Toneladas de papel contra la corrupci¨®n

A Valent¨ªn Bueno le bastan seis palabras para describir su trabajo: "Nuestra vida cotidiana son los papeles". Para desarrollar esta idea, el fiscal, uno de los tres especialistas anticorrupci¨®n con los que cuenta la provincia de M¨¢laga, tampoco desperdicia saliva: "La esencia de nuestra actividad consiste en convertir toneladas de papel en un escrito de acusaci¨®n s¨®lido y coherente".

Los fiscales est¨¢n acostumbrados a resumir. De hecho, gran parte de su d¨ªa a d¨ªa consiste en elaborar ¨ªndices y extractos para ordenar los datos que se obtienen en las investigaciones. Pese al trasiego masivo de documentos a que le obligan casos como Astapa, sobre corrupci¨®n municipal en Estepona, o Arcos, sobre licencias ilegales en Alcauc¨ªn, en el despacho de Bueno reina un sorprendente orden.

El fiscal jefe Salinas se quej¨® de que el trabajo aument¨® el 100% en un a?o

Siete puertas m¨¢s all¨¢, Juan Carlos L¨®pez Caballero, delegado en M¨¢laga de la Fiscal¨ªa Especial para la Represi¨®n de los Delitos Econ¨®micos relacionados con la Corrupci¨®n (Fiscal¨ªa Anticorrupci¨®n o antimafia), lucha para mantener la pulcritud en su oficina. Tiene que dar salida a varias cajas de folios sobre un caso de blanqueo, iniciado por una investigaci¨®n policial, al tiempo que contesta a los recursos contra la ampliaci¨®n del auto de procesamiento del caso Malaya. Las defensas de los 107 imputados lo recurren todo, y los fiscales lo contestan todo.

"Es un tr¨¢mite muy engorroso, pero, aunque lo parezca, no es tiempo perdido. Te permite llevar el hilo de todo el procedimiento. Es como cuando un estudiante va a clase todos los d¨ªas, al final te acaban sonando los temas", afirma L¨®pez Caballero. Este trabajo concienzudo, sumado a la meticulosidad extrema del actual juez instructor, ?scar P¨¦rez, est¨¢ eternizando la gran causa contra la corrupci¨®n en Marbella.

M¨¢laga acumula una de cada tres actuaciones judiciales que investiga la Fiscal¨ªa Anticorrupci¨®n en Espa?a, y sus responsables est¨¢n desbordados. El fiscal jefe Antonio Salinas se quej¨® a finales de abril de la "precariedad de medios ofim¨¢ticos" ante un aumento de trabajo "espectacular", del 100% en tan s¨®lo un a?o.

En la Costa del Sol, despu¨¦s de que dos de los tres fiscales antimafia hayan logrado algo tan esencial para un trabajo basado en la discreci¨®n como contar con un despacho individual, las carencias tienen m¨¢s que ver con los recursos humanos. "Necesitamos personal especializado para ayudarnos a analizar y asumir materias que no forman parte de nuestro acervo profesional y que ahora recaen sobre nosotros", reclama L¨®pez Caballero.

Su oficina ideal, similar a la que tienen sus compa?eros de Madrid, estar¨ªa formada por una unidad de polic¨ªa con conocimientos sobre criminalidad organizada y "adscrita permanentemente a la fiscal¨ªa". Tambi¨¦n har¨ªan falta, seg¨²n ¨¦l, especialistas de la Agencia Tributaria y de la Intervenci¨®n General del Estado con conocimientos sobre blanqueo y procedimiento administrativo. En una zona como la Costa del Sol, donde no se sabe si el urbanismo es causa o consecuencia de la corrupci¨®n, el equipo con el que sue?a contar¨ªa con expertos en ordenaci¨®n territorial.

A falta de una estructura de apoyo, los fiscales s¨®lo pueden contar con la "colaboraci¨®n desinteresada" pero puntual de los investigadores policiales. "Nunca les podr¨¦ agradecer lo suficiente su dedicaci¨®n", afirma L¨®pez Caballero. La escasez de medios humanos ha perjudicado la actuaci¨®n de una fiscal¨ªa por la que pasa "cualquier operaci¨®n seria contra el crimen organizado que se plantee a escala europea". "Ha habido quejas por ineficiencia en el modo de contestar comisiones rogatorias

[peticiones oficiales de pr¨¢ctica de diligencias cursadas por autoridades judiciales extranjeras] sobre blanqueo de capitales", admite el fiscal.

Los tres fiscales anticorrupci¨®n comparten, junto a otros compa?eros, un funcionario auxiliar, lo que les obliga a encargarse de lo que Valent¨ªn Bueno califica de "tareas dom¨¦sticas". Entre estas fastidiosas obligaciones est¨¢n localizar personalmente a polic¨ªas y jueces instructores o encargarse ellos mismos de escanear documentos del sumario en los juzgados de instrucci¨®n.

Casos como Astapa, con decenas de miles de folios digitalizados, llevan un a?o bajo secreto de sumario debido, en parte, a esa falta de medios. Los fiscales anticorrupci¨®n pr¨¢cticamente dirigen mano a mano las investigaciones con los jueces instructores, pero ans¨ªan la reforma legal que les haga responsables directos de la instrucci¨®n.

La Fiscal¨ªa Anticorrupci¨®n entiende tambi¨¦n de asuntos de delincuencia organizada pura y dura. "En M¨¢laga hemos llevado causas muy importantes, como la Operaci¨®n Nilo

[con la detenci¨®n de 300 personas por la estafa de la loter¨ªa nigeriana], pero tenemos un empacho de asuntos de corrupci¨®n que no sabemos si va a seguir y por cu¨¢nto tiempo. Eso nos est¨¢ impidiendo asumir temas de crimen organizado de redes internacionales", constata L¨®pez Caballero.

Adem¨¢s de leer documentos y elaborar res¨²menes, los fiscales pasan muchas horas en la carretera. Durante los primeros seis meses de la Operaci¨®n Astapa, iniciada en junio de 2008, Bueno iba dos veces por semana a Estepona, a 90 kil¨®metros de M¨¢laga, para asistir a tomas de declaraci¨®n de imputados. La delegaci¨®n de M¨¢laga tiene por costumbre asistir a todos los interrogatorios y sus miembros tratan de "ser intercambiables en los procesos" que llevan. "No estamos acostumbrados a trabajar en equipo y eso supone un cambio de mentalidad, pero los macrosumarios necesitan afrontarse desde otro punto de vista", se?ala L¨®pez Caballero.

Tambi¨¦n compatibilizan la investigaci¨®n con la actividad m¨¢s gratificante para un fiscal: la defensa de sus tesis en la sala de juicio: "Es bueno seguir entrando en los juicios para no perder el contacto con la realidad", afirma Bueno.