La pasarela de los ba?adores
Final de 200m libre en los Campeonatos de Estados Unidos. Resultado previo: Speedo, 4; Jaked, 4. Se anuncia y se saben los nombres de los nadadores, pero lo que hace a?os no suced¨ªa, se produce como una letan¨ªa. Los espectadores se dedican a contar los trajes. Como en un desfile de modelos. La pasarela de los ba?adores es una realidad. Discretos grises y negros los Speedo frente a los coloridos Jaked. Gana Speedo con Phelps y David Walters da la sorpresa al ser segundo con el Jaked.
R¨¢pidamente todo el mundo se olvida de los trajes, porque esto es Estados Unidos y no creen en "ayudas extra?as". Pero la guerra est¨¢ ah¨ª. En algunas pruebas masculinas otros modelos han causado hasta risa.
Minutos antes, los inspectores han tenido que dar el visto bueno a las prendas. Deben estar entre los permitidos por la Federaci¨®n Internacional. La estadounidense, como la australiana, mostr¨® su descontento por el l¨ªo de la vestimenta. Un portavoz lleg¨® a declarar que el desaguisado "puede alterar gravemente la pureza y realidad de las competiciones".
En la nataci¨®n, donde salvo los sonados casos de dopaje chinos y los desvelados a posteriori de la Rep¨²blica Democr¨¢tica Alemana, la limpieza del deporte ha sido inmensamente mayor que en otros, se ha instalado el tecnodoping, que tiene una dif¨ªcil soluci¨®n. Ya hay denuncias entre fabricantes. De momento, las ventas en el Natatorium de Indian¨¢polis se han disparado a una media de 500 d¨®lares (unos 359 euros) la pieza.
Sin embargo, tambi¨¦n ha habido un hurac¨¢n de aire fresco. Aaron Peirsol, el rey de la espalda, recuper¨® los dos r¨¦cords de 100m y 200m s¨®lo con unos pantalones largos. "Los trajes no son para m¨ª, no nado a gusto", dijo. El contenido, al menos, siempre ser¨¢ m¨¢s importante que el continente, aunque ¨¦ste ayude.
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