La vuelta de El Rafita
Ten¨ªa 14 a?os cuando particip¨® en el asesinato de la joven Sandra Palo. Ahora, a los 21, tras pasar cuatro a?os en un centro de menores, est¨¢ en libertad vigilada y bajo tutela. Ha vuelto a delinquir y, al ser reconocido por los vecinos, ha tenido que irse del piso donde estaba
En la playa de Benajarafe (V¨¦lez-M¨¢laga), El Rafita y su colega estaban pescando jureles y hablando de coches. Era de noche y hac¨ªa algo de fr¨ªo. "?Sabes una cosa, Rafa? Me estoy preparando las oposiciones para hacerme madero", le dijo el amigo. Rafael Garc¨ªa, de 21 a?os, le mir¨® pensativo y le contest¨®: "El d¨ªa que te hagas poli, dejar¨¢s de ser mi amigo". No volvieron a sacar el tema. Siguieron pescando tan tranquilos.
Esto pas¨® a mediados de junio. El Rafita, condenado junto a otros dos menores y un mayor de edad por la brutal muerte de Sandra Palo en 2003, hab¨ªa llegado un par de d¨ªas antes a esta tranquila pedan¨ªa situada a pie de playa. Aqu¨ª nadie le conoc¨ªa. Pasaba desapercibido. Pescaba, echaba el d¨ªa en la arena y jugaba a la consola con un vecino de su edad al que acababa de conocer. Este era su en¨¦simo hogar, en un piso tutelado y bajo vigilancia, a donde hab¨ªa sido enviado para alejarlo de Benalm¨¢dena, donde viv¨ªa hasta entonces, tras ser acusado de robar en el apartamento de una vecina, de nacionalidad checa.
La familia que conoci¨® en Benajarafe (M¨¢laga) se ha quedado de piedra al saber con qui¨¦n hab¨ªa hecho amistad
El robo se produjo el pasado d¨ªa 8. Entonces, la vecina denunci¨® que hab¨ªa sido sustra¨ªdo de su vivienda un ordenador port¨¢til y otros objetos de valor. La v¨ªctima sospech¨® de Rafita, que resid¨ªa en un piso gestionado por la Asociaci¨®n Adis Meridianos en el mismo bloque. La polic¨ªa de M¨¢laga interrog¨® a Rafita y a su amigo J. G. B., de 25 a?os, a quien se le incaut¨® el ordenador port¨¢til robado.
La polic¨ªa no ha aclarado a¨²n c¨®mo irrumpieron los dos j¨®venes en la casa de la ciudadana checa, ya que la puerta no hab¨ªa sido forzada. Los agentes barajan dos posibilidades: que abriesen el resbal¨®n con una radiograf¨ªa o un pl¨¢stico flexible, o bien que en algunas de sus visitas al domicilio de la extranjera se hubiesen apropiado de una llave y hubieran hecho una copia de la misma. Tras el robo, la zona se llen¨® de periodistas, por lo que El Rafita fue cambiado de residencia cuando el juez le dej¨® en libertad el d¨ªa 12.
Es mi¨¦rcoles, son las cinco de la tarde en Benajarafe-costa y hace m¨¢s de 30 grados. Un hombre mayor duerme la siesta, con la puerta abierta, en los bajos de un bloque de viviendas situado a pie de playa. Al lado, un restaurante y una tienda de armas de imitaci¨®n a¨²n tienen bajada la persiana. El Rafita recorr¨ªa estas calles hace unos d¨ªas y cada tarde sub¨ªa al segundo piso para buscar al chico que acababa de conocer. Hicieron amistad, le present¨® a su familia y cay¨® bien a todos. "Me pidi¨® que le ense?ara a pescar, a lanzar y a recoger la ca?a. Ten¨ªa mucha curiosidad por las cosas. Siempre me trataba de se?or", cuenta el padre del amigo. "Nunca pens¨¦ que este chico pudiese haber hecho algo as¨ª. Ha sido un palo". Encima, ten¨ªa cara de ni?o bueno.
El nuevo amigo acababa de romper con su novia, y en Benajarafe, donde la familia viene a pasar los meses de calor, no ten¨ªa muchos compa?eros. Pronto hicieron amistad: a los dos les gustaban los coches, la pesca y los videojuegos. El Rafita no contaba nada de su vida. Dijo que compart¨ªa un piso de su t¨ªo con otros amigos, pero la realidad es que la vivienda estaba tutelada por la Junta de Andaluc¨ªa. El domingo pasado, El Rafita y la familia de su amigo pasaban el d¨ªa en la playa. A mediod¨ªa, la hermana del amigo ve¨ªa la televisi¨®n cuando aparecieron unas im¨¢genes de El Rafita y se contaba que hab¨ªa sido detenido en Benalm¨¢dena. Era el mismo chico que en ese instante pod¨ªa ver desde el balc¨®n, charlando con su hermano y sus padres. En el barrio todo el mundo se enter¨® r¨¢pido de la historia sangrienta de El Rafita.
Esa noche, la del domingo, estuvo pescando hasta las cuatro de la ma?ana. Desde las terrazas, muchos vecinos estuvieron mir¨¢ndole. No pod¨ªan creer que ese chico fuese el mismo que, cuando ten¨ªa 14 a?os, hab¨ªa violado, atropellado y quemado a una joven a la que secuestr¨®. El martes, dos d¨ªas despu¨¦s, dej¨® Benajarafe para siempre. "Ha sido un alivio. No quer¨ªamos a un asesino aqu¨ª. La gente hab¨ªa planteado hacer una protesta para que este chico se fuese", relata una vecina, y asegura que es el sentir de todos.
La historia de El Rafita (5-12-1988) empieza en Las Mimbreras, un poblado chabolista de Madrid. Aqu¨ª viv¨ªa con su familia, hasta que el Instituto de Realojo e Integraci¨®n Social traslad¨® en 1999 a todo el clan a un bloque de viviendas protegidas de Legan¨¦s (Madrid). All¨ª, Rafita y sus hermanos sembraron el caos. La polic¨ªa no paraba en esa ¨¦poca de recibir denuncias por robos de coches, tirones de bolsos y agresiones. La gente le bautiz¨® a ¨¦l y a cinco de sus hermanos como la banda del chupete. Y El Rafita, aunque no era el mayor, sin duda era el l¨ªder. Los vecinos estaban hartos de sus fechor¨ªas y, entre octubre de 1999 y abril de 2000, se manifestaron una decena de veces para pedir que se fuesen del barrio.
La Comunidad de Madrid decidi¨® entonces sacar de all¨ª a la familia de Rafita y la traslad¨® a Alcorc¨®n, en la avenida de Villaviciosa de Od¨®n. En las Navidades de 2001 se les culp¨® a los chicos de provocar dos incendios en el garaje, que abras¨® tres coches y dej¨® sin luz ni agua a 30 pisos del bloque del Ivima. La Consejer¨ªa de Servicios Sociales, unos meses despu¨¦s, le retir¨® a la madre, Manuela Fern¨¢ndez, la tutela de tres de los hermanos. Paco, el padre, cumpl¨ªa condena por tr¨¢fico de drogas. Los chavales, seg¨²n la polic¨ªa, robaban en los autom¨®viles aparcados en un centro comercial y en la estaci¨®n de Renfe.
Manuela no tard¨® ni dos d¨ªas en echarse a la calle. Se puso a recoger firmas entre los vecinos para que le devolviesen a sus hijos. "Mis hijos no son gamberros ni delincuentes como ha dicho la polic¨ªa. Alguno de ellos es m¨¢s complicado, pero que se les acuse de todo lo que ocurre en el barrio me parece exagerado", declar¨® ese d¨ªa, mientras buscaba apoyo entre los vecinos. A Rafita, en aquellos d¨ªas, le dio por asomarse al balc¨®n y disparar con una escopeta de perdigones. Una tarde le alcanz¨® a dos personas que pasaban por all¨ª, pero la polic¨ªa no pudo hacer nada. El Rafita s¨®lo ten¨ªa 13 a?os.
As¨ª transcurr¨ªa la vida en Alcorc¨®n hasta el 17 de mayo de 2003. En esa fecha se produjo uno de los cr¨ªmenes m¨¢s brutales que se recuerdan. Ese d¨ªa, Sandra Palo, una getafense de 22 a?os, hab¨ªa salido a tomar unas copas con sus compa?eros del taller ocupacional donde estudiaba. De vuelta, avis¨® a sus padres de que estaba en la plaza El¨ªptica, en Carabanchel, donde iba a coger un autob¨²s nocturno que la llevase a casa. Quer¨ªa llegar temprano porque al d¨ªa siguiente era la primera comuni¨®n de su hermano menor. Pero mientras Sandra esperaba el autob¨²s con su novio, El Rafita, que entonces ten¨ªa 14 a?os, junto con Francisco Javier Astorga, El Malaguita, de 18 a?os, y El Ram¨®n y El Ramonc¨ªn, ambos de 17, se acercaron en un coche robado y les obligaron a subir al interior. A los pocos kil¨®metros de salir, hicieron bajar del veh¨ªculo al acompa?ante de Sandra y siguieron su viaje, hasta que pararon en un descampado junto a la carretera de Toledo, donde daba acceso a la f¨¢brica de r¨®tulos Fraile. En ese paraje abusaron sexualmente de ella durante casi una hora. Al terminar, Sandra a duras penas se manten¨ªa en pie contra un muro. Los j¨®venes decidieron acabar con ella para que no les reconociese. El Malaguita, seg¨²n la sentencia, con los tres menores, arranc¨® el motor, meti¨® la primera marcha y atropell¨® contra la pared a Sandra durante 15 veces. Los faros del coche se quebraron y los cristales quedaron esparcidos por el lugar del crimen. Los cuatro se marcharon a una gasolinera de la plaza El¨ªptica y all¨ª compraron un euro de gasolina. Volvieron y quemaron viva a la muchacha. Un camionero encontr¨® el cad¨¢ver de Sandra Palo al amanecer.
El ¨²nico mayor de edad que particip¨® en el crimen, El Malaguita, est¨¢ cumpliendo 64 a?os de c¨¢rcel. El Ram¨®n y El Ramonc¨ªn siguen en un centro de menores pagando los 8 a?os de internamiento a los que fueron condenados. Pero El Rafita ya cumpli¨® los cuatro a?os de condena, que pas¨® en el centro Renasco, en Carabanchel, y se encuentra ahora en libertad vigilada y bajo tutela de la Junta de Andaluc¨ªa.
El Rafita simboliza la lucha de Mar¨ªa del Mar Berm¨²dez, la madre de Sandra Palo, que desde que se cometi¨® el salvaje asesinato lucha por modificar la Ley Penal del Menor. Ve injustas las penas que se aplican a los menores que tienen delitos de sangre. "El tiempo nos ha dado la raz¨®n. Dijimos que El Rafita no estaba preparado para vivir en sociedad... y ha acabado delinquiendo. Es una injusticia que est¨¦ en libertad. Mi hija est¨¢ muerta y ¨¦l pescando y tomando el sol", dice Mar¨ªa del Mar Berm¨²dez en la sede de la asociaci¨®n que lleva el nombre de su hija. "No hay reinserci¨®n ni segundas oportunidades para asesinos as¨ª".
La madre ha luchado como nadie. La imagen de Berm¨²dez a la puerta del centro de menores esperando hace dos a?os a que saliera El Rafita se ha quedado grabada en la memoria colectiva. Era 2007 y Rafita hab¨ªa finalizado su internamiento. El juez que ten¨ªa que decidir su puesta en libertad recibi¨® unos informes que explicaban que el joven hab¨ªa aprendido a comer con cuchillo y tenedor, las normas b¨¢sicas del aseo, y que mostraba inter¨¦s por la carpinter¨ªa. Tambi¨¦n, que durante el internamiento hab¨ªa recibido numerosas sanciones por actitudes agresivas, que su autocontrol es bajo y que tiene un pensamiento egoc¨¦ntrico.
El Rafita, finalmente, ha deambulado estos a?os por varios pisos tutelados, puesto que ten¨ªa una orden de alejamiento de la familia de Sandra. Ha estado en la barriada cordobesa de Los Olivos Borrachos (C¨®rdoba), de donde tuvieron que trasladarlo porque una cadena de televisi¨®n le hab¨ªa localizado; en Benalm¨¢dena, donde fue detenido por robo y puesto en libertad con cargos a la espera de juicio (no tiene antecedentes penales), y en Benajarafe, este pueblecito en el que apenas ha estado un mes y del que ha tenido que irse al ser reconocido. Ahora se ignora d¨®nde est¨¢.
El amigo que El Rafita se ech¨® ¨²ltimamente en Benajarafe no imaginaba que su colega, al que le cont¨® que se estaba preparando para polic¨ªa, le hablaba en serio cuando le dijo aquello de "el d¨ªa que te hagas poli, dejar¨¢s de ser mi amigo".
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