Espa?a es 'cosa nostra'
Camorra, Mafia y N'drangheta forjan una alianza estrat¨¦gica y gestionan juntos y desde suelo espa?ol el tr¨¢fico de drogas en Europa
Las tres mafias italianas m¨¢s peligrosas y potentes -la Camorra napolitana, la siciliana Cosa Nostra y la calabresa N'drangheta- han forjado su alianza econ¨®mica en Espa?a. Los jefes de las tres organizaciones criminales viven como honestos ciudadanos y fugitivos de oro en la costa mediterr¨¢nea, desde Barcelona a Estepona. Y desde ah¨ª gobiernan el tr¨¢fico europeo de estupefacientes. Viven en villas de lujo, viajan en coches de 160.000 euros, hacen millonarias inversiones inmobiliarias para reciclar el dinero sucio y gestionan el negocio crucial: los jefes compran la droga unidos a los proveedores latinoamericanos, para abaratar el precio y reducir los riesgos de captura. Luego reparten los alijos en Europa.
El arresto de El Espa?ol en M¨¢laga ha permitido 200 detenciones en Italia
?ste es el relato que hace Luigi Cannavale, fiscal del distrito antimafia de N¨¢poles desde 2001 y coautor de la Operaci¨®n Tiro Grosso, que en 2007 acab¨® con 114 arrestados y la incautaci¨®n de un alijo de 1.500 kilos de coca¨ªna y 3.000 de hach¨ªs. Trabaja en coordinaci¨®n con los carabineros de la ciudad, bajo el mando del general Gaetano Maruccia, y con la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil espa?ola.
Desde hace un par de a?os, la colaboraci¨®n se ha intensificado, y los resultados se empiezan a notar. En los ¨²ltimos 12 meses han ca¨ªdo media docena de jefes de la Camorra y varios lugartenientes refugiados en Espa?a. Pero la justicia italiana tiene en este momento en su lista de mafiosos peligrosos a 249 capos y secuaces. Y el general Maruccia y el fiscal Cannavale calculan que al menos el 70% de ellos est¨¢n en Espa?a.
El pen¨²ltimo en caer ha sido Raffaele Amato, alias El Espa?ol. Fue arrestado en Marbella tras una discreta persecuci¨®n desde M¨¢laga, donde fue localizado gracias a las escuchas telef¨®nicas de la Guardia Civil. Amato, de 44 a?os, era el jefe del potente clan de Los Espa?oles, un grupo secesionista del clan Di Lauro, que controlaba hasta hace un lustro los barrios napolitanos de Scampia y Secondigliano, los mayores supermercados de droga al aire libre de Europa. Amato controla 39 de las 40 zonas de tr¨¢fico en esa ¨¢rea.
En mayo de 2005, Amato hab¨ªa sido detenido en Barcelona junto a otros cinco miembros de la Camorra a la salida de un casino. Ahora pesan sobre ¨¦l cuatro acusaciones de homicidios, ordenados o cometidos durante la llamada guerra de Scampia. Pas¨® un a?o en prisi¨®n preventiva, pero acab¨® siendo liberado al exceder el tiempo m¨¢ximo de c¨¢rcel antes de ser extraditado. En vez de volver a Italia, se qued¨® en Espa?a para gestionar el tr¨¢fico de drogas desde Latinoam¨¦rica hasta Europa. Ahora, su nuevo arresto ha generado m¨¢s de 200 detenciones en tres semanas en Italia. El ¨¦xito ha sido posible gracias a los pinchazos telef¨®nicos Italia-Espa?a.
"Una de las consecuencias m¨¢s preocupantes de la alianza entre las mafias es ¨¦sa", a?ade el fiscal. "Al comprar unidos, el precio baja, el beneficio se multiplica y los riesgos de control e incautaci¨®n se reducen. No es lo mismo que la droga llegue a Europa en tres barcos que en uno".
Las alianzas se cuecen en ambientes de lujo. "Se mueven siempre con cautela y discreci¨®n, y llevan los bolsillos repletos de billetes por si surgen problemas", explica Cannavale. "Bosti, que fue detenido cuando entraba en una farmacia, llevaba encima 24.000 euros en billetes de 500. Amato dio 30.000 euros en efectivo al conserje de un hotel londinense para no registrarse con su nombre".
Los jefes duermen en casas y villas de lujo, siempre de su propiedad, y cambian continuamente de domicilio y de identidad. Vincenzo Scarpa, otro narco napolitano arrestado recientemente en Rivas Vaciamadrid (Madrid), intercambi¨® nombre y documentaci¨®n con su hermano Domenico. Fue detenido por un desliz fatal: celebr¨® el cumplea?os el d¨ªa que naci¨® ¨¦l, en vez de festejarlo en la fecha de su hermano.
Otra caracter¨ªstica de la dolce vita en la Costa Nostra es que los mafiosos viven solos, sin sus mujeres y familias. Y que nunca van armados. "Aqu¨ª [en Italia] pueden recibir alg¨²n disparo. All¨ª viven m¨¢s tranquilos. No tienen miedo de ser tiroteados, y tratan de pasar por empresarios normales", cuenta el general Maruccia.
Muchos tienen restaurantes y pizzer¨ªas a modo de tapadera. Y durante los ¨²ltimos 20 a?os han ayudado a inflar una parte de la burbuja inmobiliaria en Espa?a. Cuando fue detenido en Marbella, Amato acababa de invertir varios millones de euros en terrenos en el litoral malague?o. Su idea era construir un complejo tur¨ªstico.
"La emigraci¨®n mafiosa a Espa?a empez¨® en los a?os ochenta", cuenta Cannavale. "Algunos clanes que se dedicaban al contrabando en Italia se fueron a M¨¢laga y formaron verdaderas colonias. Empezaron a traficar con hach¨ªs desde Marruecos con lanchas que cruzan el Estrecho en media hora, y poco a poco se metieron en la econom¨ªa legal".
Como ha denunciado tantas veces el periodista Roberto Saviano, autor de Gomorra, la infiltraci¨®n fue tolerada o ignorada por las autoridades, que prefer¨ªan limitarse a aplicar la doctrina Mitterrand: si no hab¨ªa delitos de sangre, se les dejaba tranquilos. El buen clima, la ausencia de legislaci¨®n antimafia, las ocasiones de reciclaje que otorgaba la expansi¨®n econ¨®mica, y la simpat¨ªa mutua -sobre todo a ra¨ªz del Mundial de 1982- convirtieron a Espa?a en la Costa Nostra.
Hoy, sicilianos de las familias de Trapani, calabreses de las endrine (bandas) de Reggio y camorristas de diversos clanes y barrios napolitanos, la mayor¨ªa peces muy gordos limpios de antecedentes penales, trabajan codo a codo en el sector de la coca y el hach¨ªs.
"Casi todos los capos est¨¢n all¨ª", aseguran Maruccia y Cannavale. La colaboraci¨®n policial ha mejorado mucho, y el fiscal y el general son optimistas. Pero advierten: "Al principio las mafias dejan dinero, pero luego esa inversi¨®n se convierte en un bumer¨¢n. Ahora Espa?a est¨¢ ayudando mucho porque empieza a temerlos. Saben que tienen su base log¨ªstica y que all¨ª est¨¢ la gran bolsa de la droga. Ya hemos detectado contactos con marselleses, holandeses, alemanes, algunos con delitos de sangre. Es inquietante".
Saviano, el escritor que ha hecho comprender que las mafias son un negocio a escala global, teme que quiz¨¢ sea demasiado tarde. "Las ¨²ltimas incautaciones en Italia muestran que Espa?a sigue siendo una puerta abierta al narcotr¨¢fico. Mientras los pol¨ªticos se pelean, mientras se habla en las campa?as electorales de todo tipo de temas y se disparan las alarmas sobre el terrorismo, los clanes italianos, rusos y nigerianos est¨¢n conquistando la econom¨ªa a trav¨¦s de los agujeros abiertos por la crisis. Espa?a debe entender que los clanes importar¨¢n tambi¨¦n los usos militares a su tierra. Hasta ahora s¨®lo han hecho negocios e inversiones. Pronto empezar¨¢n a disparar".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.