Encerrados con un solo juguete
En el Foro Ermua -la plataforma c¨ªvica espa?olista surgida en el Pa¨ªs Vasco a ra¨ªz del asesinato de Miguel ?ngel Blanco- la crisis estall¨® en julio de 2008. Quien entonces presid¨ªa la entidad, el escritor I?aki Ezquerra, fue destituido durante una asamblea orquestada por su vicepresidenta, Inma Castilla de Cort¨¢zar. Al parecer, el choque trasluc¨ªa divergencias pol¨ªticas: mientras que Ezquerra apoyaba la l¨ªnea pragm¨¢tica y de acercamiento a los socialistas del actual l¨ªder del PP vasco, Antonio Basagoiti, sus adversarios internos -a los que el cesado describi¨® como "b¨²nker de la extrema derecha"- a?oran la radicalidad de Jaime Mayor Oreja y Mar¨ªa San Gil. Como quiera que sea, a lo largo del ¨²ltimo a?o el cruce de improperios ha sido feroz (despilfarradores, golpistas, ineptos, traidores, reaccionarios...) y, de los fundadores del Foro all¨¢ por febrero de 1998, ya no queda nadie en sus filas. Hace dos semanas, la se?ora Castilla de Cort¨¢zar obtuvo la presidencia formal gracias a una asamblea celebrada en Madrid -hay quien habla ya del Foro de Serrano...- y un juzgado de Bilbao debe pronunciarse un d¨ªa de estos sobre la validez legal de la revocaci¨®n de Ezquerra en 2008.
Los partidos monotem¨¢ticos atraen a personas reacias al debate abierto y proclives al dogmatismo
Este verano de 2009 ha sido el turno de la Asociaci¨®n de V¨ªctimas del Terrorismo (AVT), la m¨¢s politizada e ideol¨®gicamente escorada de las entidades de su g¨¦nero; la que, durante la primera legislatura de Rodr¨ªguez Zapatero, convoc¨® ocho manifestaciones de masas y lanz¨® las m¨¢s hiperb¨®licas invectivas contra la pol¨ªtica antiterrorista del Gobierno. Pues bien, quien fue el rostro y la voz -es dif¨ªcil creer que el cerebro- de aquella estrategia, el inefable Francisco Jos¨¦ Alcaraz, afirma ahora que su sucesor al frente de la AVT, Jos¨¦ Antonio Garc¨ªa Casquero, miente, malversa, veja a los asociados y, sobre todo, no agita ni moviliza en las calles contra el Ejecutivo socialista. En consecuencia, Alcaraz -que parece contar con el apoyo de m¨¢s de un tercio de los socios activos- se ha dado de baja y amaga con crear una plataforma rival, tal vez bajo el nombre ya registrado de Voces contra el Terrorismo.
Si del ¨¢mbito c¨ªvico pasamos al de los partidos pol¨ªticos, las aguas del espa?olismo y de su marca blanca, el antinacionalismo vasco o catal¨¢n, bajan igualmente turbias. Sobre la imparable crisis de Ciutadans no cabe a?adir gran cosa, a riesgo de caer en el ensa?amiento; s¨®lo constatar que Albert Rivera y sus fieles siguen aplicando la consigna estalinista de que "el partido avanza depur¨¢ndose", y decretan expulsiones y fuerzan bajas a decenas, la ¨²ltima de las cuales -concejal de Sant Andreu de la Barca- sentencia que "Ciutadans ha muerto". Pero es que tambi¨¦n lo que parec¨ªa la alternativa s¨®lida, seria y solvente a Ciutadans, Uni¨®n, Progreso y Democracia (UPyD) ha entrado en una din¨¢mica centr¨ªfuga y autodestructiva: ruidoso portazo del co-fundador -y expresidente del Foro Ermua- Mikel Buesa, suspensi¨®n de militancia a 14 dirigentes cr¨ªticos con la direcci¨®n, exhortaciones cruzadas a fundar otro partido, amenazas de recurrir a los tribunales, reproches de sectarismo, de fraccionalismo, de ausencia de democracia interna...
?Qu¨¦ ocurre? ?Acaso anda suelto un virus pol¨ªtico antiespa?olista peor que el de la gripe A? No. Lo que todos estos casos ilustran es el s¨ªndrome de los partidos monotem¨¢ticos, de las organizaciones vertebradas en torno a una sola idea, a un ¨²nico asunto, que f¨¢cilmente deviene obsesi¨®n. Tales grupos suelen atraer a numerosas personas que se sienten poseedoras de la verdad e investidas de una misi¨®n; por tanto, reacias al debate abierto y a la flexibilidad estrat¨¦gica o t¨¢ctica, y proclives al dogmatismo y a las soluciones disciplinarias, si est¨¢ en su mano aplicarlas. Cuando, adem¨¢s, esas plataformas o partidos conocen alguna forma de ¨¦xito, ¨¦ste da pie a borracheras de protagonismo medi¨¢tico (pensemos en el caso Alcaraz) que dejan luego una dur¨ªsima resaca. En definitiva, son como los ni?os encerrados con un solo juguete: que terminan por romperlo.
Joan B. Culla i Clar¨¤ es historiador.
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