Apoteosis de la Filarm¨®nica de Berl¨ªn con Boulez y Rattle
Cuatro a?os ha durado el sue?o. Los necesarios para poner en pie El anillo del Nibelungo, etapa a etapa. Esa era la excusa de la "residencia veraniega" en Aix-en-Provence de la Filarm¨®nica de Berl¨ªn, en una coproducci¨®n con el Festival de Pascua de Salzburgo, donde concluir¨¢ la aventura en marzo y abril de 2010.
El concierto que el pasado domingo dirigi¨® Pierre Boulez a los filarm¨®nicos berlineses entra de lleno en la categor¨ªa de lo insuperable. Tanto la M¨²sica para cuerda, percusi¨®n y celesta, de Bela Bartok, como el Concierto para la mano izquierda, de Ravel, con Pierre Laurent Aimard de solista, tuvieron una realizaci¨®n perfecta. Ante la apoteosis, Aimard regal¨® al p¨²blico cinco de las Notations de Boulez en su versi¨®n original para piano, como p¨®rtico a las versiones para orquesta que se tocaron a continuaci¨®n. La interpretaci¨®n fue fabulosa, dirigiendo Boulez con su habitual precisi¨®n, contenci¨®n, exactitud y sabidur¨ªa. Deslumbrante.
Brillantez escandalosa
Simon Rattle y la orquesta fueron los protagonistas principales de El ocaso de los dioses, ¨²ltima jornada de la tetralog¨ªa wagneriana. La versi¨®n desped¨ªa fuego en cada pasaje pero tambi¨¦n una enorme capacidad de an¨¢lisis en el despliegue de los cada vez m¨¢s concentrados "motivos conductores" wagnerianos. La brillantez era escandalosa, embriagante. Los contrastes din¨¢micos apabullaban. El sonido no pose¨ªa ning¨²n tipo de ret¨®rica. La puesta en escena de St¨¦phane Braunschweig se va haciendo cada vez m¨¢s esencialista conforme El Anillo transcurre. Escaleras a lo Appia, espacios vac¨ªos a lo Brook. Curiosamente, la componente m¨¢s carnal del teatro la pone Rattle con la m¨²sica. El elenco vocal estuvo encabezado por Ben Heppner, Katarina Dalayman y Mikhail Petrenko -como Sigfrido, Brunilda y Hagen, respectivamente- contando tambi¨¦n con Anne Sofie von Otter en el personaje de Waltraute. En conjunto alcanz¨® un nivel notable.
Para aliviar el peso de tantas emociones fuertes se ha programado en el patio del Palacio del Arzobispado una refrescante y divertida versi¨®n de Orfeo en los infiernos, de Offenbach, con la Camerata de Salzburgo, la Academia Europea de la M¨²sica y el concurso ¨¢gil e imaginativo de Alain Altinoglu e Yves Beaunesne, como directores musical y esc¨¦nico, respectivamente.
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