Michael bailaba antes de morir
Sus allegados cuentan que el artista estaba euf¨®rico por su reaparici¨®n en Londres y que dedic¨® sus ¨²ltimas horas a agotadores ensayos del espect¨¢culo
La noche anterior a la tragedia Michael Jackson estaba feliz. Eso dicen quienes estuvieron a su lado. Y, sin embargo, doce horas despu¨¦s estaba muerto. El fr¨ªo cad¨¢ver del ni?o en un cuerpo de hombre no ha revelado signo alguno de trauma. Eso dice el informe de la autopsia. Y dice poco m¨¢s. Habr¨¢ que esperar semanas para saber los resultados toxicol¨®gicos, esos que dir¨¢n finalmente qu¨¦ caus¨® la muerte de quien encontr¨® m¨¢s f¨¢cil vivir en el mundo fant¨¢stico de Peter Pan que en la, a veces, angustiosa vida real.
Ahora se dicen muchas cosas. Los que le conocieron dicen que Michael Jackson, 50 a?os, viv¨ªa en un mundo de dolor que mitigaba a golpe de demerol, un narc¨®tico similar a la morfina. Familiares, amigos y allegados, todos parecen salir t¨ªmidos del v¨ªa crucis del silencio en el que se hallaban para entonar el mea culpa por la falta de intervenci¨®n y nombrar lo inmombrable: que Michael Jackson era adicto a los narc¨®ticos como resultado de su lucha contra un dolor cr¨®nico que consumi¨® su vida.
"Estaba feliz", declar¨® ayer Kenny Ortega, core¨®grafo y director del espect¨¢culo que estaba llamado a ser la redenci¨®n de Jackson en Londres tras el largo invierno de a?os de reclusi¨®n seguidos por el esc¨¢ndalo de las denuncias por abuso sexual a ni?os. "En varias ocasiones, la noche antes de su muerte, se sent¨® a mi lado durante los ensayos y contempl¨® el escenario con la satisfacci¨®n de haberlo conseguido", prosigui¨® Ortega en declaraciones al peri¨®dico Los Angeles Times. Volv¨ªa a estar vivo. Volv¨ªa a sentir la adrenalina del p¨²blico llamando a su egoc¨¦ntrica puerta.
Feliz, dicen. Pero para la hora de la comida del d¨ªa siguiente, el pasado jueves, su m¨¦dico particular, Conrad Murray, le practicaba un masaje cardiovascular sin ¨¦xito. Por aclarar est¨¢ si Murray estaba con la estrella de la m¨²sica cuando se le par¨® el coraz¨®n e intent¨® revivirlo o si ya lo encontr¨® desfallecido. La cinta grabada durante la llamada a los servicios de emergencia que alguien -se desconoce qui¨¦n- realiz¨® desde la mansi¨®n del cantante arroja poca luz. S¨®lo que el artista no respiraba y la recomendaci¨®n de colocarle en el suelo en lugar de la cama sobre la que se encontraba para poder aplicarle mejor las compresiones sobre el coraz¨®n, un dato ¨¦ste que un m¨¦dico como el doctor Murray deber¨ªa de haber conocido de sobra.
Cuentan que en ¨²ltimo d¨ªa de vida Jackson trabaj¨® duro. El estreno de Londres estaba a menos de una semana. Todo lo que hab¨ªa conquistado y luego da?ado y en gran medida perdido se lo jugaba en el medio centenar de conciertos que iba a ofrecer en Londres. Bailaba y bailaba para preparar esa ansiada reaparici¨®n en la capital brit¨¢nica. Daba ¨®rdenes. Bailaba en los ensayos en el Staples Center de Los ?ngeles y despertaba escalofr¨ªos en los miembros del cuerpo de baile. Eso es lo que sinti¨® Maryss Courchinoux, mariposas en el est¨®mago y escalofr¨ªos de felicidad. Francesa de 29 a?os, Courchinoux fue elegida en marzo entre cientos y cientos para bailar junto al icono del pop en su reaparici¨®n sobre los escenarios. Nunca pens¨® Courchinoux que estaba contemplando las ¨²ltimas horas de su ¨ªdolo, que estaba ante el final de Jackson.
El final del hombre que no quiso ser y el principio del mito que ya es. En su mansi¨®n alquilada de Holmby Hills. Quiz¨¢ solo, por mucha gente del servicio de la que estuviera rodeado. La polic¨ªa de Los ?ngeles confirma hoy que las venas de Jackson recibieron una inyecci¨®n de demerol pocas horas antes de su muerte, establecida a las 14:26 hora de Los ?ngeles. Un ant¨ªdoto contra el dolor que puede haberle costado la vida. Droga que Jackson consagr¨® no en una sino en dos canciones: Morphine y Blood on the dance floor.
Dicen sus allegados que Jackson fue incapaz de encajar los cambios que la naturaleza impuso en su cuerpo porque sinti¨® el rechazo de sus fanes, que echaban de menos y reclamaban al peque?o Michael, aquella monada de 11 a?os que era la estrella de los Jackson 5. Dicen que s¨®lo se sent¨ªa a salvo en el escenario. Hay quien dice que Jackson era el ser m¨¢s fr¨¢gil y solitario que nunca hab¨ªa conocido. Dicen que quiz¨¢ el estr¨¦s que sinti¨® ante la proximidad del debut en Londres debi¨® de ser inmenso. Inmanejable. S¨®lo soportable con la paz que proporciona la sedante qu¨ªmica.
"Me consta que Michael estaba trabajando muy duro para ponerse en forma de cara a Londres", declar¨® Brian Oxman, portavoz y abogado de la familia Jackson. Oxman sobrecogi¨® a los telespectadores cuando dijo en una entrevista en ABC que ya hab¨ªa advertido a los allegados a Jackson de que ¨¦ste abusaba de la medicaci¨®n. M¨¢s lejos fue en CNN el gur¨² de la new age y confidente del cantante, Deepak Chopra, cardi¨®logo de profesi¨®n: "Las drogas le han matado".
Como mataron a Elvis, muerto en la ba?era de su casa por sobredosis en 1977 a los 42 a?os. Como acabaron con Marylin en 1962 a los 36 a?os mientras dorm¨ªa. La ex mujer de Jackson e hija del Rey del rock, Lisa Marie Presley, recordaba ayer una conversaci¨®n que tuvo mientras estuvo casada con el cantante y que antes nunca se hab¨ªa atrevido a pronunciar en alto. "Michael sab¨ªa que sus d¨ªas acabar¨ªan as¨ª", record¨®. "Lo digo ahora porque quiero que la verdad salga a la luz", declar¨® la hija de Elvis, que inform¨® de que la confesi¨®n de Michael tuvo lugar hace a?os, mientras juntos repasaban las circunstancias de la muerte de su padre.
Dicen que quiso superar al rey. Que quer¨ªa su corona. Puede que ya tenga su muerte.
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