Primero la crisis, ahora las obras

Hay carteles que rezan "se alquila" en las persianas de la tienda de comestibles El Rebost de Can Sol¨¦. Dentro, Mar¨ªa Dolores D¨¦liz, que regent¨® el comercio durante cuatro a?os y medio, se dedica a barrer y preparar el local para su traspaso. "Los dos ¨²ltimos meses han ido fatal por la crisis", explic¨® ayer. Pero a?adi¨® que lo que le hizo cerrar definitivamente el pasado fin de semana fue el corte del tr¨¢fico en el tramo de la calle de Mallorca entre Castillejos y Sic¨ªlia para realizar el t¨²nel del AVE. Su tienda est¨¢ en el chafl¨¢n de Mallorca con Lepant y desde ayer por all¨ª s¨®lo pueden circular autobuses, taxis y coches de vecinos. A mediados de agosto, el cierre al tr¨¢fico ser¨¢ total. "Como nosotros, muchos van a tener que cerrar" por falta de clientela, augura D¨¦liz.

Otros comerciantes de la calle temen tener que colgar el cartel de "cerrado por obras". ?stas se realizan, por una parte, frente a la Sagrada Familia, donde se est¨¢ instalando una pantalla para proteger las obras m¨¢s viejas de la ciudad, las del templo, de las m¨¢s nuevas, las del tren. Por otra, en el cruce de Padilla con Mallorca se perfora un pozo que servir¨¢ como punto de mantenimiento de la tuneladora del AVE. Los tenderos afectados por este pozo se han agrupado en una asociaci¨®n. "Pedimos a las administraciones que nos ayuden a superar la ca¨ªda de ingresos con una rebaja o un aplazamiento de los impuestos", reclama su presidenta, Gemma Gim¨¦nez, que tiene un bar en la zona. El Ayuntamiento ya les ha advertido de que no prev¨¦ esa posibilidad.

Estos comerciantes se cuentan entre los m¨¢s afectados por las 300 obras que se est¨¢n llevando a cabo en Barcelona aprovechando el verano, pero no son los ¨²nicos. Lo asegura Joan Mateu, presidente de la Fundaci¨® Barcelona Comer?, que agrupa los 16 ejes comerciales de la ciudad. Mateu descarta que las tiendas puedan llegar a cerrar exclusivamente como consecuencia de las obras, aunque "en un contexto de crisis, es la gota que colma el vaso para muchos". Y a?ade que la situaci¨®n tambi¨¦n es delicada para las tiendas ubicadas en el Guinard¨® y Sant Gervasi -donde se construye la l¨ªnea 9 del metro-, en la zona de la Sagrera -all¨ª se erigir¨¢ la estaci¨®n del AVE- y en el tramo de la calle de Rossell¨® que discurre entre Balmes y el paseo de Gr¨¤cia.

Si para los comerciantes de la calle de Mallorca la situaci¨®n es nueva, para los de estas zonas es ya una realidad cotidiana fastidiosa. Josep Maria y Laurent, los due?os de la tienda de muebles Little House, en la calle de Rossell¨®, se lamentan de que el cese del tr¨¢fico ha reducido la afluencia de clientes y, al reducirse la visibilidad, "ha habido m¨¢s robos". "A nosotros nos robaron a las 11.30", explican.Los comerciantes de la calle de Rossell¨® se han agrupado en una asociaci¨®n que ha pedido explicaciones al Consistorio, aunque no compensaciones econ¨®micas. "Somos conscientes de que no pueden compensar en cada obra, porque entonces nunca se har¨ªa ninguna, pero les pedimos que dejen mejor la calles de lo que ten¨ªan pensado, con m¨¢s ¨¢rboles y todas las aceras nuevas", se?ala Ramon, que ha impulsado esta entidad, desde su estanco. Como el Consistorio, Ramon tambi¨¦n defiende la necesidad de llevar a cabo obras para mejorar la ciudad, pero considera que podr¨ªan haberse hecho m¨¢s r¨¢pido y de forma menos perjudicial.

El Ayuntamiento recuerda que, cuando pasen los engorros de las obras, ser¨¢n precisamente los comerciantes quienes se beneficiar¨¢n de unas calles m¨¢s agradables. El concejal de Movilidad, Francesc Narv¨¢ez, asegur¨® anteayer que la inversi¨®n que se est¨¢ realizando es hist¨®rica, y que el n¨²mero de infraestructuras que se est¨¢n ejecutando es comparable s¨®lo a las que se llevaron a cabo en las v¨ªsperas de los Juegos Ol¨ªmpicos de 1992.