"La vida hay que agitarla, como los botes"
Est¨¢ como m¨¢s joven Jorge Valdano, y tiene ya 54 a?os. Sigue siendo due?o de un discurso circular pero preciso, aunque ahora que es director general del Real Madrid (y adjunto al presidente) mide mucho m¨¢s lo que tiene que decir. Lo mide, pero lo dice. Cuando conversamos con ¨¦l, Valdano ya ha superado las primeras pruebas medi¨¢ticas: la ronda de los grandes futbolistas fichados por el club ha suscitado una ilusi¨®n enorme en la afici¨®n que termin¨® la temporada sacando, con ira, pa?uelos blancos, sobre todo porque el Bar?a de Guardiola los hab¨ªa humillado. El ejercicio de autoestima ha costado mucho dinero; de hecho, el club se sit¨²a en lo m¨¢s alto de una pir¨¢mide de dinero que ha mareado a los propios y a los contrarios. El dinero se va a pagar, nadie lo duda, dice Valdano. ?Y tiene miedo de que la fabricaci¨®n de esta ilusi¨®n se resuelva con un fiasco? El f¨²tbol es un azar. Valdano cree en ello. Su discurso nunca ha sido el del f¨²tbol de los resultados; no es un resultadista. Aqu¨ª lo explica. Se habla mucho del nuevo modelo del Real Madrid. Tampoco es tan nuevo, dice Valdano; se inaugur¨® con don Santiago Bernab¨¦u y con Alfredo Di St¨¦fano, que sigue siendo testigo activo de una manera de concebir el club. Lo que ha sucedido ahora, dicen ¨¦l y los suyos frente al posible reproche, es que la sociedad ha cambiado, y ahora traer futbolistas como aquellos (Kopa, Puskas, Zidane, Ronaldo, Figo) cuesta much¨ªsimo m¨¢s, porque, adem¨¢s, no juegan tan s¨®lo para los espectadores del Bernab¨¦u, ahora es cierto que juegan para el mundo entero. A Valdano le ha costado algo de salud, se imagina uno, porque en este mes y medio en que el Madrid se ha puesto a jugar sin bal¨®n para ganarle al Bar?a ha tenido que estar colgado al tel¨¦fono, mare¨¢ndose con las cifras y con los agentes y, probablemente tambi¨¦n, con los egos de los futbolistas.
"A Algunos jugadores les cuesta hacerse a la idea de que tienen que irse"
"A un ni?o de 12 a?os no se le puede tratar como a un profesional"
"La exhibici¨®n p¨²blica de gastos muy grandes provoca discursos agresivos"
?C¨®mo siente de nuevo la competici¨®n? No es lo mismo comentar, donde tiene que ser m¨¢s o menos ecu¨¢nime, que ponerse en la c¨²spide de un equipo... Estamos en una ¨¦poca en la que el club compite contra s¨ª mismo. Es el momento en que tienen que llegar jugadores, y otros tendr¨¢n que irse, inevitablemente. Todav¨ªa no hemos agrandado la mirada. La mirada a¨²n no abarca a los rivales, a la Liga, a las dificultades que est¨¢n impl¨ªcitas en la competici¨®n. De modo que es muy dif¨ªcil vislumbrar ahora c¨®mo me siento en la competici¨®n...
Ese proceso de entrada y salida de futbolistas debe de ser muy duro... Usted mismo dec¨ªa el otro d¨ªa que no se puede humillar a nadie usando el n¨²mero de su camiseta para otro... Cuando a¨²n pertenece a otro futbolista que sigue en el club. Pues s¨ª, es muy duro. Hemos fichado jugadores muy importantes que producen una fascinaci¨®n en la opini¨®n p¨²blica. Pero tambi¨¦n producen fascinaci¨®n en los colegas. Todos aspiran a formar parte de este proyecto que en muy poco tiempo ha generado esa enorme seducci¨®n... El f¨²tbol tambi¨¦n sufre la crisis, de manera que el mercado se ha empobrecido. Pero nos est¨¢ costando m¨¢s sacarles la camiseta del Real Madrid a los jugadores que encontrar equipos interesados. S¨ª hay equipos interesados; lo que ocurre es que hay jugadores a los que les cuesta hacerse a la idea de que deben dejar el Real Madrid. Algunos entienden que dejar el Madrid ya es una p¨¦rdida, y no quieren renunciar...
?Y c¨®mo se gestiona todo eso? Para los que vienen, esto es una felicidad, pero para los que se van debe ser una gran tristeza. Y usted los conoce a todos. He entendido algo en este oficio: la ¨²nica manera de respetar a un jugador es dici¨¦ndole las cosas con mucha claridad. Si uno tiene una decisi¨®n tomada, no hay que dilatar la comunicaci¨®n: hay que decirle lo que has decidido de la manera m¨¢s cruda posible, porque lo peor que lleva un futbolista es sentirse enga?ado.
De hecho, usted fue quien le dijo a Emilio Butrague?o: "Si¨¦ntate en el banquillo", y era un mito del madridismo.Butrague?o es una buena persona que fue capaz de superar una situaci¨®n muy complicada, porque no lo sustituy¨® Cristiano Ronaldo: lo sustituy¨® un chico que ni siquiera jugaba en el segundo equipo del Real Madrid; Ra¨²l jugaba en el tercer equipo. Eso es un golpe al prestigio y a la vanidad que tiene todo futbolista. Ese tipo de cosas Emilio las ha resuelto siempre de un modo exquisito. No existen dos casos iguales, no existen dos Emilio Butrague?o.
No hay dos Butrague?o, pero s¨ª hay un Butrague?o, un Ra¨²l, un Di St¨¦fano... Y no s¨¦ si ser¨¢ una coincidencia astral, pero aqu¨ª est¨¢n a¨²n, en este Real Madrid que dirige usted ahora... Cuando uno llega al final de su carrera como futbolista, dentro de un club de estas caracter¨ªsticas, tiene que elegir el modo de irse. Eso facilitar¨¢, o no, la forma de regresar al club. Hay algo que la figura de Di St¨¦fano, en calidad de presidente de honor, deja clar¨ªsimo: la lucha que el hombre tiene contra el tiempo la gana siempre el tiempo. En el f¨²tbol, el tiempo te gana antes que en cualquier otra actividad. En el deporte, en general, el tiempo es todav¨ªa m¨¢s cruel.
La gente dice que el Madrid ha cambiado de modelo. Pero ah¨ª est¨¢n esos tres representantes del Madrid de siempre, por decirlo as¨ª, en la directiva o en el equipo. ?Qu¨¦ es el Real Madrid hoy? No se diferencia mucho de lo que fue desde finales de los cincuenta. Un club que tiene una visi¨®n claramente internacional, que aspira siempre a tener en su equipo a algunos de los mejores jugadores del mundo... El Real Madrid no se resigna a perder el liderato a pesar de que tiene una figura social que lo limita frente a aquellos que tienen un mecenas que ayudan a cuadrar las cuentas: el Chelsea de Abramovich, el Milan de Berlusconi, el Inter de Morati, la Juve de Agnelli... Al Real Madrid le tienen que salir las cuentas, y para eso es necesario adaptarse a un mundo nuevo. Pero no hay que olvidar que Bernab¨¦u fue uno de los creadores de la Copa de Europa, y desde entonces la vocaci¨®n internacional del Real Madrid empez¨® a ser una se?a de identidad. Hizo algo muy atrevido: construir un estadio para 120.000 personas. Y para llenar ese estadio luego tuvo que ir a buscar a grand¨ªsimas figuras internacionales... Ahora un club ya no tiene que llenar el estadio, eso est¨¢ pr¨¢cticamente asegurado. Ahora hay que tratar de llegar a audiencias remotas. Y, otra vez, para eso es necesario captar a los talentos m¨¢s grandes del mundo del f¨²tbol.
Para hacer lo mismo: en los a?os cincuenta fichaban a los grandes del mundo y ahora tambi¨¦n. Para la audiencia corta y para las audiencias largas. Por lo dem¨¢s, la cantera tiene que seguir teniendo su importancia. Lo que pasa es que hasta por generaci¨®n espont¨¢nea surgen jugadores como los de la Quinta del Buitre, como ha ocurrido ahora con la cantera del Barcelona. Hay otro momento en que la cantera es menos productiva. Entonces es necesario saber esperar, trabajar para el futuro. Todo aquello que tiene que ver con la formaci¨®n hay que medirlo en a?os. Pero ¨¦ste es un medio donde todo tiene que ser urgente. El f¨²tbol est¨¢ muy pegado al momento presente.
Esa urgencia les ha llevado a lo que la gente llama 'un modelo nuevo'. Y no es tan nuevo. Los grandes clubes lo aplican, tarde o temprano. Ahora bien, la afici¨®n los jalea ahora pidiendo m¨¢s y 'el otro', el Bar?a, compite por los mismos... Ronaldo, Ribery, Villa... Ambiciones paralelas por conseguir a los mismos. Como los 'casting' de las grandes pel¨ªculas. Lo que ocurre es que jugadores para grandes equipos tampoco hay demasiados. En el f¨²tbol est¨¢ ocurriendo lo mismo que en muchas profesiones: hay un n¨²mero muy peque?o de gente que marca una diferencia de prestigio econ¨®mico y un n¨²mero muy grande de gente que, digamos, tiene menores posibilidades... En el f¨²tbol, jugadores aptos para llegar al Real Madrid o al Barcelona, ponerse la camiseta y triunfar al d¨ªa siguiente, no hay m¨¢s que 10 en todo el mundo.
Por eso coinciden... Por eso coincidimos buscando a los mismos. En cuanto al modelo, creo que no es que est¨¦n cambiando los clubes: est¨¢ cambiando la sociedad. Basta ver la presentaci¨®n de Ronaldo y hacer un somero an¨¢lisis sociol¨®gico para ver que ah¨ª hay mucha gente joven, muchas mujeres, muchos inmigrantes. Hay un deseo muy relacionado con esta sociedad medi¨¢tica que es el poder decir: "Yo estuve ah¨ª". Hay algunos elementos que el f¨²tbol refleja muy bien, como siempre, pero que tienen que ver m¨¢s con lo que rodea al espect¨¢culo, con lo que ocurre en los m¨¢rgenes del campo hacia fuera, que con lo que ocurre en los m¨¢rgenes del campo hacia dentro. Eso sigue siendo un terreno casi primitivo, en el que han cambiado muy pocas cosas.
En ese terreno hay una competencia cada vez m¨¢s salvaje. Imagine ahora a los chicos que juegan en su primer equipo argentino, Las Parejas, o en el primer equipo de Cristiano Ronaldo, en Azores. Los chicos querr¨¢n ser usted, Cristiano, Villa... ?C¨®mo se vive a esas edades la competici¨®n? ?C¨®mo influyen hoy los medios? Hay algunas perversiones, como la de pensar que a un chico con 12 a?os ya se le puede tratar como a un profesional del f¨²tbol; se llega a pensar que pueden convertir a un chico de 12 a?os en sost¨¦n de la familia, emular las grandes figuras no por la parte esencial, sino por lo secundario... He visto a un muchacho metiendo un gol y bes¨¢ndose luego el anillo, como hace Ra¨²l. Ra¨²l se besa el anillo como homenaje a su mujer; ese muchacho no tiene anillo, ni mujer, pero tiene a Ra¨²l como modelo y empieza por imitar lo secundario. De Ra¨²l hay que imitar su entrega, su profesionalidad, su capacidad de superaci¨®n. Su ambici¨®n. Desde ese punto de vista, es un modelo que para los chicos puede resultar muy inspirador. Pero entiendo que todo tiene que ver con una gran fantas¨ªa: todo padre quiere tener en su hijo a una gran figura en ciernes. Creo que eso termina provocando malentendidos de todo tipo.
Dice usted que el f¨²tbol ha cambiado por fuera, que por dentro sigue siendo lo mismo... ?De veras? ?El f¨²tbol que usted hac¨ªa en Las Parejas es el mismo que el que va a hacer ahora Cristiano Ronaldo en el Real Madrid? Ha cambiado la visi¨®n sobre el f¨²tbol y sobre los futbolistas. Nosotros ¨¦ramos s¨®lo futbolistas. Hoy un jugador es un modelo social, un modelo publicitario, es un foco medi¨¢tico mundial. Eso, l¨®gicamente, cambia la psique del hombre que juega. Desde que el ¨¢rbitro indica el comienzo del partido, por la cabeza de un futbolista pasan m¨¢s o menos las mismas cosas que pasaban por la cabeza de un futbolista hace 50 a?os: a ese bal¨®n llego, a ese bal¨®n no llego, el rival tiene el cuerpo inclinado por este lado, me voy a ir por ¨¦ste... Toda esa tormenta de ideas que hay en la cabeza de un jugador quiz¨¢ se desarrolla a m¨¢s velocidad, con m¨¢s sentido t¨¢ctico. Pero al final la lucha sigue siendo con el bal¨®n y contra un rival.
El otro d¨ªa escuch¨¦ a Miguel Pardaza decir que hab¨ªa ido a escuchar a Labordeta en los ochenta, al Centro Cultural de la Villa, cuando era futbolista del Madrid... En esa misma emisi¨®n dijeron el n¨²mero de guardaespaldas que va a tener Cristiano. ?Mover a un futbolista de ¨¦lite es como mover al presidente del Gobierno! De todas maneras, Cristiano Ronaldo hay uno, y futbolistas hay miles. Estamos concentrando cada vez m¨¢s la celebridad en muy pocas personas. Son figuras tan potentes que ocultan al resto de las plantillas...
?Y qu¨¦ consecuencias tiene para ellos esa potencia medi¨¢tica que generan? ?Est¨¢ entre sus preocupaciones, Valdano? S¨ª, est¨¢ en mis preocupaciones el que el jugador no se sienta acosado por un tipo de periodismo que no es deportivo. En general, el periodismo deportivo en Espa?a es muy respetuoso con la vida privada de los jugadores. Pero desde que el futbolista ha alcanzado otro estatus social, que de alguna manera ya compite con los grandes futbolistas y los grandes actores, ha atra¨ªdo otro tipo de prensa con la que el futbolista no sabe relacionarse. Eso s¨ª que me preocupa.
Antes dec¨ªa usted que hay padres que a los 12 a?os ya quieren que sus hijos sean celebridades. ?C¨®mo pueden combatir los directivos del f¨²tbol esta ilusi¨®n colectiva?, ?c¨®mo bajar a la realidad a los padres? Es muy dif¨ªcil. En el anterior ciclo como director deportivo del Real Madrid terminamos creando, primero, una escuela de valores para que los chicos supieran exactamente qu¨¦ representaban cuando se pon¨ªan la camiseta del Real Madrid. Luego la tuvimos que complementar con una escuela de padres, para que los mensajes de los entrenadores y los mensajes de los padres tuvieran cierta armon¨ªa, para que no hubiera dos tipos de influencia en los chicos. He visto en los ¨²ltimos meses llegar a Espa?a chicos de 13, de 14 a?os, que fueron invitados por alg¨²n club a formar parte de las divisiones inferiores. A cambio de esa oportunidad, los clubes les dan a los chicos un dinero. Los padres de estos chicos abandonan sus trabajos para acompa?arlos a esa aventura, de manera que con esas edades los muchachos se sienten sostenes de sus familias. Eso, l¨®gicamente, le agrega angustia a lo que tendr¨ªa que ser una aventura placentera.
Se fijan en Messi. El tema es que un Messi tiene much¨ªsimo m¨¢s peso que los miles de Messi que se quedaron en el camino. Porque los miles de Messi que se quedaron en el camino no salen en los peri¨®dicos. En cambio, Messi est¨¢ permanentemente en los medios de comunicaci¨®n. Eso digamos que tuerce la mirada de la gente: termina convirtiendo en un ejemplo lo excepcional, cuando en realidad el ejemplo hay que buscarlo en lo que es normal... Otra tentaci¨®n que tienen los futbolistas muy j¨®venes es abandonar los estudios. Muchas veces uno tiene que discutir con los padres. Ellos te dicen: "Mi hijo ha venido a Madrid a jugar al f¨²tbol, no a estudiar". Pero, claro, el problema es que al primer equipo, a primera divisi¨®n, llegar¨¢ un 2% de los 400 jugadores que hay dentro del Real Madrid, y uno no puede legislar para el 2%, uno tiene que legislar para el 98%. Es incre¨ªble, pero muchas veces, para resolver cuestiones tan obvias, hay que pelearse con un entorno muy agresivo.
?Ustedes han creado aqu¨ª una escuela de paciencia? Habr¨¢ que luchar. En un club como el Real Madrid, nada se consigue sin luchar. Una lucha contra la opini¨®n p¨²blica, contra las autoexigencias, contra el periodismo no s¨®lo deportivo, contra las grandes expectativas que se crean. De alguna manera, uno tiene que estar siempre compensando las exageraciones que envuelven al f¨²tbol.
?Cu¨¢l es ahora la exageraci¨®n mayor? La exageraci¨®n mayor tiene que ver con la llegada de algunos de los mejores jugadores del mundo. Genera una ilusi¨®n qued¨® reflejada en las impactantes presentaciones que hemos tenido-, y esa ilusi¨®n ahora hay que llenarla con buen juego, con buenos resultados.
Toda ilusi¨®n genera miedo tambi¨¦n. Miedo a que no se cumplan las expectativas. ?Tiene usted miedo? Hay cosas contra las que no se puede luchar. En semanas como ¨¦stas, contra la ilusi¨®n no se puede luchar. Cuando se pierden dos partidos seguidos, contra el sentido tr¨¢gico que envuelve a un club tampoco se puede luchar. Hay que ser fuerte interiormente y darle al equipo soporte para que los jugadores terminen volcando su talento con la mayor naturalidad posible, sin sufrir todos esos condicionantes que influyen en su naturaleza. Al fin, si un jugador juega con tensi¨®n, se juega para llenar una expectativa, juega pensando que si empata, fracasa. Al final no juega, el juego se nos muere de seriedad.
Es evidente que esta nueva etapa suya en el club proviene de una situaci¨®n dif¨ªcil del Madrid. Antes de empezar a jugar, ya han recuperado ustedes el ¨¢nimo. ?De eso se trataba? De eso tambi¨¦n se trataba. Eso tambi¨¦n ejerce una influencia en la gente. ?sta, digamos, es una empresa sentimental, no hay que olvidarlo nunca. En estas presentaciones, los aficionados nos estuvieron diciendo con su presencia que el Madrid sigue estando aqu¨ª, que no para de crecer.
Combatir esa desilusi¨®n ha costado mucho dinero. Ten¨ªamos que hacer un esfuerzo porque la diferencia futbol¨ªstica que marc¨® el Barcelona la temporada pasada con respecto al Real Madrid fue grande, incluso m¨¢s grande que la que le marc¨® en la tabla de clasificaci¨®n. El Real Madrid debe responder a ese desaf¨ªo y lo ha hecho de una manera contundente. ?ste es un club que se lleva muy mal con el t¨¦rmino medio, como todo el mundo sabe.
Durante la temporada fue diciendo en La Sexta qu¨¦ le parec¨ªa el Madrid, qu¨¦ le parec¨ªa el Bar?a. ?Ahora lo puede resumir? Entiendo que lo que nos pasaba se reconoci¨® en el tipo de fichajes que hemos hecho. Necesit¨¢bamos grandes talentos que fueran capaces de absorber la presi¨®n y darle al equipo un gran salto de calidad. Si algo demostr¨® el Real Madrid la temporada anterior es que es un equipo cuyo esp¨ªritu no claudica. Incluso en los peores momentos, los jugadores fueron conscientes de lo que representaban, amenazaron al Bar?a hasta las ¨²ltimas jornadas. Pero, bueno, la evidencia fue que con el esp¨ªritu no alcanza; el esp¨ªritu es un motor que necesita tambi¨¦n de otros complementos.
Y enfrente estaba el Bar?a. El Bar?a en un momento de gracia. Todo le sali¨® bien, y hasta muy bien. No hubo ni un solo jugador del Barcelona que estuviera por debajo de sus posibilidades. Por eso consiguieron algo excepcional: ganar tres competiciones.
?Eso de qu¨¦ depende? En primer lugar, de jugadores de gran nivel que est¨¢n en un momento de plenitud. En segundo lugar, de una especie de inyecci¨®n de pasi¨®n que les meti¨® su entrenador. Creo que la llegada de Josep Guardiola, con su frescura, con la enorme identificaci¨®n que tiene con un determinado tipo de f¨²tbol y con el club mismo, termin¨® generando en el vestuario un estado de alt¨ªsima emotividad que lo llevaba al campo.
Si el modelo del Bar?a tiene tanta tradici¨®n, ?cu¨¢l ser¨ªa la tradici¨®n del modelo del Madrid? ?O el Madrid est¨¢ creando un nuevo modelo? El Real Madrid se relaciona muy bien con el triunfo, incluso en momentos muy dif¨ªciles, como la temporada pasada: es un equipo que nunca se resigna. ?ste es uno de los valores que impregn¨® Alfredo Di St¨¦fano desde el fondo de los tiempos, cuando el Real Madrid de la posguerra.
Laporta ha dicho que lo que ustedes hacen depende de chollos econ¨®micos. ?Le preocupa que eso lo piense m¨¢s gente que su directo competidor? ?ste es el club m¨¢s rico del mundo; es capaz de generar cada a?o el beneficio de, aproximadamente, 50 millones de euros. Dentro de un medio tan deficitario como es el f¨²tbol, creo que ya es hora de que se empiece a ver al Real Madrid como un modelo y no como un problema. En segundo lugar, es verdad que nosotros hemos accedido a cr¨¦ditos para hacer algunas de esas inversiones. Supongo que nadie dudar¨¢ de que el Real Madrid tiene la intenci¨®n de pagarlos. En tercer lugar, creo que la trampa ha consistido en confundir lo empresarial con lo social. En un momento de crisis, la exhibici¨®n p¨²blica de gastos muy grandes ha provocado discursos muy agresivos de aquellos que quieren contentar a su clientela. Esto tiene una dimensi¨®n puramente empresarial: el Real Madrid invierte en grand¨ªsimos jugadores porque eso es lo ¨²nico que nos permite sostener nuestra situaci¨®n de liderazgo, traer m¨¢s aficionados, sponsors, atracci¨®n de los televidentes. La llegada de Cristiano Ronaldo o Kak¨¢ es el inicio de un c¨ªrculo virtuoso que termina por beneficiar al Real Madrid en lo econ¨®mico y en lo deportivo.
C¨ªrculo virtuoso: suena a una frase de Laporta. Cada uno dentro de su club, y dentro de su estilo, tiene su estrategia.
Esta pregunta se la hago como futbolista y como directivo. ?Ser¨¢ m¨¢s f¨¢cil conjugar los egos dentro del campo que dentro del vestuario, o no le preocupan los egos? Lo segundo no me preocupa por el perfil de los jugadores que han llegado. Grand¨ªsimos profesionales, gente muy ambiciosa, competitiva, en alg¨²n caso hasta obsesionados con la cuesti¨®n f¨ªsica. Eso s¨ª suele costar trabajo. El Barcelona, desde ese punto de vista, el a?o pasado nos llev¨® una ventaja inicial: tuvo que adaptar dos jugadores a un engranaje que llevaba mucho tiempo funcionando. En cambio, aqu¨ª, con cinco, seis, siete jugadores nuevos, pr¨¢cticamente hay que trabajar sobre las conexiones de todos los sectores del campo. Eso lleva tiempo. Los grandes jugadores logran reducir los tiempos, pero ese tipo de complicidades no es instant¨¢nea. Hay que esperar.
Le pregunt¨¦ a Pardaza por el mayor riesgo que usted tom¨® como entrenador: sentar a Butrague?o. Cuando le toque a Ra¨²l, tambi¨¦n ser¨¢ usted quien le siente, me insinu¨®. ?Ese futurible le inquieta? Ra¨²l tiene un gran car¨¢cter y una gran inteligencia. No s¨¦ por qu¨¦ los periodistas, ante esa situaci¨®n que tiene que afrontar alg¨²n d¨ªa Ra¨²l, situaci¨®n que consiste en tener m¨¢s de 30 a?os, le pone m¨¢s acento al car¨¢cter que a la inteligencia. Conf¨ªo mucho en la inteligencia de Ra¨²l, y la inteligencia est¨¢ para resolver situaciones complejas. De manera que estoy tranquilo.
?Y el horizonte de esa situaci¨®n no le resulta complejo? Tarde o temprano, Ra¨²l se tendr¨¢ que enfrentar al final de su carrera deportiva. De momento, en la ¨²ltima temporada ha metido veintitantos goles, de manera que eso le sigue haciendo gran protagonista del Real Madrid. Si llega alguien que d¨¦ m¨¢s que ¨¦l, ser¨¢ importante desde un lugar secundario. Si nadie es capaz de estar por encima de ¨¦l, seguir¨¢ teniendo el lugar del protagonista que ha tenido durante 15 a?os.
Llevamos m¨¢s de una hora hablando, ha salido el nombre de Guardiola, pero no se ha dicho ni media palabra de Pellegrini. Ya llegar¨¢ el momento Pellegrini. Este verano tampoco ha aparecido en escena Guardiola. Sencillamente, la mirada ha estado puesta en otro lugar. Cuando empiece la competici¨®n, los medios de comunicaci¨®n le dar¨¢n la bienvenida a Pellegrini.
Para bien o para mal. Sabemos que ese puesto en un club de la dimensi¨®n del Real Madrid est¨¢ hecho para gente de una personalidad superior. Pellegrini est¨¢ ante ese desaf¨ªo y creo que est¨¢ preparado.
Le veo m¨¢s joven. ?Qu¨¦ le rejuvenece? Hacer cosas, meterme en l¨ªos. Eso es lo que me ayuda a sentirme vivo. He pasado por malas circunstancias a lo largo de mi vida; digamos que algunas de ellas fueron dif¨ªciles, y me hicieron cambiar las prioridades y perspectivas, pero creo que la vida hay que agitarla permanentemente. Ag¨ªtese antes de usarla, como los botes. Eso es lo que hay que hacer con la vida.
![Jorge Valdano, director general del Real Madrid](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/OFGOXEHMZWRDEJHHGDDEAST4WU.jpg?auth=b214f5aabad9e3c7e18b4668a5907cb63b6b03f1ed654386423a2ac443a6dfbe&width=414)
Un objetivo: recuperar la ilusi¨®n
Jorge Valdano
(Las Parejas, Argentina) es director general del Real Madrid y adjunto a la presidencia. Se cri¨® en el f¨²tbol argentino yfue compa?ero de uno de los grandes artistas del balompi¨¦, Diego Maradona, y el compatriota futbol¨ªstico del m¨¢s ilustre de los madridistas, Alfredo Di St¨¦fano. Entr¨® en Espa?a por el Alav¨¦s y lleg¨® al Real Madrid en 1984, en el que jug¨® hasta 1987, a?o en el que se retir¨® del f¨²tbol. Es autor de varios libros como Sue?os de f¨²tbol y El miedo esc¨¦nico y otras hierbas.
Despu¨¦s de una mala temporada, el conocido como fil¨®sofo del f¨²tbol est¨¢ llamado a alentar al equipo y tratar de enfrentar a su gran rival, el Bar?a tricampe¨®n.Para ello, el equipo no ha escatimado en gastos y ha fichado a algunas de las m¨¢s grandes estrellas
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.