"?Por qu¨¦ tengo que llevar pa?uelo?"
Millones de j¨®venes se movilizan en las urnas con la esperanza de un cambio de Gobierno que traiga mayores libertades civiles y trabajo bien remunerado
Las colas a las puertas de los colegios electorales iran¨ªes eran tanto una prueba de la alta participaci¨®n como un muestrario de la diversidad local. Mujeres con chador, chicos con el pelo engominado, funcionarios vestidos de gris impenitente, chicas con falsos pa?uelos de Herm¨¦s y maquillajes de estrella de cine, tacones, zapatillas de deporte, zapatos de domingo. Todos los iran¨ªes posibles acudieron ayer a votar. Pero el entusiasmo parec¨ªa mayor entre quienes buscaban un cambio, j¨®venes y mujeres profesionales, sobre todo.
"S¨®lo vot¨¦ en el refer¨¦ndum para la Rep¨²blica Isl¨¢mica y ahora, despu¨¦s de 29 a?os, he decidido volver a hacerlo porque creo que Musav¨ª va a defender los derechos de las mujeres y de los j¨®venes", afirma Saide Roshanfekr. Esta ama de casa de 52 a?os, que espera con paciencia su turno ante la mezquita de Al Rasul, en la plaza de Kaj, al noroeste de Teher¨¢n, asegura que si su candidato favorito sale elegido y no cumple sus promesas, se sentir¨¢ legitimada para reclamar sus derechos.
Mir Hosein Musav¨ª se ha comprometido durante la campa?a a trabajar para acabar con la discriminaci¨®n de las mujeres en la legislaci¨®n iran¨ª. Adem¨¢s, en un gesto sin precedentes en Ir¨¢n, el candidato al que se ha encomendado la antorcha reformista ha contado con la presencia en sus m¨ªtines de su esposa, Zahra Rahnavard, artista y profesora universitaria de reconocido prestigio. La visibilidad de esta mujer contrasta con el segundo plano al que el r¨¦gimen isl¨¢mico ha querido confinar a las iran¨ªes. Ayer mismo, Rahnavard acudi¨® a votar con su marido y ambos introdujeron sus respectivos votos a la vez en la urna.
"Nos preocupa el futuro de nuestro pa¨ªs y este Gobierno no ha dado respuestas a los j¨®venes", explica Shagayeg a las puertas de la escuela primaria masculina M¨¢rtir Bahonar. Esta ingeniero el¨¦ctrico de 25 a?os denuncia las dificultades de la vida cotidiana en el cuarto productor de petr¨®leo mundial. "Soy de Rasht, pero he tenido que venir a Teher¨¢n para encontrar un trabajo decente", cuenta. A su lado, una amiga con un m¨¢ster en Inform¨¢tica se queja del sueldo de miseria que le pagan en la universidad.
"Tambi¨¦n la libertad es importante para nosotras", a?ade Shagayeg ante la anuencia de sus acompa?antes. "Soy musulmana, pero ?por qu¨¦ tengo que llevar este pa?uelo? ?Cu¨¢l es la diferencia entre mi pelo y el de un chico? ?Por qu¨¦ tengo que esconder mi cuerpo con esta bata?" La vehemencia de sus palabras, en un m¨¢s que correcto ingl¨¦s, ha hecho que el pa?uelo se deslice sobre su pelo y una de sus amigas se lo recoloca. Todas saben que Musav¨ª no va a hacer milagros.
"Al menos nos ha dado esperanzas. Es un hombre educado, que entiende mejor el mundo y que como presidente dar¨¢ una imagen mejor de nuestro pa¨ªs", concluye. Ese problema, el de la imagen, preocupa a muchos j¨®venes y no tan j¨®venes. Durante decenas de conversaciones mantenidas ayer en las colas para votar, result¨® ser un tema recurrente. "Los iran¨ªes queremos tener un presidente que sea respetado en el mundo", defiende Grigor, un joven armenio para quien el deseo de un cambio en la pol¨ªtica exterior ha sido fundamental a la hora de decidir su voto.
Y ese deseo de dar un giro a la actual situaci¨®n no se limita s¨®lo a las clases medias urbanas y educadas. Tambi¨¦n entre los j¨®venes de las clases obreras Musav¨ª ha tenido cierto tir¨®n.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.