Esos perversos enchufes
Triple enhorabuena. En plena recesi¨®n, algo tira. El mundo del enchufe tecnol¨®gico perverso (todav¨ªa no el del enchufe humano perverso, tambi¨¦n llamado nepotismo), o sea el mundo de una conexi¨®n para cada aparato y todos incompatibles entre s¨ª, empieza a ser arqueolog¨ªa.
Los fabricantes de telefon¨ªa m¨®vil que controlan el 90% del mercado se comprometieron el lunes ante la Comisi¨®n Europea a proporcionar un cargador com¨²n, universal, para los telefoninos, a partir de 2010. Respond¨ªan a la exigencia del comisario alem¨¢n G¨¹nter Verheugen, con un acuerdo precocinado en febrero durante su ¨²ltimo congreso mundial de Barcelona. Optaron sabiamente por autorregularse, antes de que Bruselas les arrease un reglamento. El ahorro ser¨¢ considerable. Tambi¨¦n para el medio ambiente, pues los cargadores desechados totalizan 50.000 toneladas anuales de basura electr¨®nica en todo el mundo, buena parte en Europa.
Europa acierta al olvidar el tama?o de las cebollas y garantizar una telefon¨ªa m¨®vil barata y accesible
Casi tan interesante como la noticia en s¨ª es el procedimiento que la genera, bajo esta secuencia: 1) presi¨®n de Bruselas, con suave amenaza de regular; 2) acuerdo de los fabricantes, y 3) finalmente una norma comunitaria que lo solemniza. Y que, en este caso, a?ade garant¨ªas a la seguridad de los aparatos y evita los problemas de interferencia de radio.
Es pues, una armonizaci¨®n industrial inducida desde la autoridad, pero fraguada al modo horizontal, desde el tejido productivo. Una operativa que puede superar en eficacia y velocidad a las t¨¦cnicas jur¨ªdicas m¨¢s empleadas hasta hoy en la UE: la armonizaci¨®n pura y simple (vertical: reglamentos, directivas), la armonizaci¨®n de minimis (establecer criterios b¨¢sicos, pero sin entrar en detalle); o el simple modelo coordinador, menos comunitarista, del reconocimiento mutuo entre Estados miembros.
?Cu¨¢l de ellas habr¨¢ que emplear para los otros aparatos? Todav¨ªa hoy los enchufes el¨¦ctricos difieren de pa¨ªs a pa¨ªs dentro de la UE: divergencia que obstaculiza el mercado interior y empobrece, a diferencia de la diversidad de lenguas. Todav¨ªa hay distintos formatos para las conexiones de los ordenadores. Y otro tanto sucede con c¨¢maras de fotos, deuved¨¦s, emepetr¨¦s y dem¨¢s cacharros. Util¨ªcese la t¨¦cnica legislativa que m¨¢s convenga a cada caso, la que sea m¨¢s r¨¢pida para facilitar y abaratar los accesos universales.
Es lo que, por v¨ªa de armonizaci¨®n pura y dura ha conseguido, segunda enhorabuena, la comisaria luxemburguesa Viviane Reding, con las comunicaciones itinerantes (roaming). Empez¨® hace tres a?os buscando imponer a las telecos una rebaja, v¨ªa topes m¨¢ximos, en las llamadas de voz de m¨®vil de un Estado miembro a otro. Logr¨® el pasado verano reducir su factura cerca de un 50%: el coste m¨¢ximo de la llamada pas¨® desde entonces a 0,49 euros/minuto, y desde ayer se sit¨²a en 0,43 euros. Si los ingresos de los operadores por roaming ascienden a unos 10.000 millones de euros anuales, consumidores y empresas habr¨¢n recuperado unos 5.000. Y las telecos deber¨¢n compensar ese menor ingreso acreciendo su competencia, con m¨¢s dosis de agresividad comercial y de eficiencia.
Desde ayer la rebaja se extiende a los mensajes de texto (SMS) y a los servicios de datos. La tarifa media era de 29 c¨¦ntimos m¨¢s IVA; ahora se reduce a casi un tercio, 11 c¨¦ntimos. De modo que enviar SMS de Espa?a a Alemania ser¨¢ un tercio m¨¢s barato que dentro de Espa?a (15 c¨¦ntimos): las autoridades dom¨¦sticas deber¨ªan reaccionar. La minimedida es ambiciosa, pues cada a?o se env¨ªan 2.500 millones de SMS transfronterizos en la UE, por un importe de 800 millones de euros.
Estas regulaciones intervencionistas buscan mayor liberalizaci¨®n y mayor competencia, pugnan por completar el mercado interior. Deber¨ªan hacer reflexionar al nuevo euroescepticismo que ancla coartada en la paleocr¨ªtica a la Europa liberal, la de los mercaderes. Sobre todo si van acompa?adas de desregulaciones agr¨ªcolas. Tercera enhorabuena, tambi¨¦n desde ayer Bruselas ha suprimido las puntillosas normas sobre comercializaci¨®n de 26 frutas y hortalizas, que imped¨ªan vender calabacines, zanahorias o esp¨¢rragos que no llegasen a determinado formato. Y es que el problema de los europeos no es el tama?o de las cebollas que ingieren. Pero s¨ª pueden serlo los oligopolios que dificultan y encarecen sus comunicaciones, familiares y de negocios.
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