Para sentirse ¨²nico
Mucha bermuda y chancla. Mucha camiseta oscura. Mucha foto con el tel¨¦fono m¨®vil. Mucha gente normal, reci¨¦n salida del trabajo, una ducha r¨¢pida en casa y v¨¢monos al Camp Nou. Muchos ni?os, tambi¨¦n, ahora que ya no hay cole. Ellos tampoco pod¨ªan perderse el evento y ah¨ª est¨¢n, viendo a sus padres ondear los brazos y tocar ficticias guitarras el¨¦ctricas, como ni?os. Antes de empezar el concierto la ola ha recorrido toda la grada. 90.000 personas: una marea.
El evento ha de ser grande, eso mandan sus genes. Grande en p¨²blico, grande en escenario, grande en vatios de luz y sonido, grande en pantallas, grande en repercusi¨®n medi¨¢tica. 360 grados se llama la gira, para que a nadie le quepa duda de la ambici¨®n cartogr¨¢fica del evento. De norte a sur, de este a oeste. Que no falte de nada. En el lounge para los periodistas, llegados de todas partes fundamentalmente del ¨¢rea anglosajona, que es la que todav¨ªa puede costear los viajes sirven fideu¨¤, risotto, pollo yakitori, embutidos. Men¨² de evento y acreditaci¨®n, aqu¨ª s¨®lo brazaletes amarillos, gracias. Hay comida de sobra. Est¨¢ claro que esperaban a m¨¢s enviados especiales hambrientos, pero los hornos de los medios no est¨¢n para bollos.
Las luces se apagan a las diez de la noche. Ruge la grada. El bater¨ªa ocupa su posici¨®n de combate y marca el nivel de decibelios. Apabullantemente alto, por supuesto, chunda, chunda, te notas los aporreos en la boca del est¨®mago, hay un momento en que incluso los pupitres de prensa bailan. El evento hay que notarlo dentro, si no de qu¨¦. Internet est¨¢ revalorizando el valor sensitivo del directo: el sudor, el t¨ªmpano, la vista convertida en un led. Ahora Bono aparece envuelto en la bandera irlandesa -un toque local siempre refuerza lo global- para cantar I still haven't found what I'm looking for. Pues si no lo encuentra ¨¦l, que ha conseguido unir el alma y la solidaridad con ?frica con el fondo de inversi¨®n y la revista Forbes, los dem¨¢s lo tenemos claro.
Pero al Camp Nou no se viene esta noche a teorizar, sino a sudar, a reventarse los t¨ªmpanos, las cuerdas vocales, la retina. A sentirse ¨²nico, por m¨¢s que el evento se repetir¨¢ con el mismo sonido y las misma luces en muchos otros lugares. Cambiar¨¢ el nombre de la ciudad, que Bono repetir¨¢ con la misma fruici¨®n con que ahora se llena la boca de Barcelona. Ma?ana las bermudas y las chanclas ceder¨¢n el paso a una indumentaria m¨¢s formal. Y la foto del m¨®vil se quedar¨¢ muda. El sonido del directo a¨²n se le resiste.
Babelia
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