Meticuloso, tenaz y 'euskaldun'
Los compa?eros de Eduardo Puelles adoraban a su jefe y se han conjurado para atrapar a sus asesinos
Conversaci¨®n escuchada ayer entre uno de los hombres de Eduardo y un ertzaina al paso del ata¨²d hacia el tanatorio:
-Hay nuevos aires en la Ertzaintza. Y esto pinta muy bien.
-Queremos que deteng¨¢is a cuantos m¨¢s etarras mejor. Pero a ¨¦stos, a los que han asesinado a Eduardo, ten¨¦is que dejar que les pillemos nosotros.
"Era un hombre entregado a su trabajo, ma?ana y noche. 24 horas al d¨ªa. Viv¨ªa para esto, para luchar contra los que le han arrebatado la vida. Era meticuloso hasta la m¨¦dula. No dejaba nada a la improvisaci¨®n, ni al azar. Era un gran jefe. Notaremos mucho su falta".
Alfonso (nombre falso), con gafas negras y de riguroso luto, es uno de los casi 40 hombres de la unidad antiterrorista que dirig¨ªa Eduardo Puelles desde el 3 de abril de 2004. Llevaba dos a?os deteniendo etarras junto a su jefe. Eduardo hab¨ªa dedicado los ¨²ltimos 20 a?os de su vida a la lucha contra la banda.
"Los asesinos de Eduardo son nuestros", le dice un polic¨ªa a un 'ertzaina'
La ¨²ltima redada anti ETA fue uno de sus trabajos concienzudos: ocho terroristas callejeros detenidos en la comarca vizca¨ªna de Lea Artibai en febrero pasado. Los ocho alevines de terroristas estaban ya preparando informaciones para que sus mayores colocaran el pr¨®ximo coche bomba o preparan el tiro en la nuca. Pero cayeron en la malla elaborada por la unidad de Puelles.
Eduardo era el jefe del grupo de seguimientos, los polic¨ªas de la ¨¦lite antiterrorista que vigilan a los etarras y van tejiendo la tela de ara?a para que la codiciada pieza vaya enred¨¢ndose sin percatarse de nada. "No se olvidaba un papel ni dejaba nada a la improvisaci¨®n", recuerda de manera sentida otro de sus subordinados.
El agente asesinado el viernes en el barrio de Santa Isabel, una zona obrera y territorio fronterizo entre Arrigorriaga y el barrio bilba¨ªno de La Pe?a, ingres¨® en la polic¨ªa en noviembre de 1982. Menos de un a?o despu¨¦s, inici¨® sus pr¨¢cticas en Alicante.
"Hab¨ªa nacido para esto", se?ala un agente. Su carrera fue mete¨®rica. Ya destinado en Bilbao, ascendi¨® a oficial d¨ªas antes de los sanfermines de 1988. "Luego fue a Ir¨²n, a Portugalete. En Bilbao, en 1994, volvi¨® a ascender: ya era subinspector", hace memoria otro polic¨ªa.
Luego llegar¨ªa el euskera, ver crecer a sus dos hijos, conocer a la novia de uno de ellos...
Su padre regent¨® durante a?os un bar en el barrio Santa Isabel, el que vio crecer a sus cuatro hermanos, uno de ellos, Josu, ertzaina de profesi¨®n.
"Sus asesinos tienen que estar celebr¨¢ndolo por todo lo alto, porque estamos seguros de que no sab¨ªan la pieza que se iban a cobrar", se lamentaba uno de sus agentes. "Hay mucha gente como su marido. Lo ha dicho Paqui, y es verdad. Y estamos aqu¨ª para llevar a los etarras a prisi¨®n", sentencia otro.
Est¨¢n ya en ello, como suele repetir el ministro del Interior, Alfredo P¨¦rez Rubalcaba.
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