El puzle del Airbus empieza a encajar
Faltan datos, pero los mensajes del avi¨®n de Air France y las autopsias indican una desintegraci¨®n en pleno vuelo - La caja negra es clave para resolver el enigma
Alain Bouillard, director de la Oficina de Investigaciones y An¨¢lisis A¨¦reos, el organismo franc¨¦s que se encargar¨¢ de determinar las causas del enigm¨¢tico accidente del Airbus 330, describe as¨ª su m¨¦todo de trabajo: "Ahora recogemos las piezas de un puzle; todav¨ªa ni siquiera las estamos colocando juntas unas a otras". La precavida oficina oficial francesa puede que a¨²n no, pero desde Brasil y desde Francia, otros organismos y otros expertos s¨ª que empiezan ya a acoplar los elementos de que disponen: los mensajes autom¨¢ticos enviados por el avi¨®n poco antes de (o mientras) se precipitaba al oc¨¦ano y la cincuentena de cad¨¢veres recuperados y los restos del avi¨®n encontrados flotando en el mar en un radio de 70 kil¨®metros cuadrados.
Los cuerpos flotaban desnudos: el viento les arranc¨® las ropas
La cabina tom¨® una "velocidad vertical", esto es, hacia el mar, seg¨²n los mensajes
Y da la impresi¨®n de que algo encaja. Apuntan a que el avi¨®n, o una parte del avi¨®n, se descuartiz¨® en el aire, en pleno vuelo, en medio de una tormenta fuerte pero tampoco inusual en esa zona de la tierra, denominada El caldero negro y en la que el piloto penetr¨® sin saber exactamente qu¨¦ velocidad llevaba.
El jueves pasado, el peri¨®dico Le Figaro, que desde el primer momento sostuvo que el avi¨®n se desintegr¨® en el aire con sus 228 ocupantes, ofreci¨® una minuciosa (y controvertida) reconstrucci¨®n de lo que ocurri¨® desde las tres y media a las cuatro y cuarto de la madrugada del lunes uno de junio. De otra manera: desde que el piloto se comunic¨® por ¨²ltima vez con una estaci¨®n brasile?a por radio indicando que ingresaba en una zona de turbulencias hasta que lleg¨® al ordenador central del aeropuerto Charles De Gaulle, en Par¨ªs el ¨²ltimo de los mensajes autom¨¢ticos, que informaba de que la cabina tomaba una "velocidad vertical", esto es, hacia el mar, en un lugar situado a 1.000 kil¨®metros de la costa noroeste de Brasil.
Los mensajes previos enviados antes mostraban contradicciones en los valores enviados por las sondas de velocidad del Airbus. En opini¨®n de Le Figaro, ah¨ª se esconde la clave. Las dos sondas, una especie de pistolas que el Airbus lleva adheridas a la carlinga cara a la direcci¨®n de la marcha, funcionaban mal debido a que la lluvia o el granizo hab¨ªan inutilizado su mecanismo. "El drenaje de las sondas no estaba bien medido. Todo el mundo sabe que ¨¦se es su punto d¨¦bil", aseguraba una fuente especializada a ese peri¨®dico. As¨ª, el Airbus entr¨® en El Caldero Negro, en plena ebullici¨®n, en plena tormenta, sin los medidores ajustados. Sin que los pilotos tuvieran modo de saber a qu¨¦ velocidad exacta manejaban ese avi¨®n que, en velocidad de crucero, se mueve a unos 1.000 kil¨®metros por hora.
Los expertos a?aden que manejar un Airbus a una velocidad inferior a la recomendable puede ocasionar que el avi¨®n, simplemente, se desplome. Por el contrario, atravesar una tormenta a mayor velocidad de la debida obliga al avi¨®n a aguantar presiones inmensas: puede producirse un agujero en el fuselaje, o que estallen una o varias de las ventanillas de los pasajeros o las ventanas de la cabina. En cualquiera de los casos, la diferencia brutal de presi¨®n entre el aire de dentro y el de fuera acarrear¨ªa una desintegraci¨®n autom¨¢tica de la cabina o de parte del avi¨®n en pleno vuelo. El ¨²ltimo y terminante mensaje "cabina en velocidad vertical" habr¨ªa sido emitido justo en ese momento.
Tanto Air France, la compa?¨ªa a¨¦rea, como Airbus, el fabricante del avi¨®n, han negado de momento la relaci¨®n causa-efecto entre la disfunci¨®n de los medidores y el desplome del avi¨®n. Pero la primera advirti¨® esta semana que ya ten¨ªa previsto, antes incluso del accidente, sustituir todos los medidores. Incluso los de ese AF447, R¨ªo de Janeiro-Par¨ªs, pero precis¨® que los nuevos llegaron demasiado tarde para recambiarlos.
La Oficina de Investigaciones y An¨¢lisis, el precavido organismo dirigido por Bouillard, tambi¨¦n insiste en que es demasiado pronto para sacar consecuencias, que es necesario seguir buscando, que no hay nada a¨²n que indique, de forma definitiva, que las medidas err¨®neas de las sondas causasen la ingobernabilidad del Airbus.
Con todo, hay nuevas piezas del puzle que encajan en la teor¨ªa de Le Figaro. El an¨¢lisis de la decena de cuerpos examinados ya por los forenses brasile?os muestra que los cad¨¢veres no presentan quemaduras, seg¨²n informa la prensa brasile?a. Esto descarta una explosi¨®n en pleno vuelo. Pero no una desintegraci¨®n limpia de parte del avi¨®n. Los cuerpos flotaban en el oc¨¦ano desnudo: eso demuestra que el viento les arranc¨® las ropas a lo largo de su ca¨ªda desde el avi¨®n hasta el mar. Las fracturas que los m¨¦dicos han consignado son producto de su impacto contra el agua. No hay pulmones encharcados, ni signos de ahogamiento: las v¨ªctimas que se estrellaron contra el oc¨¦ano eran ya cad¨¢veres. La inmensa ¨¢rea de b¨²squeda, 70 kil¨®metros cuadrados, el inmenso desperdigamiento de los restos encontrados (partes del fuselaje, mascarillas de gas, cojines) tambi¨¦n refuerza la teor¨ªa de una desintegraci¨®n en el aire: si el avi¨®n se hubiera estampado entero contra el mar sus restos habr¨ªan aparecido algo m¨¢s juntos.
Pero todos los expertos insisten en que, hoy por hoy, faltan datos. Muchos de ellos se encuentran a 6.000 metros de profundidad, en la grabaci¨®n que guarda la caja negra. La ¨²nica posibilidad de encontrarla es escuchar el dispositivo plateado del tama?o de un pl¨¢tano que lleva adherido y que emite un pitido en medio del oc¨¦ano. Un submarino nuclear franc¨¦s equipado con un s¨®nar ultramoderno rastrea la zona, un tanto a ciegas, fi¨¢ndose de su o¨ªdo. En la superficie le ayudan otros barcos con sistemas parecidos. No tienen mucho tiempo. El 1 de julio la bater¨ªa del dispositivo plateado se agotar¨¢. Y la caja negra se habr¨¢ hundido para siempre, llev¨¢ndose con ella las piezas del puzle que faltan.
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