Un muerto y 10.000 hect¨¢reas arrasadas en Teruel por el fuego
Los habitantes de las zonas afectadas se quejan de la escasez de medios de extinci¨®n
El fuego arrasaba ayer los montes de la provincia de Teruel en una serie de grandes incendios declarados el mi¨¦rcoles que no pudieron ser controlados. Unas 10.000 hect¨¢reas hab¨ªan ardido hasta anoche, seg¨²n las cifras del Gobierno aragon¨¦s, la mayor parte de ellas en los tres grandes incendios originados en la l¨ªnea imaginaria que comunica Teruel con Alca?iz. ?stos afectaron sobre todo a los municipios de Alloza, donde se quemaron, siempre con cifras provisionales, 1.463 hect¨¢reas, Aliaga, donde ardieron 7.158, y las localidades de Cedrillas y Corbal¨¢n, donde la superficie afectada sumaba unas 993 y adem¨¢s hubo que lamentar una v¨ªctima mortal. R. C. B., de 44 a?os, bombero profesional de la Diputaci¨®n de Teruel, que falleci¨® tras caer por un barranco con la motobomba que conduc¨ªa.
"Lo ¨²nico que puede ayudarnos es que llueva", afirma el regidor de Ca?izar
"No quiero pensar que se escaparan por ah¨ª las llamas", dice el alcalde de Aliaga
Cuando los servicios de extinci¨®n no hab¨ªan logrado a¨²n controlar un fuego, otro nuevo acosaba el monte. El ¨²ltimo, de grandes dimensiones, se declar¨® por la tarde entre Los Olmos y Alcorisa, donde se hac¨ªa un llamamiento a los propietarios de tractores para roturar terrenos. Ante una situaci¨®n incontrolable, la Diputaci¨®n y Protecci¨®n Civil enviaron ayer m¨¢s medios.
Las llamas obligaron a desalojar en la madrugada del mi¨¦rcoles a alrededor de 1.500 personas, seg¨²n la Junta, aunque en su mayor¨ªa m¨¢s "por la amenaza del humo" que de las llamas. Anoche estaba previsto que todos regresaran a sus casas. "A la pedan¨ªa de Cirujeda no ha llegado el fuego todav¨ªa, pero en La Ca?adilla es donde se ha quemado todo, han ardido un par de casas", aseguraba a mediod¨ªa Jos¨¦ L¨®pez, de 47 a?os, alcalde socialista de Aliaga. Aunque el mayor peligro ya hab¨ªa pasado, el temor de L¨®pez era que el fuego cruzara el r¨ªo, avanzara por los montes y afectara al n¨²cleo principal de Aliaga. "No me quiero imaginar que se escapara por ah¨ª el fuego". El alcalde contemplaba el avance de las llamas desde un alto, a partir de donde la Guardia Civil imped¨ªa el acceso a las pedan¨ªas, en las que qued¨® un ret¨¦n y una motobomba.
La mayor preocupaci¨®n durante toda la noche fue que las llamas llegaran a la planta de biog¨¢s del municipio, que almacenaba entre 150 y 170 metros c¨²bicos de gas natural licuado, seg¨²n Juli¨¢n Cruz, el jefe de la planta, cuya explosi¨®n hubiera agravado considerablemente el incendio. De hecho, los medios tomaron mucho empe?o en realizar un cortafuegos para proteger la instalaci¨®n. "Ahora ha pasado el peligro", explicaba Cruz, tras pasar toda la noche generando electricidad para consumir el gas. Uno de los trabajadores de Neo Electra, el nombre de la planta, Jon Buj, de 21 a?os, se?alaba que la noche anterior hubo gran tormenta el¨¦ctrica. "Nos dijeron que hab¨ªan ca¨ªdo m¨¢s de 300 rayos". De hecho, la Junta entiende que los rayos son el origen de los fuegos, ya que el mi¨¦rcoles cayeron 5.000 en el Sistema Ib¨¦rico. Un fen¨®meno que sumado a un viento de 40 kil¨®metros por hora con rachas de 80, temperaturas que superaron los 40 grados en algunos puntos y una humedad del aire baj¨ªsima (hasta del 5%), se convirti¨® en la pesadilla de los medios de extinci¨®n.
A unos 75 kil¨®metros de Aliaga por carreteras de curvas, el panorama no era mejor en La Zoma, municipio tambi¨¦n evacuado la noche anterior. "Desde ayer no ha venido ning¨²n aparato de extinci¨®n", se quejaba Olga Hern¨¢ndez, zaragozana de 45 a?os, que trabaja en una planta que embotella agua para Aquabona y da trabajo a 44 personas. Si el mi¨¦rcoles el incendio en los municipios de La Zoma y Ca?izar de Oliva afect¨® al yacimiento de agua mineral -"el manantial se ha contaminado", explicaba-, a la una del mediod¨ªa el fuego amenazaba tambi¨¦n a la planta embotelladora. "Desde ayer s¨®lo hay un ret¨¦n peque?o, con un encargado y cuatro personas m¨¢s, y unos 20 trabajadores de la empresa ayudando en la extinci¨®n; ayer hasta desviaron una manguera de distribuci¨®n de agua mineral para llenar unas cubas y apagar el fuego", se quejaba Hern¨¢ndez, aunque matizaba que las cubas que estaban ayudando en las tareas de extinci¨®n son de una mina de Estercuel. Eso s¨ª, dejaba claro que el ret¨¦n que les ayud¨® "ha hecho todo lo que ha podido". Mientras, Ana, de 26 a?os, y Luis, de 21, del ret¨¦n encargado de esparcir producto retardante del fuego, explicaban con la cara tiznada de rojo por el polvo del camino que se hab¨ªan pasado la ma?ana asegurando el per¨ªmetro de La Zoma, y todav¨ªa les quedaba mucho trabajo.
"Lo ¨²nico que puede ayudarnos es que llueva; nosotros no estamos preparados para meternos en un fuego, hacen falta medios y aqu¨ª no ha llegado ninguno, aqu¨ª s¨®lo hemos tenido una cuadrilla, una motobomba y una m¨¢quina para echar retardante del fuego", clamaba Manuel Muniesa, de 33 a?os, alcalde por la Chunta Aragonesista de Ca?izar del Olivar, un peque?o municipio turolense de apenas 100 vecinos censados.
Muniesa tiene toda la cara de carbonilla y un aspecto agotado m¨¢s por la desesperaci¨®n que por el cansancio tras dos d¨ªas de lucha contra el fuego y la burocracia. "Un fuego que hubiese costado apagarlo dos horas con un helic¨®ptero y 70 vecinos que est¨¢bamos preparados esperando efectivos forestales, Guardia Civil, bomberos, que nos hubiesen orientado para entrar en el fuego, se ha convertido en una masacre, que ya no sabemos ni cu¨¢ntas hect¨¢reas se han abrasado ni las que faltan", narraba mientras contemplaba c¨®mo las llamas coronaban los pinos m¨¢s altos de una monta?a, "tenemos a todos los pueblos de alrededor en alerta porque esto no sabemos d¨®nde va a acabar".
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