China refuerza el muro de silencio sobre la matanza
La revuelta estudiantil es a¨²n un tema tab¨² pese al gran cambio experimentado por la sociedad en dos d¨¦cadas
El 3 de junio de 1989, por la noche, el Ej¨¦rcito Popular de Liberaci¨®n (EPL) entr¨® en las calles de Pek¨ªn a sangre y fuego para poner fin a seis semanas de protestas pac¨ªficas por parte de decenas de miles de estudiantes, obreros e intelectuales, que ped¨ªan reformas pol¨ªticas y se quejaban de la gran corrupci¨®n reinante y la inflaci¨®n. La ley marcial hab¨ªa sido declarada el 20 de mayo, en medio de luchas internas de poder en un Partido Comunista Chino (PCCh) dividido sobre c¨®mo hacer frente a las manifestaciones. A instancias del ala dura del partido, el l¨ªder chino, Deng Xiaoping, opt¨® por la represi¨®n, y los soldados se abrieron paso hacia la plaza Tiananmen a disparos. Varios cientos de personas -miles, seg¨²n algunas fuentes- cayeron bajo las balas en las calles que conducen a Tiananmen. Algunos soldados fueron linchados y camiones militares incendiados por los manifestantes en respuesta. Para las 5.40 del 4 de junio, la plaza hab¨ªa sido desalojada.
Pek¨ªn ha bloqueado el correo electr¨®nico de Hotmail y los mensajes de Twitter
Veinte a?os despu¨¦s, Tiananmen sigue siendo un tema tab¨² en China. Pek¨ªn ha construido un s¨®lido muro de silencio, en un intento por borrar el drama de la historia. Las autoridades suprimen todo debate al respecto, vetan la informaci¨®n en los medios oficiales, censuran Internet y someten a vigilancia y detienen a los activistas y familiares de las v¨ªctimas, que cada a?o por estas fechas exigen a Pek¨ªn que pida perd¨®n, revele cu¨¢nta gente muri¨®, haga p¨²blicos sus nombres y revierta el veredicto oficial de que los manifestantes eran "contrarrevolucionarios".
"El otro d¨ªa tuvimos una reuni¨®n en la que nos prohibieron que habl¨¢ramos del tema con otra gente y nos dijeron que estuvi¨¦ramos al tanto por si alguien quer¨ªa organizar alg¨²n acto o manifestarse", cuenta con cautela un funcionario del Gobierno. Ayer fueron bloqueados el servicio de correo electr¨®nico Hotmail y el de mensajes Twitter.
"El departamento de Propaganda y la polic¨ªa pol¨ªtica han establecido un sistema de estricta censura. La autocensura y la ignorancia de las j¨®venes generaciones de periodistas chinos hace el resto", afirma la ONG Reporteros Sin Fronteras (RSF).
La matanza de Tiananmen, conocida en China como liu si (seis cuatro), es una de las heridas m¨¢s profundas de la memoria colectiva china, especialmente en Pek¨ªn, donde llegaron a manifestarse en algunos momentos m¨¢s de 300.000 personas. Pero pocos son quienes conocen los detalles y hablan del 4 de junio abiertamente. Y pocos quienes saben que Zhao Ziyang, entonces secretario general del PCCh y n¨²mero dos en la jerarqu¨ªa del pa¨ªs, se opuso a enviar los tanques, y hasta su muerte en enero de 2005 permaneci¨® bajo arresto domiciliario. Entre los j¨®venes, el desconocimiento es generalizado.
Los chinos est¨¢n hoy m¨¢s centrados en progresar econ¨®micamente que en recordar un pasado doloroso. Una posici¨®n que es alimentada y es consecuencia de la actitud de las autoridades. "Hace tiempo que nuestro partido y nuestro Gobierno llegaron a una conclusi¨®n sobre los sucesos en China de finales de los ochenta, los disturbios pol¨ªticos y todo lo dem¨¢s", ha afirmado Ma Zhaoxu, portavoz de Exteriores. "Los hechos prueban que la senda del socialismo con caracter¨ªsticas chinas recorrida est¨¢ de acuerdo con las condiciones nacionales de China y el inter¨¦s b¨¢sico de la mayor¨ªa de la gente, y refleja los deseos del pueblo".
Seg¨²n Ren¨¦e Xia, del grupo de activistas Human Rights Defenders, los l¨ªderes "temen que si la verdad sale a la luz, el Gobierno se vea bajo presi¨®n para llevar a los responsables ante la justicia". En sus memorias, publicadas recientemente en Hong Kong, Zhao Ziyang cuenta c¨®mo el entonces primer ministro Li Peng, que vive en su retiro, maniobr¨® en su contra e influy¨® sobre Deng para acabar por la v¨ªa militar con las movilizaciones.
En las semanas que siguieron al 4 de junio, algunos disidentes huyeron del pa¨ªs. Otros manifestantes fueron detenidos, y r¨¢pidamente ejecutados. Cientos fueron encarcelados. Seg¨²n ONG extranjeras, a¨²n quedan 30 en prisi¨®n.
Pero la China de hace 20 a?os no es la misma hoy. "China ha avanzado mucho desde 1989, aunque es una pena que no sea m¨¢s democr¨¢tica. El Gobierno no habla de lo ocurrido, pero eso no significa que no haya aprendido la lecci¨®n. Entonces hab¨ªa mucha rabia y un gran descontento. Los intelectuales y profesionales urbanos jugaron un papel muy importante. Pero ahora no habr¨¢ otro 1989, porque el Gobierno ha demostrado ser muy resistente y adaptable. Ha cortejado a los profesionales urbanos y a los acad¨¦micos, y ahora los trata muy bien. Intelectuales y estudiantes est¨¢n contentos", asegura Zhang Lijia, antigua obrera, l¨ªder durante las protestas en Nanjing (capital de la provincia costera de Jiangsu hoy escritora. "China se ha convertido en materialista, y el Gobierno anima esto. Por un lado, se muestra m¨¢s humano y popular y por otro reprime con dureza a quien disiente. Dice: 'No pienses en democracia, tienes muchas oportunidades, aprovecha y olv¨ªdate de la pol¨ªtica".
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