Fueron los celos (literarios y no)
Un dramaturgo mat¨® a otro hace 86 a?os en el teatro que hoy es Joy Eslava
![Patricia Gos¨¢lvez](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/https%3A%2F%2Fs3.amazonaws.com%2Farc-authors%2Fprisa%2Ff5744da4-d9b2-4e2b-9ea3-976b6f2039cc.jpg?auth=461f59fda40b3bda3de89b30da6b7a6bbdfc0e3690ce7434e9a5b104080a80f5&width=100&height=100&smart=true)
Si este reportaje fuese una obra de teatro folletinesco, y los hechos lo merecen, el cl¨ªmax dram¨¢tico ser¨ªa esta escena: en el pasillo, una actriz escucha la discusi¨®n entre dos dramaturgos:
Alfonso Vidal y Planas: "Lo que me has hecho, no te lo perdono".
Ant¨®n Olmet: "Ser¨¦nate un poco y esc¨²chame".
Vidal y Planas: "No. Eres un miserable y te voy a matar".
Fuera de escena, se oye un disparo. Tel¨®n.
En la vida real, la actriz, que fue testigo en el juicio, dud¨®; quiz¨¢ Vidal y Planas dijo "canalla" en vez de miserable, pero estaba segura de que acto seguido escuch¨® un tiro. Cuando el resto de la compa?¨ªa entr¨® en el saloncillo que el teatro Eslava reservaba para los autores, Olmet estaba tirado sobre el div¨¢n frente a su asesino, colaborador y amigo.
Olmet era avasallador, Vidal viv¨ªa amargado por su colaborador
Antes, en el primer acto, habr¨ªa que haber presentado a los antagonistas. "Vidal era hipersensible y f¨ªsicamente d¨¦bil; Olmet, un tipo seguro de s¨ª mismo y con pocos escr¨²pulos", explica Javier Barreiro, autor de Cruces de bohemia (UnaLuna, 2001), un ensayo sobre los escritores olvidados de la ¨¦poca. El uno habitaba los bajos fondos de la golfemia (la bohemia golfa), el otro aspiraba al triunfo social. Ten¨ªan en com¨²n las correr¨ªas nocturnas. Pero Olmet era trabajador, culto, ten¨ªa un ¨¦xito estable y estaba casado con la hija del ministro de la Marina. Vidal vagabundeaba, era un habitual de la c¨¢rcel y estaba enamorado de una ex prostituta.
En el segundo acto, la trama se complica. El autor vagabundo escribe una novela basada en su historia de amor y redenci¨®n: Santa Isabel de Ceres, un follet¨ªn alambicado y escandaloso sobre una prostituta de la calle de Ceres que deja a su chulo Cataplum porque se enamora de un pintor. Es un exitazo. Traducida a varios idiomas, tiene 32 ediciones, inspira una pel¨ªcula y se representa en teatro 102 veces. El estreno madrile?o fue en el Eslava, en 1922, un a?o antes del crimen. Pero a Vidal, el dinero le dura poco. "Se lo gast¨® en farras y putas", dice Barreiro.
Al calor del ¨¦xito, Olmet y Vidal se hacen ¨ªntimos y estrenan juntos El se?orito Ladislao. Un desastre: s¨®lo nueve funciones en el Eslava. La siguiente obra de Vidal es pateada por el patio de butacas. El autor culpa a su colaborador. A las dos semanas, el Eslava quita su obra y anuncia una de Olmet. Los autores siguen siendo amigos, as¨ª que nadie se extra?a cuando, el mediod¨ªa del 2 de marzo de 1923, Vidal y Planas se presenta en los ensayos (la noche anterior hab¨ªa estado de copas con Olmet). "?l me insult¨® y yo me atrev¨ª a contestarle", contar¨ªa luego en su defensa. "Me agarr¨® con violencia por el cuello, mientras injuriaba a mi madre y me dec¨ªa que mi novia era cosa suya. Yo le llam¨¦ miserable y saqu¨¦ la pistola". Al d¨ªa siguiente, el diario La Correspondencia de Espa?a se atrevi¨® con una interpretaci¨®n psicol¨®gica: "Olmet era absorbente y avasallador, Vidal y Planas viv¨ªa amargado por su colaborador, que lo anulaba; transig¨ªa y luego se indignaba por su debilidad de car¨¢cter". En el tercer acto habr¨ªa que contar que el asesino fue condenado a 12 a?os, pero s¨®lo cumpli¨® tres. Aun as¨ª, en la c¨¢rcel le dio tiempo a escribir un sinf¨ªn de "novelitas mal¨ªsimas sobre la prisi¨®n y la locura", seg¨²n Barreiro. Tambi¨¦n a casarse con su novia, con la que vivir¨ªa 40 a?os. Durante la guerra se exiliaron a EE UU, Vidal se doctor¨® en Metaf¨ªsica y fue profesor, y luego, en M¨¦xico, sigui¨® escribiendo poes¨ªa hasta su muerte en 1966 en Tijuana, donde hay una calle con su nombre. "En Espa?a, ninguno de los autores ha sido reeditado", explica Barreiro. "Literariamente, Olmet es mejor, pero Vidal y Planas, por el morbo de su vida, es m¨¢s buscado en las librer¨ªas".
Este follet¨ªn tiene, 86 a?os despu¨¦s, un ep¨ªlogo. Sobre las tres de la tarde, la misma hora en que se produjo el crimen, el Eslava huele a tabaco y a copa tirada en la alfombra. Ya no es un teatro, sino la discoteca Joy Eslava. El saloncillo de autores es una de las pocas cosas que han desaparecido del local. Conserva su escalera original y las molduras de sus palcos, incluso las butacas del patio se guardan en un almac¨¦n para usarlas en los desfiles de moda. De d¨ªa, sin gente en la pista, sigue pareciendo tanto un teatro que la bola de espejo de m¨¢s de un metro de di¨¢metro desentona totalmente en el centro del techo pintado.
En 2005, cuando ya nadie se acordaba de aquellos dramaturgos bohemios, otro crimen tuvo lugar en la sala. Rachid Tachti, con 18 antecedentes penales, apu?al¨® a Roberto Garc¨ªa Grimaldo, que estaba en tercer grado. Eran las cuatro de la ma?ana y fue una reyerta t¨ªpica. Copas, noche, dos grupos de amigos, chicas por medio, gresca, miradas amenazantes, muerte absurda. Lo m¨¢s rocambolesco del caso, que el homicida (condenado luego a 13 a?os) fue llamado a declarar en el juicio del 11-M. El juez desestim¨® su vinculaci¨®n con los hechos; sin embargo, en Internet, m¨¢s de uno lo duda. El follet¨ªn del siglo XXI se llama conspiraci¨®n.
![Polic¨ªa y Samur acuden a la discoteca Joy Eslava tras el apu?alamiento de Roberto Garc¨ªa Grimaldo en una reyerta en diciembre de 2005.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/HYHGPJY5OO2Q2DFHKBYJ6HQ7E4.jpg?auth=6eb89cfaacb77b5dda3a429ac4d0992b9abcc6da6aca8a7e0df5c5e19477b55d&width=414)
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