Los bueyes de carreta de siempre

Toros de Miura o bueyes de carreta. As¨ª se fueron por el negro t¨²nel del desolladero. Se salva el quinto, aunque no el tercero, de nombre Ermita?o, ese toro que en el encierro de la ma?ana reparti¨® cornadas a destajo a los corredores.

Los toreros Juan Jos¨¦ Padilla y Jes¨²s Mill¨¢n, vulgares hasta decir basta.

Todo lo contrario la actuaci¨®n de Rafaelillo en su segundo. Se comport¨® como un torero valiente. Bien con el capote, y demostrando con la muleta una gran disposici¨®n. Exhibi¨® un valor seco, hondo. Se comport¨® con arrojo, muy firme. Al entrar a matar, despu¨¦s de un metisaca, el toro se lastim¨® una mano. No pudo por ello refrendar con la espada lo que se hab¨ªa ganado con creces con el coraz¨®n. Mas dio la vuelta al ruedo con toda justicia. Fue una vuelta al ruedo de las de verdad, despaciosa y redonda como una l¨¢grima. Honores para un torero valiente.

Sembrando trigo

La falta de fundamento fuera de ese quinto toro, y algunos retazos del segundo, tambi¨¦n de Rafaelillo, no queda sino aludir al oficio de cronista de toros. A veces, con las prisas, por no rebasar las horas de cierre, a las cr¨®nicas de toros se las pueden definir como un mont¨®n de palabras a la deriva. Algo parecido a la actuaci¨®n de ayer de los diestros Padilla y Mill¨¢n.

Punto y aparte merece Juan Jos¨¦ Padilla, el llamado Cicl¨®n de Jerez, quien en un coloquio a la ma?ana lleg¨® a decir que ¨¦l no enga?a al p¨²blico. Y efectivamente ayer su actuaci¨®n no tuvo las dosis de enga?ifa que ha tenido otros a?os, por lo que ha salido triunfador de la plaza. Ayer no apel¨® a ninguna suerte de enga?o. Estuvo honrado y honesto con el material inservible que le toc¨®. Reconozcamos que cumpli¨® con la palabra de que ¨¦l no sale a enga?ar. En alguna ocasi¨®n se le puede incluir el dicho popular: "Trigo pens¨¦ sembrar y me sali¨® un amapolar".

Pero volvamos a las cosas serias. Tanto los toreros ya maduros como los que empiezan deber¨ªan apercibirse de que lo m¨¢s perdurable de la tauromaquia es el estilo personal. El estilo es la inversi¨®n m¨¢s valiosa que un torero puede hacer de su tiempo.