El aparcamiento de la discordia
Los jueces siguen con la pelea por el parking de la Ciudad de la Justicia
En la Ciudad de la Justicia de M¨¢laga hay dos aparcamientos. Uno en el s¨®tano del propio edificio y otro fuera, a escasos metros de la entrada, al sol. El primero tiene 166 plazas y a las ocho y media de la ma?ana est¨¢ siempre lleno. El segundo nunca se llena de lo grande que es. Todo el mundo quiere aparcar dentro. Todo el mundo son 1.200 funcionarios entre, jueces, forenses, fiscales, secretarios, gestores, auxiliares... De momento, el que primero llega se la queda, es la norma que impera, palabra de la Junta. Pero los jueces, que alegan oficialmente motivos de seguridad, quieren ser los ¨²nicos usuarios del aparcamiento subterr¨¢neo.
El ocho de julio, el Juez Decano de M¨¢laga y el presidente de la Audiencia Provincial firmaron, pese a no tener competencia, un acuerdo en el que se asignaban el uso exclusivo del aparcamiento interno. Pero el edificio pertenece a la Junta y es la Consejer¨ªa de Justicia, m¨¢s concretamente la nueva consejera, Bego?a ?lvarez, quien decide. Su opini¨®n, expresada no hace a¨²n diez d¨ªas por un portavoz, es que "no habr¨¢ privilegios para jueces o fiscales".
"Si nos cambiamos a la Ciudad de la Justicia fue para mejorar" dice S¨¢ez
Los jueces quieren el aparcamiento subterr¨¢neo para uso exclusivo
Jos¨¦ Mar¨ªa P¨¢ez, que se puso al frente del Juzgado Decano de M¨¢laga a principios de semana, argumenta que "si nos cambiamos [del Palacio de Miramar, antigua sede] fue para mejorar, y ahora nos encontramos con que el aparcamiento no es de seguridad". La Guardia Civil vigila el aparcamiento subterr¨¢neo. Controla la barrera, est¨¢ al tanto de lo que recogen las c¨¢maras, inspecciona cada coche... En el de fuera hay un vigilante privado. "Los jueces alegan seguridad pero muchos no dejan que la Guardia Civil revise sus coches" exclama Adriano Moreno, responsable de SPJ-USO, sindicato mayoritario. "Dicen que ya lo han revisado ellos o se niegan a abrir el maletero. Adem¨¢s, ?no es peor que dentro aparquen s¨®lo ellos? Si alguien tiene que hacer algo en su contra sabr¨¢ que all¨ª est¨¢n todos".
Pero la seguridad no es el motivo, al menos no el ¨²nico ni el m¨¢s importante. "La democracia no excluye las categor¨ªas t¨¦cnicas. En una obra, primero est¨¢ el arquitecto y luego el pe¨®n o el alba?il", argumenta Antonio Alcala, presidente en funciones de la Audiencia. "Cuando empec¨¦ en Pozoblanco -recuerda Alcal¨¢- la gente se quitaba el cigarrillo de la boca al cruzarse conmigo. Un juez es una figura de autoridad, as¨ª que es l¨®gico que se le d¨¦ preferencia". Alcal¨¢ aparca fuera, "por no discutir", y habla de vocaci¨®n, la seguridad de los jueces queda sepultada por los kilos de papel que dice tener que transportar del despacho al coche. El magistrado no tiene reparos en admitir lo que otros jueces piensan: que lo del aparcamiento es una cuesti¨®n de categor¨ªa profesional". Aunque tambi¨¦n los hay que hablan de "orgullo profesional".
Hay quien, sin embargo, discrepa. Isabel Tobe?o, magistrada del juzgado de Instrucci¨®n n¨²mero seis, cree que "tal y como se enfoc¨® el tema del aparcamiento, parece un privilegio de los jueces y no una cuesti¨®n de seguridad". Tobe?o asegura que si es por seguridad, "deber¨ªan tomarse muchas otras medidas en el edificio". La juez es la ¨²nica que ha votado en contra del uso exclusivo del aparcamiento por parte de los jueces en las juntas celebradas. "Hace alg¨²n tiempo -recuerda Tobe?o- Caballero-Bonald, el anterior Decano, nos remiti¨® un modelo de circular para que, a t¨ªtulo personal, se la envi¨¢semos al Subdelegado del Gobierno. En el escrito, que s¨®lo deb¨ªamos rellenar con el nombre y poco m¨¢s, se pon¨ªa en evidencia la seguridad del edificio. S¨®lo 25 jueces lo enviaron... Cuando hay que implicarse personalmente -afirma Tobe?o- la cosa se desdibuja".
Mientras esto se discute, en el despacho d¨¦ Ferm¨ªn Villarrubia, Secretario judicial, la carga de trabajo rebasa ya la tasa anual ideal. "Al a?o deber¨ªamos tener 800 casos, y ya vamos por 1.500 " suspira Villarrubia.
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