Abstenci¨®n y abstinencia

El Gobierno y las comunidades, en el seno del Consejo de Pol¨ªtica Fiscal y Financiera (CPFF) aprobaron ayer por amplia mayor¨ªa el nuevo modelo de financiaci¨®n, en el que el Ministerio de Econom¨ªa, para lograr el acuerdo, ha prometido inyectar m¨¢s de 11.000 millones de euros adicionales. Pese al escenario de d¨¦ficit p¨²blico y de desplome de la recaudaci¨®n tributaria, no es objetable que se destinen m¨¢s recursos p¨²blicos a salvaguardar los servicios b¨¢sicos de todos los espa?oles. M¨¢s discutible resulta que el Ejecutivo oculte bajo un manto de silencio la distribuci¨®n por territorios de ese dinero fresco, que tiene perfectamente cuantificada, puesto que el primer abono lo efectuar¨¢ este mismo a?o, a cargo del Presupuesto en curso. Esta opacidad gubernamental anima a autonom¨ªas de todo signo y a partidos como ERC a acudir a la ingenier¨ªa contable para presumir de las ganancias obtenidas, caldo de cultivo del recurrente agravio comparativo.

No hubo sorpresas en la reuni¨®n del CPFF: garantizada la aprobaci¨®n del sistema -en este ¨®rgano el Ejecutivo dispone de la mitad m¨¢s uno de los votos, a los que se sum¨® el apoyo de nueve comunidades-, los consejeros del PP, siguiendo las consignas de la direcci¨®n nacional, optaron por el doble juego ya anunciado: abstenerse de votar la reforma, pero no de embolsarse los ingresos adicionales que ¨¦sta reportar¨¢ a sus arcas. Al resucitar el espantajo de la insolidaridad de Catalu?a, el nuevo PP, aunque m¨¢s moderado en las formas, reincide en la misma doblez de la pasada legislatura, cuando denunci¨® que el Estatuto catal¨¢n romp¨ªa Espa?a para luego calcar muchos de sus preceptos en otras reformas estatutarias. Del partido que alardea de ser el ¨²nico con un discurso com¨²n para toda Espa?a cabr¨ªa esperar que votara lo mismo en las reuniones auton¨®micas, en las Cortes y en las comisiones bilaterales de cada comunidad con el Estado.

La otra fuerza que se ha autoexcluido del pacto es CiU. La federaci¨®n s¨®lo trabaj¨® con el escenario de un mal acuerdo para Catalu?a, sin apercibirse de que la ruptura entre PNV y PSOE forzaba al Gobierno a desbloquear la financiaci¨®n para as¨ª lograr el apoyo parlamentario de ERC e IU-ICV. V¨ªctima de su tacticismo y de su larga abstinencia de poder, CiU se inhabilita como eventual aliado del PSOE al borrarse del partido a falta de m¨¢s de un a?o para las elecciones catalanas.