Por cortes¨ªa del BNG
Si los candidatos en la noche electoral fueran sinceros e hicieran otra cosa que intentar convencernos de ser ganadores, en Galicia, Feij¨®o y Pachi V¨¢zquez habr¨ªan dado las gracias p¨²blicamente al BNG por la gentileza de cederles sin combate o disputa todo el espacio electoral preciso para poder otorgar lustre a sus resultados haciendo nada. Si hubiera justicia en la pol¨ªtica, habr¨ªan llamado a Rodr¨ªguez, el longevo l¨ªder del BNG y de la UPG, para decirle de coraz¨®n: "Gracias Paco".
Los populares gallegos se jactan de un espectacular crecimiento porcentual de tres puntos, que se traduce en el astron¨®mico montante de 2.733 votos m¨¢s que hace cinco a?os y 200.000 menos que en marzo. No crecen tanto los votos como el impacto porcentual del derrumbe nacionalista. Otro porcentaje tan llamativo como irrelevante lo aporta que el PSOE ha recortado en un punto la diferencia del 1-M. Otro "gran ¨¦xito" expresado en la p¨¦rdida de 45.000 papeletas en europeas y el doble en las gallegas.
Los votantes nacionalistas se quedar¨¢n en casa hasta que no haya renovaci¨®n ideol¨®gica
Feij¨®o ha mantenido sus resultados obteniendo un ¨¦xito meritorio pero relativo. No es mucho pedir a qui¨¦n a¨²n disfruta del cr¨¦dito que da estrenar gobierno y carecer de rivales. Ninguno de sus oponentes pasa de estar en pr¨¢cticas o de transici¨®n. Feij¨®o compet¨ªa contra s¨ª mismo y ha empatado. No ha logrado hacer buena pesca entre los 80.000 cedidos por sus rivales. Si no lo consigue ahora, con todo favor, algo tendr¨¢ que ver una acci¨®n de gobierno tan desconcertante casi siempre como misteriosa en ocasiones; en especial su acreditada capacidad para cabrear a una parte del pa¨ªs haci¨¦ndole luz de gas al gallego. Pachi V¨¢zquez ha buscado refugio en la leyenda del voto urbano, obviando que los populares mantienen su estatus de primera fuerza. La proclamada recuperaci¨®n de cinco puntos tiene causa de nuevo en la desinteresada contribuci¨®n nacionalista. Los socialistas han perdido votos absolutos, sin atraer para su causa los apoyos en deserci¨®n desde el campo vecino.
Si quieren un ganador, busquen en el chiringo de Rosa D¨ªez, progresando 10.000 sufragios desde el 1-M. Si quieren un perdedor, miren al BNG, que pierde la cuarta parte de sus votos en 2005 y el 60% de marzo. Con el agravante de que la mayor¨ªa se ha ido en las ciudades, donde est¨¢ eso que Rodr¨ªguez o Beiras llaman el voto din¨¢mico, no ese voto rural que con tanta frecuencia menosprecian. La decisi¨®n estrat¨¦gica impulsada por la nueva direcci¨®n de girar m¨¢s hacia la presunta izquierda, abandonar Galeusca y embarcarse con Esquerra para ir a buscar votos donde no hay, ha dejado m¨¢s libre a socialistas y populares el espacio donde s¨ª hay voto en Galicia: la izquierda y el nacionalismo moderados. Un buf¨¦ libre del cual s¨®lo han sabido servirse estad¨ªsticamente. La decisi¨®n de preocuparse por intentar contentar a los electores perdidos en marzo, olvid¨¢ndose por completo de atender a ese 16% de gallegos que dio su apoyo al proyecto de Quintana, ha tra¨ªdo caer por debajo de la barrera psicol¨®gica del 10%. Prescindir alegremente de su ¨²nico activo electoral, el propio Quintana, sin disponer de recambio seguramente no habr¨¢ ayudado a contener la fuga masiva.
El nacionalismo afronta un serio peligro de encaminarse hacia la extinci¨®n o la irrelevancia electoral. Est¨¢ en su mano. Los votantes se han quedado en casa, no se han ido con el cartero. Pero si la respuesta es la suministrada hasta ahora, se ir¨¢n. Si el an¨¢lisis contin¨²a siendo que no se ha girado lo suficiente hacia la izquierda y por eso vuelve a ganar la derecha, o que por no haber virado dabondo hacia el soberanismo de sal¨®n ha ganado el neoespa?olismo, el BNG caminar¨¢ de victoria en victoria hasta la derrota final. Seguramente, esos electores se plantear¨ªan volver a casa, si la respuesta es jubilar a una clase dirigente convertida en el problema e iniciar la renovaci¨®n ideol¨®gica hacia el nacionalismo posible que demandan y donde la mayor¨ªa no est¨¢ fuera esperando a ser liberada o descubierta, sino que debe construirse por la v¨ªa del convencimiento, atendiendo sus demandas con pol¨ªticas modernas y eficientes e integrando la compleja pluralidad de la sociedad que se aspira a gobernar.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.