La calle como espejo del cambio

"La calle es el espacio de la libertad y la convivencia, y vamos a demostrar que es nuestra". Hab¨ªan pasado 89 d¨ªas desde la investidura de Patxi L¨®pez como primer lehendakari socialista tras 30 a?os de presidentes nacionalistas, cuando dijo esa frase en Vitoria. Y no fue una casualidad, como tampoco lo fue que ayer profundizara en ese concepto.

El camino estaba trazado desde antes incluso de ser designado lehendakari. Y su objetivo era que los ciudadanos, y las v¨ªctimas, pudieran pasear por Euskadi sin sentir un latigazo de repulsa y verg¨¹enza al ver los s¨ªmbolos de ETA y las fotograf¨ªas de los asesinos, colgadas en las plazas y en las paredes de Euskadi.

El pasado 5 de marzo, durante el primer aniversario del asesinato en Mondrag¨®n del concejal socialista Isa¨ªas Carrasco, L¨®pez dijo que, si era elegido lehendakari, su primera medida ser¨ªa retirar la decena de fotograf¨ªas expuestas de manera permanente en la verja de una sucursal bancaria, en el centro del pueblo. Una semana despu¨¦s, la Ertzaintza los retir¨® por mandato de la fiscal¨ªa de la Audiencia Nacional. Pero es que adem¨¢s, su primer acto p¨²blico como lehendakari, el 11 de mayo, fue precisamente de apoyo a las v¨ªctimas, al acompa?ar a la viuda de Juan Manuel Pi?uel, el guardia civil asesinado por ETA hac¨ªa un a?o en Legutiano, ?lava, en el aniversario de su asesinato

Su primer acto como 'lehendakari' fue con la viuda de un guardia asesinado

Quiz¨¢s por todo eso, y por el giro radical que los nacionalistas ve¨ªan venir, el recibimiento que le prestaron no fue precisamente cordial. Los sindicatos nacionalistas ELA y LAB y partidos como EA (que dirigi¨® la consejer¨ªa de Empleo y Seguridad Social) recibieron a L¨®pez con una huelga general apenas 15 d¨ªas despu¨¦s de su toma de posesi¨®n. Y como no, ETA personaliz¨® su macabra protesta el 19 de junio con el asesinato del inspector de polic¨ªa Eduardo Puelles. Despu¨¦s, llegaron otros dos asesinatos en Mallorca.

Pero si la principal visualizaci¨®n del cambio ha sido en la calle, hay otras l¨ªneas de trabajo tendentes a paralizar algunas de las herencias de tres d¨¦cadas de PNV. En apenas dos meses, Euskadi ha cambiado sensiblemente el rumbo de su pol¨ªtica exterior.

Ibarretxe ten¨ªa relaciones m¨¢s fluidas con el Estado de Nevada (EE UU) o con la di¨¢spora de Suram¨¦rica que con La Rioja, Cantabria o Navarra. El abrazo al presidente de Cantabria, Miguel ?ngel Revilla, simboliz¨® el cambio dr¨¢stico, que despu¨¦s se ha confirmado con convenios con Navarra. La visita de L¨®pez el 3 de julio a Pamplona fue la primera de un lehendakari en 13 a?os. Tambi¨¦n ha cambiado el mapa del tiempo de Euskadi en la ETB. Ahora el Pa¨ªs Vasco se diferencia de Navarra y de Francia frente a aquella Euskal Herria id¨ªlica que las agrupaba con el PNV.