El jard¨ªn como ritual po¨¦tico

Dicen que la belleza nace siempre de un encuentro, que no existe si no hay una mirada capaz de captarla. Para Luis Vallejo (Madrid, 1954; www.luisvallejo.com), esta idea, tan pr¨®xima a la cultura oriental y a su proverbial apego al paisaje, es el empe?o por plasmar la plenitud de un instante. "Los haikus lo hacen con palabras, yo intento hacerlo con arquitectura, jugando con la geometr¨ªa y el vac¨ªo". Pero igual que para componer un poema no basta una retah¨ªla de palabras, ning¨²n jard¨ªn debe reducirse a una sucesi¨®n de plantas. Y el paisajista lo sabe: "Crec¨ª jugando bajo los arces en el vivero de mi padre". Conoce de primera mano el lenguaje ontol¨®gico de la Naturaleza: el simbolismo de las formas abstractas, la expresividad de los vol¨²menes, la atracci¨®n de los espacios vac¨ªos abiertos al futuro, a lo desconocido. La huella de la cultura japonesa, patente en su larga experiencia como maestro de bons¨¢i, sigue presente, aunque de forma m¨¢s po¨¦tica, en sus dise?os de jardines. Jardines privados donde alguien colecciona rosas, esculturas o vinos de crianza; espacios p¨²blicos y semip¨²blicos, como la ciudad financiera del Banco Santander; y como los patios del nuevo hospital R¨ªo Hortega en la capital vallisoletana o los del hospital de Fuenlabrada, en la Comunidad de Madrid, con su sugerente di¨¢logo entre elementos org¨¢nicos y minerales inspirado en la caligraf¨ªa zen. Por todo ello, el emperador de Jap¨®n le concedi¨® la Orden del Sol Naciente. Esta condecoraci¨®n, en la categor¨ªa Rayos de Oro y Plata, es la m¨¢s alta distinci¨®n que se otorga a un ciudadano extranjero. Durante la ceremonia de entrega, el paisajista habl¨® de la influencia de Jap¨®n en el arte contempor¨¢neo; de Van Gogh y su Puente bajo la lluvia; de Gustav Klimt, Joan Mir¨®, Isamu Noguchi, Eduardo Chillida, Tadao Ando; de los jardines conceptuales de Shodo Suzuki, "tan copiado y admirado en mi estudio".

Un estudio rodeado de encinas -quedan algunas a las afueras de Madrid- donde los ordenadores y su corte de perif¨¦ricos conviven con pilas de libros, cat¨¢logos, utensilios de dibujo y alguna que otra piedra convertida en escultura. Luis Vallejo acaba de regresar de Muscat y supervisa el trabajo de un equipo de ingenieros agr¨®nomos y arquitectos enfrascado en dos grandes proyectos internacionales: el Jard¨ªn Bot¨¢nico de Om¨¢n, y el de un nuevo hotel en la medina de Marraquech. Sobre el tablero cada plano es la promesa de un futuro jard¨ªn y el lenguaje de sus secciones, alzados y perspectivas, un criptograma que hay que saber descifrar.