La ca¨ªda de tr¨¢fico y los sobrecostes atenazan a las autopistas de peaje
El Gobierno acepta ayudar a las radiales de Madrid a pagar las expropiaciones
El declive comenz¨® en 2007. El pasado a?o la ca¨ªda del tr¨¢fico en las autopistas espa?olas de peaje fue la mayor con diferencia desde 1990, cuando comienza la serie estad¨ªstica disponible. Pero nada como el batacazo del primer trimestre de 2009: las casetas de los peajes tienen un 15% menos de clientes de media respecto al mismo periodo de 2008, seg¨²n los datos oficiales.
La crisis econ¨®mica no perdona al transporte por carretera, "muy sensible a la coyuntura", seg¨²n la expresi¨®n del presidente de la Asociaci¨®n de Sociedades Espa?olas Concesionarias de Autopistas (Aseta), Jos¨¦ Luis Feito. Entre los damnificados, las autopistas de peaje. Pocas se salvan del baj¨®n, pero en el caso de las m¨¢s modernas, las inauguradas a partir de 2004 (las cuatro radiales de Madrid, la autopista Cartagena-Vera y la circunvalaci¨®n de Alicante), la situaci¨®n econ¨®mica de las concesionarias es muy delicada no s¨®lo porque ven fracasadas sus expectativas de ingresos sino por la enorme losa de los sobrecostes de expropiaciones.
Cuando salieron a concurso, se tom¨® como referencia una valoraci¨®n de los terrenos como si fuesen simples campos de cereales, unos dos euros el metro cuadrado. Pero la Ley del Suelo de 1998 puso precio a los sue?os inmobiliarios y los tribunales han tenido que aceptar que esos terrenos hay que pagarlos como suelo urbanizable o incluso urbano. A unos 40 euros de media, explica Feito. "Tanto las estimaciones de Aseta como las del Gobierno dan cifras muy parecidas, una deuda global de entre 1.500 y 2.000 millones de euros", a?ade.
Muchos casos han llegado al Supremo y en los pr¨®ximos meses llegar¨¢n las ejecuciones de sentencias. El Gobierno es consciente de la grave situaci¨®n financiera en la que sit¨²an esas deudas a algunas concesionarias y acepta que tendr¨¢ que ayudar a pagar los sobrecostes, seg¨²n admite el Ministerio de Fomento.
"No hay soluciones ¨®ptimas", afirma Feito, que explica que se barajan dos posibilidades. O bien el Estado concede cr¨¦ditos participativos, lo que potencialmente le dar¨ªa derechos en las empresas pero no incrementar¨ªa el d¨¦ficit, seg¨²n el presidente de Aseta, o el Estado, que es el propietario ¨²ltimo de los terrenos, los compra directamente. Esta ¨²ltima es la que prefieren las concesionarias.
Las implicaciones del asunto van m¨¢s all¨¢ porque, seg¨²n explica Feito, hay entidades financieras (no da nombres) involucradas en situaci¨®n "ag¨®nica".
Y porque la incertidumbre sobre los costes de expropiaci¨®n (que a juicio de Feito no ha quedado resuelta con la nueva Ley del Suelo, de 2008) hacen muy dif¨ªcil que, sin una soluci¨®n global, las empresas privadas quieran asumir ese tipo de obras y los bancos financiarlas, "aunque la situaci¨®n de liquidez fuese la de a?os pasados".
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