Los sanguinarios del expreso de Andaluc¨ªa
El doble asesinato de 1924 es la mayor recreaci¨®n del Museo de Cera
![Patricia Gos¨¢lvez](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/https%3A%2F%2Fs3.amazonaws.com%2Farc-authors%2Fprisa%2Ff5744da4-d9b2-4e2b-9ea3-976b6f2039cc.jpg?auth=461f59fda40b3bda3de89b30da6b7a6bbdfc0e3690ce7434e9a5b104080a80f5&width=100&height=100&smart=true)
La se?ora que limpia el Museo de Cera admite que al principio le costaba subir sola a la galer¨ªa del crimen: "Pero a todo se acostumbra uno". Frankenstein se ilumina de pronto y es imposible reprimir un reflujo de terror infantil. Tras el pasillo de los bandoleros aparecen una veintena de figuras que conmemoran un solo hecho: el crimen del Expreso de Andaluc¨ªa.
"No me suena de nada, ?qu¨¦ es, una pel¨ªcula antigua?", pregunta Sebasti¨¢n G¨®mez a su abuelo hom¨®nimo. "Tambi¨¦n hicieron una pel¨ªcula, pero de verdad pas¨® y fue muy sonado", dice el abuelo. "Aunque hace la tira, yo a¨²n no hab¨ªa nacido...". En la primavera de 1924, un tren lleg¨® a C¨®rdoba de Madrid con sus dos ambulantes de correos salvajemente asesinados. Despu¨¦s de 85 a?os, un v¨ªdeo escupe una y otra vez el relato, interrumpido s¨®lo por los gritos del cercano Freddy Kruger: "?Bienvenidos a mi pesadilla!".
El museo recrea el fusilamiento del Dos de Mayo y la conquista de Am¨¦rica, pero el crimen del expreso es el ¨²nico hecho hist¨®rico que tiene un v¨ªdeo y hasta cinco escenas. "Fue un suceso muy famoso porque se atrac¨® al Estado y Primo de Rivera puso un empe?o extraordinario en que se resolviese r¨¢pido", explica Gonzalo Presa, portavoz del museo.
El conjunto de esculturas, creado para la inauguraci¨®n del museo en 1972 por especialistas que ven¨ªan de trabajar con el productor de cine Samuel Bronston, forma una pel¨ªcula de fotogramas fijos y tridimensionales.
Primera escena: cinco hombres urden un plan en la pensi¨®n Internacional de la calle de Infantas. Un empresario aspirante a edil, el hijo de un Guardia Civil al que han enchufado en Correos, dos vividores sin profesi¨®n fija, y un habitual de la noche aficionado a las pastillas, Pildorita. Todos son jugadores y tienen deudas. Es la ¨¦poca m¨¢s prohibicionista del juego en Espa?a, Primo de Rivera ha cerrado casinos. Y hay un tren, que transporta el dinero de ?frica... dicen que lleva un mill¨®n de pesetas (6.000 euros). Segunda escena: tres de los bandoleros improvisados se cuelan en el tren a la altura de Aranjuez aprovechando que uno de ellos tiene contactos y permisos. El plan es narcotizar con vino a los carteros que viajan con el bot¨ªn, pero como es menor de lo esperado, acaban machac¨¢ndoles la cabeza con unas tenazas y meti¨¦ndoles dos tiros.
Tercera escena: uno de los asaltantes yace muerto en la cama con una carta en la mano; se acaba de suicidar. Cuarta escena: Primo de Rivera monta un juicio sumar¨ªsimo. A los tres atracadores vivos les cae el garrote. A Pildorita, 20 a?os. Se arrodilla ante el fiscal para agradecerle la vida. Quinta escena: las figuras de cera muestran la ejecuci¨®n.
En los ¨²ltimos 30 a?os al museo le han salido nuevos deportistas. A los pol¨ªticos se les han unido Obama y Sarkozy. Pero la galer¨ªa de asesinos no se ha actualizado. "Es complicado hacer una figura de un criminal vivo", explica Gonzalo Presa con una an¨¦cdota. El museo ten¨ªa una figura de El Lute, camisa blanca, rostro ensangrentado y un guardia civil a cada lado. Cuando Eleuterio S¨¢nchez sali¨® de la c¨¢rcel, donde estudi¨® Derecho, les mand¨® una carta pidiendo "muy amablemente" que retirasen la difamante escultura. As¨ª se hizo, fue destruida.
![Figuras de cera recrean el crimen del Expreso de Andaluc¨ªa.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/OY37PWGE5BQLJD2A6JU4HHYBRI.jpg?auth=50ab3b0e75fe271cd22657e08c765a33dd21defc0e65940e5af77e9adf0b268e&width=414)
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