ELECCIONES POL?MICAS

- Datos hinchados. La oposici¨®n sostiene que la victoria de Mahmud Ahmadineyad es producto del fraude. Una encuesta nacional realizada a trav¨¦s del tel¨¦fono por una fundaci¨®n estadounidense tres semanas antes de las elecciones otorgaba al actual presidente una ventaja de 2 a 1 sobre el reformista Mir Hosein Musav¨ª, mayor de la que despu¨¦s arroj¨® el escrutinio oficial. El problema son los porcentajes, que no cuadran. La encuesta daba a Ahmadineyad el 34% de la intenci¨®n de voto frente a1 14% de Musav¨ª. Un 60% del 27% que se declaraba indeciso ten¨ªa tendencias reformistas. Los datos apuntaban a una segunda vuelta.

- Escrutinio. La manera en que se anunciaron los datos no tiene precedentes en la Rep¨²blica Isl¨¢mica de Ir¨¢n. No se hizo provincia por provincia, como es habitual, sino en bloques de millones de votos que apenas alteraron los porcentajes de los candidatos. Lo extra?o es que Ahmadineyad obtuvo buenos resultados tanto en las zonas rurales, donde es popular, como en las urbanas, donde es impopular. Tambi¨¦n resulta raro que los otros tres candidatos obtuvieran unos resultados tan pobres en sus regiones de origen.

- ?rbitro comprado. El l¨ªder supremo de la Revoluci¨®n, Al¨ª Jamenei, no ha sido neutral. Antes de las elecciones dijo que Ahmadineyad era el mejor presidente; despu¨¦s se dio prisa en bendecir los resultados. Uno de los cl¨¦rigos m¨¢s respetados en Ir¨¢n, Mohsen Kadivar, ha criticado esta intervenci¨®n de Jamenei antes de que el Consejo de los Guardianes valide el resultado.

- Problema nuclear. Una de las v¨ªctimas colaterales de una eventual inestabilidad en Ir¨¢n son las negociaciones sobre el programa nuclear. El director del Organismo Internacional de la Energ¨ªa At¨®mica (OIEA), Mohamed el Baradei, inst¨® ayer a las autoridades iran¨ªes a responder a la oferta de di¨¢logo de EE UU