14 mitos ca¨ªdos tras dos a?os de crisis
Los controles fallaron, pero el furor por las reformas se apaga a medida que se inicia la recuperaci¨®n - Los banqueros han cobrado millones y no han sido juzgados
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La crisis cumple ahora su segundo aniversario sin mostrar el final del t¨²nel. Una traves¨ªa mucho m¨¢s oscura desde que, en septiembre pasado, EE UU dej¨® caer una entidad tan interconectada con todo el mundo como Lehman Brothers, un error monumental en opini¨®n de la mayor¨ªa de los economistas consultados. La crisis ha sacudido al capitalismo, que necesita reformas urgentes que tardan en llegar. Incluso existe el riesgo de que el poderoso lobby financiero atenace a las autoridades para que s¨®lo hagan cambios cosm¨¦ticos, ante la t¨ªmida recuperaci¨®n de las cuentas.
Los expertos creen que la confianza s¨®lo regresar¨¢ cuando los supervisores y reguladores consigan entidades m¨¢s transparentes. Evitar el espejismo de la liquidez ilimitada y que la banca pueda transferir riesgo al sistema, como hizo con las subprime, apunta Jos¨¦ Carlos D¨ªez, economista jefe de Intermoney, son otras lecciones de la debacle.
"Los bonus fuerzan a mentir para ganar m¨¢s", apunta un experto del IESE
"Los propios bancos no pueden medir el riesgo", concluye el profesor Garicano
De todas formas, como dicen los economistas Xavier Sala i Mart¨ª y Jaques Attali, las nuevas normas no evitar¨¢n la siguiente crisis, s¨®lo cambiar¨¢ su naturaleza. "Las nuevas crisis financieras mundiales utilizar¨¢n todos los recursos de las nuevas tecnolog¨ªas de la comunicaci¨®n", dice Attali.
Esta crisis se ha llevado por delante un pu?ado de mitos:
- M¨¢s mercado y menos Estado. Antes de la crisis, en plena vor¨¢gine de crecimiento alocado, se ped¨ªa que dejaran manos libres al mercado, al que se consideraba justo repartidor de riquezas. "En sectores que son sist¨¦micos, no s¨®lo la banca, es absurdo que el Estado se retire del todo. Si por volumen de empleo o el peso en la econom¨ªa, una empresa no puede caer, el Estado debe tener controles y supervisi¨®n", comenta Alfonso Garc¨ªa, socio de Analistas Financieros Internacionales (AFI). En esta crisis los Estados han sido los paganos, con una factura de m¨¢s de tres billones de euros.
- La supervisi¨®n escasa impulsa al mercado libre. En el mundo financiero anglosaj¨®n, la normativa se tomaba como una pesada carga que frenaba la creaci¨®n de riqueza. A la vez, persist¨ªa la creencia de que la autoridad supervisora brit¨¢nica, la Financial Services Authority, y la norteamericana, la Securities Exchange Commission, eran implacables con los que se saltaban la ley. La crisis ha demostrado que las entidades van por delante de los reguladores. Crearon una banca en la sombra sin ning¨²n control y organizaron un mercado de hipotecas subprime sin asumirlas en sus balances. Pese a los anuncios de mayor control al sector, Estados Unidos ha renunciado a dar m¨¢s poder a los supervisores como se plante¨® en un principio. En el mercado existe el convencimiento de que es un problema de cantidad (escaso n¨²mero de funcionarios) y de calidad (tienen menor preparaci¨®n que los ejecutivos). Luis Garicano, profesor de la Universidad de Chicago e impulsor de un nuevo departamento en la London School of Economics, opina que: "La clave es regular sin estrangular al mercado".
- Los banqueros son profesionales de prestigio y deben tener salarios elevados. Ha quedado demostrado que los ejecutivos y los consejeros aprobaban productos de los que desconoc¨ªan su riesgo real, como ha dicho Juan Ram¨®n Quintas, presidente de la CECA. Es decir, no hicieron bien su trabajo. Sin embargo, cobraban unos sueldos estratosf¨¦ricos que les hace responsables de lo ocurrido, aunque al final la factura la han pagado los ciudadanos y los accionistas. La UE ha decidido atacar los sueldos que fomenten el riesgo al fomentar la subida de beneficios a corto plazo. En Reino Unido, el Gobierno ha pedido conocer los salarios para que no se relacionen con operaciones de riesgo. En EE UU sigue abierto el debate. "Ni siquiera alguien con la capacidad de siete personas se merecer¨ªa esos salarios", apunta Pablo Fern¨¢ndez, del IESE, "los bonus por beneficios fuerzan a mentir a la gente para cobrar m¨¢s".
- El que la hace, la paga. Este axioma ha mutado en "al que la hace, le pagan", porque los pocos altos ejecutivos que han perdido su puesto se han ido a casa con muchos millones. Hasta ahora, la lista de bajas de presidentes o consejeros delegados es esta: Fred Goodwin, del Royal Bank of Scotland; Charles Prince, de Citigroup; Stanley O'Nelly, de Merrill Lynch; Marcel Ospel, de UBS; Martin Sullivan, de AIG; Ferry Killinger, de Washington Mutual... y pocos m¨¢s.
Luis de Guindos, responsable financiero de PriceWaterhouseCoopers cree que si los culpables (y sus entidades) no asumen las responsabilidades, se trasladar¨¢ la idea de que cuando hay beneficios son para las empresas, y si hay p¨¦rdidas, las paga el Estado.
- La banca comercial es aburrida. El dinero est¨¢ en la banca de inversi¨®n. Hace s¨®lo unos a?os, las entidades dedicadas a la banca comercial, la que obtiene resultados c¨¦ntimo a c¨¦ntimo eran consideradas atrasadas financieramente, menos rentables y ausentes de glamour. Algunos Gobiernos y supervisores alentaron el crecimiento de la banca de inversi¨®n, que protagonizaba grandes operaciones internacionales y mov¨ªa el tejido empresarial. La crisis ha demostrado que detr¨¢s de todo esto hab¨ªa m¨¢s ingenier¨ªa financiera y burbujas de liquidez que otra cosa.
"Hay que volver a la banca aburrida, la m¨¢s pr¨®xima al cliente, para recomponer el sistema" ha dicho Paul Krugman, premio Nobel de Econom¨ªa de 2008. Las autoridades quieren que, en el futuro, las grandes entidades combinen el negocio comercial con el de inversi¨®n. "Lo que se ha llevado esta crisis es el modelo de banca que ganaba un 25% m¨¢s cada a?o por el fuerte endeudamiento. Cuando el mercado va mal, estas entidades son las que peor lo pasan", apunta De Guindos, ex secretario de Estado de Econom¨ªa. Garicano a?ade: "Nada es gratis. Retornos excepcionales casi siempre proceden de asumir riesgos excepcionales".
- Los grandes mercados est¨¢n supervisados y regulados. Las hipotecas basura y los CDS (seguros de impago) mov¨ªan miles de millones pero no estaban regulados ni supervisados. Adem¨¢s, las entidades los ten¨ªan fuera de sus balances. "Este tipo de productos ha demostrado ser vulnerables a la incertidumbre. Sus mercados se cerraron hasta el punto de que no hubo ni una transacci¨®n", comenta Garc¨ªa, de AFI. Para evitarlo, la UE quiere que, a partir de 2011, la banca que trabaje con productos fuera de balance tenga m¨¢s capital.
- El mercado es eficiente y pone precio a los activos. Este largo ciclo de crecimiento alent¨® la creencia de que el mercado siempre da precio a los activos. En mitad de esa carrera alcista, los bancos norteamericanos insistieron en la utilizaci¨®n del mark to market, es decir, que los activos se valoren a precio de mercado, recogido en las Normas Internacionales de Contabilidad (NIC). El resultado fue que los activos se hincharon en paralelo a la burbuja. Esta filosof¨ªa tambi¨¦n est¨¢ en la reforma internacional de Basilea II. Ambas est¨¢n en profunda revisi¨®n.
Ahora, la banca norteamericana y brit¨¢nica ha conseguido que el supervisor elimine la valoraci¨®n de mercado para no castigar sus cuentas, en un movimiento que algunos consideran "maquillaje" y que puede favorecer otra burbuja futura. Sin embargo, la UE ha suavizado la normativa, pero la mantiene. Los expertos piden utilizar otros modelos, pero con transparencia. "Sobre Basilea II hemos aprendido que los propios bancos no pueden decidir el riesgo crediticio y por lo tanto las reservas usando sus propios modelos", dice Garicano.
- No hay que preocuparse de la liquidez, casi es ilimitada. "La idea de que siempre hab¨ªa liquidez acab¨® con el principio del medir el riesgo real. Parec¨ªa que hab¨ªa dinero para todo", apunta Robert Tornabell, catedr¨¢tico y profesor del Departamento de Direcci¨®n Financiera de ESADE. Lo cierto es que se ha pasado de golpe, de la inundaci¨®n a la sequ¨ªa.
- No hay ciclos en la econom¨ªa. En mitad de la borrachera de crecimiento, algunos economistas sostuvieron que los ciclos hab¨ªan desaparecido. Tras superar, sin graves problemas, la crisis de las divisas latinoamericanas y de las empresas puntocom de principios del 2001, algunos apuntaron que la experiencia pasada, junto a la interconexi¨®n entre las autoridades internacionales, pod¨ªa mitigar la virulencia de ciclos pasados. Lejos de eso, la globalizaci¨®n ha demostrado que hace sobrereaccionar a los mercados, amplifica las noticias negativas y la desconfianza.
Emilio Ruiz, economista, especializado en la Gran Depresi¨®n del 29, dijo en diciembre de 2004: "El uso generalizado de las comunicaciones, ?nos hace suponer la desaparici¨®n o, por lo menos, admitir que los ciclos se desenvolver¨¢n dentro de una mayor estabilidad? Si admitimos la existencia de grandes ciclos en la din¨¢mica de la econom¨ªa capitalista, la duraci¨®n de cierta estabilidad llegar¨ªa hasta 2020". En mayo de 2006, Juan Jos¨¦ Toribio, director del IESE de Madrid, coment¨®: "Creo que al vivir en una econom¨ªa m¨¢s globalizada, las recesiones de una zona vienen compensadas por las aceleraciones de otra".
- Los bancos, cuanto m¨¢s grandes, m¨¢s seguros. Nadie osar¨ªa hacer este comentario en presencia de los presidentes de Citigroup, Bank of America, Royal Bank of Scotland o del ex presidente del difunto Lehman Brothers... Precisamente las v¨ªctimas de esta crisis est¨¢n, en parte, en la lista de los gigantes del sector, con la excepci¨®n de los espa?oles.
El Banco de Inglaterra y el BIS han dicho que si las entidades son demasiado grandes para quebrar, son demasiado grandes para existir. El BCE pide que sean controlados por colegios de supervisores, no s¨®lo por el de su pa¨ªs.
- Con la globalizaci¨®n, no importa donde est¨¦ la sede social. Parte del negocio ruinoso de Citigroup o de Lehman estaba en Asia o Europa. El Royal Bank tuvo p¨¦rdidas en Nueva York... pero al final han sido los Gobierno norteamericano y brit¨¢nico los que han pagado la factura del rescate. Cuando una entidad cae, el lugar donde est¨¢ la sede social es clave para las ayudas. Por eso, los pol¨ªticos quieren "campeones nacionales" y ha resurgido el nacionalismo econ¨®mico.
- Estamos a salvo con las nuevas normas: las NIC y Basilea II. Poco ha durado el prestigio de ambas normativas. Est¨¢n en revisi¨®n completa para reforzar cuatro aspectos: las provisiones, que deber¨¢n hacerse en momentos de bonanza aunque no haya morosidad (el modelo espa?ol); el capital, que deber¨¢ aumentar, sobre todo si hay operaciones de riesgo; el principio de consolidaci¨®n dentro del balance de todos los productos (para evitar la venta de subprime a terceros) y vigilancia de la liquidez, que apenas se ten¨ªa en cuenta.
- Las agencias de 'rating' y los auditores vigilan. El oligopolio de las tres grandes agencias de calificaci¨®n financiera, Moody's, Standard&Poo's y Fitich ha fracasado y se prepara una profunda revisi¨®n. Han demostrado no tener sistemas fiables para medir los cr¨¦ditos basados en activos basura. Los auditores tambi¨¦n han sido criticados por mezclar sus servicios con los de consultor¨ªa. "No aprendieron de la crisis de Enron", dicen en AFI. Tornabell, de Esade, cree que no pueden cobrar de los clientes a los que tienen que juzgar. Fern¨¢ndez, del IESE, cree que hay empresas que consideran que los auditores no te pueden criticar porque les est¨¢s pagando.
- Los 'hedge funds' y los productos sofisticados dinamizan la econom¨ªa. La titulizaci¨®n de activos (que es una forma de empaquetar y revender productos), los derivados y los hedge funds fueron los protagonistas de la ¨¦poca dorada. Ahora se les considera responsables de buena parte de la burbuja y del sobreendeudamiento. Warren Buffet advirti¨® de que "los derivados son verdaderas armas de destrucci¨®n masiva". De Guindos opone que "el origen de la burbuja de liquidez no son tanto los derivados como el mantenimiento de los tipos de la FED en niveles muy bajos durante mucho tiempo".

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