Michael Jackson, ¨²ltimo acto
Estrellas del espect¨¢culo y del deporte, familiares y 'fans' dan un emocionado adi¨®s al m¨²sico - La despedida fue retransmitida en directo a todo el mundo
This is it. Esto es todo. Ese iba a ser el nombre de su ¨²ltima gira, la que Michael Jackson estaba ensayando en el centro Staples de Los ?ngeles para comenzar el medio centenar de conciertos previstos a partir de la pr¨®xima semana en Londres. El 25 de junio se encarg¨® de cambiar los planes de sus fans, de sus familiares, de los medios de comunicaci¨®n de todo el mundo. Michael Jackson hab¨ªa muerto.
Pero el show debe continuar y el martes en Los ?ngeles su funeral se convirti¨® en la ¨²ltima gira de la superestrella, su cuerpo paseado por toda la ciudad en un cortejo f¨²nebre que se espera supere la audiencia de cualquier retransmisi¨®n mundial en directo. Su nombre escrito en las nubes y en el pavimento, en corazones floreados y en las codiciadas entradas para el ¨²ltimo concierto, en las gargantas de aficionados y estrellas, todos unidos en un ¨²ltimo adi¨®s al rey del pop. Como grit¨® uno de sus fans, "?larga vida al rey!".
50.000 personas siguieron la ceremon¨ªa desde el exterior del Staples
3.200 polic¨ªas vigilaron las calles de la ciudad durante todo el d¨ªa
En esta ocasi¨®n, el cuerpo de Jackson se limit¨® a estar presente en el mismo escenario donde no hace ni dos semanas daba sus ¨²ltimos pasos de baile. Los que le rodearon se encargaron de la coreograf¨ªa. Un desfile de estrellas que pese al impacto internacional de Jackson y de su m¨²sica se concentr¨®, salvo excepciones, en los rostros de la cultura y el espect¨¢culo de la comunidad negra: Spike Lee, Wesley Snipes, Queen Latifah, Jennifer Hudson, Smokey Robinson, Stevie Wonder, Lionel Richie, Mariah Carey, Berry Gordy, Magic Johnson, Kobe Bryant, Usher, John Mayer o el gran amor de juventud de Jackson, Brooke Shields.
Los presentes se hicieron notar tanto como los ausentes. El mayor vac¨ªo, el de Elizabeth Taylor, la mejor amiga de Jackson e invitada a ofrecer una ¨²ltima eleg¨ªa que la veterana actriz rechaz¨®. "No creo que Michael quisiera verme compartir mi dolor con millones de extra?os", afirm¨® a trav¨¦s de Twitter. Tampoco estuvieron sus ex esposas, ni Lisa Marie Presley ni Debbie Rowe, para no distraer la atenci¨®n de los asistentes, dijeron, lo mismo que el doctor Conrad Murray, la ¨²ltima persona que le vio vivo.
Pero otros se hicieron o¨ªr con mensajes de condolencia y respeto le¨ªdos al comienzo de la ceremonia, de Diana Ross y Nelson Mandela antes de que un silencio que se hizo eterno y los cantos religiosos de "vamos a ver al rey" precedieran al f¨¦retro dorado portado por sus hermanos. Fue la ¨²ltima gran entrada de Jackson, su cuerpo en el f¨¦retro depositado a los pies del escenario y una audiencia enardecida, aplaudiendo y coreando su nombre hasta silenciarlos a todos.
Si la familia deseaba un tono m¨¢s sombr¨ªo y respetuoso para este ¨²ltimo adi¨®s a alguien criticado por sus extravagancias, sus seguidores pusieron el coraz¨®n, sus gargantas con gritos de admiraci¨®n, sus manos con aplausos de j¨²bilo y sus pies dispuestos a bailar una vez m¨¢s al ritmo de la superestrella del pop fallecida a los 50 a?os. Y el propio Jackson se encarg¨®, despu¨¦s de muerto, de poner las palabras a sus exequias, cuando sus canciones sonaron casi premonitorias como la interpretaci¨®n de I'll Be There (All¨ª estar¨¦), Will You Be There (Estar¨¢s ah¨ª) o Never Dreamed You'd Leave in Summer (Nunca so?¨¦ que me dejar¨ªas en verano).
Como afirm¨® el portavoz de la polic¨ªa Earl Paysinger, "los ojos del mundo est¨¢n aqu¨ª". A falta de confirmaci¨®n oficial, se espera que esta ceremonia se convierta en la retransmisi¨®n en directo de mayor audiencia, por encima la de esas otras exequias f¨²nebres de una fan de Michael Jackson cuya vida acab¨® tambi¨¦n de improviso y antes de lo esperado, cuando comenzaba otra etapa de su vida: Lady Di.
Los periodistas, de hecho, acabaron siendo una presencia m¨¢s numerosa en las calles de Los ?ngeles que la de los propios seguidores del cantante que, siguiendo los consejos de la polic¨ªa, prefirieron seguir la ¨²ltima gira del cantante en sus televisores, en sus ordenadores o mediante los continuos mensajes de Twitter.
El jefe de la polic¨ªa de Los ?ngeles, William Bratton, fue bajando a lo largo de la ceremonia sus expectativas y, si en un momento dado se coment¨® la posibilidad de que un mill¨®n de personas se dieran cita para el ¨²ltimo adi¨®s, la polic¨ªa confirm¨® que los n¨²meros estaban muy por debajo, m¨¢s cercanos a los 50.000. No hubo incidentes. El ambiente que acompa?¨® la jornada de luto fue extra?amente apacible, una tranquila ma?ana de verano donde los asistentes se dejaron llevar por un mar de sentimientos y donde las discusiones sobre ese otro Michael de los ¨²ltimos a?os, los problemas de su herencia o el futuro de sus hijos quedaron t¨¢citamente prohibidas.
Los hubo llorosos, conscientes de que ¨¦ste es el fin. Por eso acudieron a Los ?ngeles desde todos los puntos del globo para un ¨²ltimo adi¨®s a su ¨ªdolo y a una ¨¦poca. Como record¨® el reverendo Jesse Jackson, uno de los rostros populares que cruzaron la alfombra negra que conduc¨ªa al centro Staples, "es un momento de celebraci¨®n, pero con tristeza porque Michael est¨¢ muerto. Y eso es mucho decir". Pero fueron muchos m¨¢s los asistentes llenos de j¨²bilo, dispuestos a celebrar la m¨²sica del cantante, su ritmo y su influencia en la cultura popular, emulando desde la noche anterior el recuerdo de Jackson en su indumentaria, un sombrero aqu¨ª, un guante blanco all¨¢, algunos recordando al h¨¦roe de Bad o al de Thriller de pies a cabeza.
Muchos otros simplemente celebraron su suerte, la de ser uno de los 17.500 afortunados en hacer historia, elegidos al azar entre los 1,6 millones que se inscribieron en la rifa que organiz¨® en tres d¨ªas la promotora AEG Live para esta ceremonia. "Yo gan¨¦ el m¨ªo en E-Bay", dijo con la misma ilusi¨®n uno de sus seguidores, llegado a Los ?ngeles desde Detroit antes incluso de haber conseguido una entrada que al final le cost¨® 200 d¨®lares en la reventa electr¨®nica.
No fue el ¨²nico que tuvo que forzar la suerte. Numerosas rutas a¨¦reas como las de British Airways agotaron sus pasajes a Los ?ngeles con seguidores que cuando se montaron en el avi¨®n desconoc¨ªan si la suerte les hab¨ªa sonre¨ªdo. Una fuente de ingresos que puede aportar a la ciudad de Los ?ngeles unos cuatro millones de d¨®lares en el sector servicios.
Los mismos cuatro millones que, se calcula, cost¨® a la ciudad esta despedida que puso a 3.200 efectivos de la polic¨ªa en la calle. Para recuperar las p¨¦rdidas y evitar las cr¨ªticas, el Ayuntamiento de Los ?ngeles ha instado a los seguidores de Jackson a que contribuyan con sus donaciones al costo de esta celebraci¨®n utilizando m¨¦todos como paypal ahora que ni la familia Jackson ni la promotora AEG se han rascado los bolsillos.
Aunque en su mayor parte los aficionados sin entrada ni pulsera se abstuvieron de salir a la calle, la decisi¨®n de la familia en el ¨²ltimo momento de llevar el cuerpo de Jackson a la ceremonia, al centro de esa cancha que es la sede de los Lakers, anim¨® a los menos afortunados a buscar un lugar para mirar desde una esquina, desde las autopistas, desde un balc¨®n, para ver pasar al rey del pop en su ¨²ltima gira mientras desde el cielo un avi¨®n trazaba el nombre de Michael Jackson y un gran coraz¨®n blanco.
Los ¨²nicos invitados de excepci¨®n que no necesitaron ni entrada ni pulsera fueron unos veinte elefantes llegados a Los ?ngeles como parte del circo Ringling Bross & Barnum & Bailey y que sentaron su campamento justo en la parte trasera del centro Staples mientras el mundo dec¨ªa su ¨²ltimo adi¨®s al rey del pop.
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