El ataque menoscaba los esfuerzos por tranquilizar al turismo
El Rey y los Pr¨ªncipes de Asturias estuvieron en la noche del s¨¢bado en un acto p¨²blico en Ses Voltes, a menos de un kil¨®metro de los lugares en los que ETA efectu¨® ayer un nuevo acto de terror. La banda criminal logr¨® otra vez conmocionar la isla al sembrar el miedo y el caos con un rosario de explosiones. Al atentar contra uno los focos tur¨ªsticos mundiales, logr¨® el eco inmediato de la noticia en los pa¨ªses emisores de visitantes. Baleares, con un mill¨®n de habitantes, casi duplica en agosto su poblaci¨®n.
Don Juan Carlos, la Reina y sus hijos, tras el primer brutal atentado del d¨ªa 30 de julio con la muerte de dos guardias civiles en Calvi¨¤, hab¨ªan multiplicado los gestos institucionales para mostrar su solidaridad y ofrecer una sensaci¨®n de normalidad. La Familia Real quiso que el mundo viera que la vida y el veraneo eran seguros para los turistas.
El Rey multiplic¨® sus actos en la isla para transmitir normalidad
El Monarca se implic¨® activamente en demostrar que la normalidad hab¨ªa vuelto. Por ello, recibi¨® a los grandes patronos hoteleros que gestionan la industria del ocio y se reuni¨® con el presidente balear Francesc Antich, un hombre que ayer no pudo disimular la pena y el dolor por la acci¨®n de "estos v¨¢ndalos". Adem¨¢s, y en un gesto nada habitual, don Juan Carlos mantuvo un encuentro de trabajo con los mandos del operativo antiterrorista en Baleares, el jefe de la polic¨ªa, el coronel de la Guardia Civil y el delegado del Gobierno, Ram¨®n Socias.
Pero los terroristas reaparecieron de nuevo en una maldita tarde de domingo. Organizaron un circuito de explosiones, escalonado y disperso, en pleno verano. Diez d¨ªas despu¨¦s de su primera firma de muerte en Mallorca, los etarras dejaron dos bombas frente a una playa muy popular que usan los palmesanos que no tienen coche ni casa junto al mar. Los artefactos estaban ocultos en un concurrido restaurante y en un bar litoral, y una tercera en el centro comercial del mayor aparcamiento del coraz¨®n institucional de la capital balear. Una mujer terrorista, posiblemente, puso los artefactos en ba?os femeninos.
ETA redund¨®, cre¨® el p¨¢nico entre los vecinos y extendi¨® una nube de peligro, con falsas alarmas y sospechas infundadas, entre cientos de miles de vecinos y turistas. Adem¨¢s, sembr¨® nuevas dudas acerca de la permanencia de un comando oculto en Mallorca. La Operaci¨®n Jaula, el mayor operativo policial desplegado jam¨¢s en la isla tras los asesinatos del d¨ªa 30 de julio, sigue abierta; y los controles en carreteras y aeropuerto, prosiguen.
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