Luz de antorchas en Baelo Claudia

C¨¢diz

La austeridad de la piedra troquelada por la arena y el viento. El sonido del mar, cercano, rompiendo en la playa de Bolonia (Tarifa, C¨¢diz) y la luz de las antorchas bajo el cielo nocturno dotan al espect¨¢culo de gran intensidad. "Parece que hemos cambiado de siglo", dice una mujer del p¨²blico que se ci?e un pa?uelo para evitar el fresco de la noche. Pisamos suelo de la antigua Roma. Baelo Claudia es un ejemplo del urbanismo cl¨¢sico del imperio. Es monumental y rica, y conserva el orgullo de una sociedad pr¨®spera. Alcanz¨® el rango de municipio en tiempos del emperador Claudio, en el siglo I.

Tras su despoblaci¨®n, sobre el siglo V, aunque nadie sabe con certeza cu¨¢ndo ni por qu¨¦ (pudo iniciar su decadencia como consecuencia de los efectos de un maremoto fechado a finales del siglo II), aguard¨® durante cientos de a?os dormida, enterrada bajo las dunas de arena de Tarifa. Siglos despu¨¦s, el ser humano ha vuelto a dar vida a esta magn¨ªfica urbe. Cada noche de verano, el gran teatro romano de Baelo Claudia es escenario de arte.

La visita nocturna al yacimiento est¨¢ amenizada por figurantes y m¨²sicos

Por Baelo no se pasa. A Baelo hay que ir. En el kilometro 70,2 de la carretera N-340 (C¨¢diz- M¨¢laga) encontramos una intersecci¨®n con la comarcal 8202 que, unos ocho kil¨®metros m¨¢s all¨¢, nos conduce a las ruinas.

Llegamos a una gran ensenada, una lengua de agua del Estrecho del Gibraltar. Se trata de un paraje protegido por su valor medioambiental. Rodeada por las sierras de La Plata y La Higuera, su orientaci¨®n nos deja muy a las claras que la ciudad naci¨® por y para el mar, su ¨²nica fachada libre natural.

La clave est¨¢ en los atunes. Aunque desarroll¨® labores administrativas, su principal actividad fue la pesca y la elaboraci¨®n de salazones de pescado. El ge¨®grafo griego Estrab¨®n inform¨® en sus cr¨®nicas de que en esta tierra, "los atunes que llegan del mar exterior son gordos y grasosos", y atribuy¨® el tama?o de los ejemplares a "las bellotas de cierta encina que crece en el mar".

La riqueza generada por el mar, hizo de Baelo una gran ciudad. A¨²n hoy podemos encontrar entre sus ordenadas calles templos, termas, tiendas y un gran teatro, nuestro destino. "Tiene 67 metros de longitud y 15 de altura en la grada", explican los t¨¦cnicos que acompa?an al p¨²blico.

A pesar de que estamos al aire libre y en un entorno de piedra, la ac¨²stica es excelente. El sonido aparece n¨ªtidamente como por arte de magia y los promotores de las actividades lo saben. En el mes de julio, las noches de Baelo est¨¢n ocupadas por la m¨²sica; desde el flamenco a la cl¨¢sica, desde el jazz a la andalus¨ª. Para hoy, jueves, est¨¢ programada una doble visita nocturna al yacimiento, guiada por arque¨®logas del equipo investigador. El itinerario (a partir de las 22.00 en la primera sesi¨®n) estar¨¢ amenizado con figurantes y m¨²sicos. El visitante ser¨¢ conducido a trav¨¦s de un recorrido al que se han incorporado los olores que sol¨ªan formar parte de la vida en Roma, de forma que "se logra una mayor experiencia sensorial del entorno", seg¨²n los organizadores. El aforo m¨¢ximo ha quedado limitado a 100 personas. El mismo programa se desarrollar¨¢ en las noches de ma?ana, viernes, y el s¨¢bado .

En agosto, el programa ofrecer¨¢, fundamentalmente, teatro. El grupo Estudio 21 representar¨¢ Ant¨ªgona (d¨ªas 18 y 19), Medea (20 y 21) y Clitemnestra (22 y 23). Pero el cartel es mucho m¨¢s amplio. Hay representaciones casi a diario. Las sesiones comienzan a las 22.00 y el acceso es gratuito, aunque es necesario realizar una reserva previa. Contemplar una obra de teatro bajo la luz de la luna convertir¨¢ la noche en inolvidable y har¨¢ que el esp¨ªritu de Roma reviva durante unas horas.

baelo claudia ofrece hoy visitas amenizadas al yacimiento en dos sesiones, a las 22.00 y a las 23.15. la visita es gratuita previa reserva en el centro de recepci¨®n del conjunto (tfnos. 956 10 67 96 y 956 10 67 97 entre las 10.00 y las 19.30.