. Y se afligi¨® al ver a tanta gente junta, pendiente de sus movimientos. Se negaba a obedecer a los capotes, topaba antes que embestir y, sobre todo, corri¨® como un descosido por toda la plaza huyendo de su propia sombra. No es que fuera manso; es que era un buey feo y de cara acochinada, atenazado por un miedo natural e irrefrenable. Como si no fuera hijo de su padre; es decir, de un bravo semental, sino de alg¨²n amor furtivo de vaca alegre en noche de luna llena. Era ver a un torero cerca y sal¨ªa disparado en sentido contrario. Lleg¨® a parapetarse en las puertas de los chiqueros y miraba a todos como suplicando que se las abrieran para volver a los corrales. Picadores y banderilleros dedicaron su tarea a perseguir al cobarde y no consiguieron m¨¢s que un desorden general porque el animalito no fue capaz de superar su fallo gen¨¦tico. Pero, sin atisbo de broma, as¨ª est¨¢ el toro de hoy: en lugar de perseguir huye como un conejo asustado hacia la madriguera.
PUERTO / El CID, CASTELLA, TENDERO
Toros de Puerto de San Lorenzo, -el cuarto, devuelto- y un sobrero
de Antonio Palla, desigualmente presentados, mansos e inv¨¢lidos.
El Cid: media y cuatro descabellos (algunos pitos); bajonazo (pitos).
Sebasti¨¢n Castella: media tendida y ca¨ªda y un descabello (ovaci¨®n); estocada (silencio).
Miguel Tendero, que tom¨® la alternativa: estocada trasera -aviso-
y un descabello (vuelta); pinchazo y estocada baja (silencio).
Plaza de Las Ventas. Martes 2 de junio. Primera corrida de la feria del aniversario. Lleno.
Son toreros hijos de su ¨¦poca, la de la falta de respeto al toro bravo y al p¨²blico
Hubo momentos para la sonrisa triste, para la burla y para destellos de torer¨ªa
Llegados a este punto, conviene recordar un dato importante: la corrida era de post¨ªn y estaba integrada por dos primeras figuras del toreo y un chaval que se encontr¨® con la loter¨ªa de tomar la alternativa. Dos figuras, El Cid y Castella, y toros podridos. ?Alguna relaci¨®n, acaso? Toda. Ellos eligen ganader¨ªa y toros, y son los primeros responsables del fracaso.
Pero hay m¨¢s: una figura del toreo debe serlo en todo momento, y no es comprensible ni aceptable que El Cid y Castella hicieran perder el tiempo a todos dando pases y m¨¢s pases insulsos a insoportables inv¨¢lidos entre las protestas del respetable. El Cid hasta lleg¨® a sonre¨ªr mientras el p¨²blico protestaba, y ¨¦l insist¨ªa en dar un mantazo y otro. Pues m¨¢s seriedad, se?or Campeador; menos sonrisa burlona y m¨¢s toro. Menos hacer el rid¨ªculo de pretender justificar lo injustificable y anunciarse con otros hierros que, al menos, tengan la seriedad de la que ayer careci¨® la corrida del Puerto de San Lorenzo. Pero estos toreros son hijos de su ¨¦poca, que no es otra que la de la falta de respeto al toro bravo y al p¨²blico.
Nada hizo El Cid que mereciera la pena. Buena disposici¨®n, sin embargo, la de Castella, que hizo un quite por ajustadas chicuelinas a su primero, al que recibi¨® de muleta con cuatro estatuarios muy ce?idos, que hizo albergar una esperanza que fue vana porque el toro dur¨® muy poco. Y como es figura moderna se puso tan pesado como su compa?ero en el quinto, y all¨ª seguir¨ªa toreando todav¨ªa si no le avisan de que hab¨ªa que cenar. Por cierto, gloria para Curro Molina, que puso un soberbio par de banderillas al segundo, asom¨¢ndose de verdad al balc¨®n.
Y Tendero fue el que se encontr¨® con el toro miedica, que lleg¨® a la muleta enfadado y con genio en vista de que nadie lo dejaba tranquilo. Encima, el joven, all¨ª, muleta en mano, presion¨¢ndole para que embistiera. Y embisti¨® con violencia. Y Tendero aguant¨® con pundonor y entrega en varias tandas que resultaron emocionantes, en especial, tres naturales ligados con el de pecho. Pero, ?qu¨¦ pas¨®? Pues, pas¨® que se entreg¨® como un torero cuando hac¨ªa falta un h¨¦roe. Ese toro exig¨ªa una gesta, y el torero s¨®lo puedo hacer un gesto. No estuvo mal, no, pero con toros as¨ª han triunfado grandes figuras a lo largo de la historia. Y, ayer, le toc¨® la loter¨ªa de tomar la alternativa en Madrid ante una plaza llena, lo que es una suerte para jugarse el todo por el todo. Quiso arreglarlo con decisi¨®n en el ¨²ltimo, al que tore¨® bien a la ver¨®nica, pero era otro inv¨¢lido que le ofreci¨® pocas opciones.
La Corrida de la Beneficencia
- Toros de Victoriano del R¨ªo. Ser¨ªa una pena que se hubiera contagiado de la bronquedad y violencia que afecta a muchas ganader¨ªas. Ha demostrado en los ¨²ltimos tiempos ser una de las que mejor equilibrio mantiene entre calidad y comercialidad.
- El Juli. Con uno de estos toros realiz¨® su gran faena de hace dos a?os en este mismo coso. Deber¨ªa apretar para no pasar inadvertido por Madrid.
- Jos¨¦ Mar¨ªa Manzanares. Ha demostrado tener, adem¨¢s de un toreo de clase extraordinaria, pundonor
y arrestos cuando la ocasi¨®n lo requiere. Ojal¨¢ le veamos hoy en su mejor dimensi¨®n.
- Miguel ?ngel Perera.
Tal vez encuentre en su lote los toros con la embestida
y el empuje que requiere su toreo poderoso y, a la vez, templado.
- La corrida se retransmite por Canal + Eventos.
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