Salvador Pons, fundador de La 2 de Televisi¨®n Espa?ola
Hace pocos d¨ªas ha muerto en Valencia Salvador Pons Mu?oz. Hab¨ªa cumplido ya los 80 a?os pero su vitalidad y energ¨ªa estaban casi intactas. Su desaparici¨®n supone para muchos de nosotros, que trabajamos durante d¨¦cadas en Televisi¨®n Espa?ola, un dolor intenso. Es como una met¨¢fora cruel de los tiempos azarosos que vivimos en el campo de la televisi¨®n, hoy habitada casi exclusivamente de trivialidad y amarillismo.
En 1966 Espa?a estaba en plena dictadura. Era un pa¨ªs de plomo, zafio, cuartelero y ajeno a todas las corrientes de libertad y modernidad que viv¨ªa el mundo occidental. El dirigismo sobre la cultura y la informaci¨®n se aplicaba a la defensa del r¨¦gimen y TVE era, por supuesto, el instrumento m¨¢s poderoso y emergente.
La cadena cre¨® estilo y apelaba a la libertad a trav¨¦s de la cultura
En noviembre de aquel a?o inici¨® sus emisiones la Segunda Cadena (as¨ª se llamaba entonces) bajo la direcci¨®n de Salvador Pons.
A partir de aquel momento se incorporaron decenas de j¨®venes universitarios, cineastas procedentes de la Escuela de Cine y profesionales de televisi¨®n que quer¨ªan iniciar una aventura distinta. Con la perspectiva del tiempo, resulta milagroso lo que Salvador consigui¨® en medio de un clima de barbarie cultural.
En aquel proyecto liderado por ¨¦l, colaboraron nombres como Claudio Guer¨ªn Hill, Josefina Molina, Ram¨®n Massat, Angelino Font, P¨ªo Caro Baroja, Antonio Mercero, Jes¨²s Fern¨¢ndez Santos, Mario Camus, Miguel Picazo, Antonio Abell¨¢n, Carlos Gortari y otros que buscaban nuevas formas de entender la televisi¨®n y convirtieron la Segunda Cadena en un banco de pruebas y ensayos tanto en el campo documental como en la ficci¨®n.
Series de documentales como Fiesta, Conozca Vd. a Espa?a, La v¨ªspera de nuestro tiempo, etc¨¦tera, supon¨ªan una nueva mirada sobre nuestra geograf¨ªa y sus gentes. Ch¨¦jov, Shakespeare, Ibsen, Valle o Miller se adaptaban en las sesiones de Teatro de siempre.
En el campo de la m¨²sica, la gran pasi¨®n de Salvador, pudimos disfrutar de los primeros conciertos de Karajan que se oyeron en Espa?a, de clases magistrales a cargo de Leonard Bernstein, o de sesiones de jazz con los grandes de todos los tiempos en un espacio con el estupendo t¨ªtulo de Estudio en negro.
La Segunda, llamada despectivamente "el canalillo", fue creando un estilo, una forma de comunicaci¨®n in¨¦dita hasta entones y era, sobre todo, una apelaci¨®n a la libertad a trav¨¦s de la cultura.
A¨²n hoy, cuando han pasado m¨¢s de 40 a?os, La 2 sigue siendo la cadena m¨¢s valorada y conserva, aunque ya un poco difuminado, aquel esp¨ªritu fundacional que alent¨® Pons.
Programas dirigidos a la inteligencia y a la sensibilidad de los espectadores. ?se era el objetivo con el que trabajamos muchos de los que fundamos La 2.
A menudo olvidamos, cegados por "el famoseo" de los rostros populares, que ha habido y hay gentes detr¨¢s de las c¨¢maras que trabajaron para hacer de este pa¨ªs un lugar m¨¢s habitable. Pons fue un pionero en esto. Cre¨® y dej¨® crear espacios de aire fresco y libertad en "un tiempo de canallas". Y por supuesto ello le origin¨® no pocas amarguras, que pali¨® con inteligencia e iron¨ªa.
Cuando abandon¨® la direcci¨®n de la Segunda Cadena sigui¨® ligado al mundo de la cultura a trav¨¦s de la radio (fue director de RNE), la m¨²sica (comisario nacional), el cine (produjo con Isasi Isasmendi una serie sobre Goya muy estimable) o la ense?anza a trav¨¦s de los Cursos de Verano de El Escorial.
Una vida, pues, rica en experiencias de cultura, de amor y amistad, de pasiones y gozo.
Siempre he pensado que estamos en la vida para dejar una se?al. No hace falta ser un gran escritor, un gran artista o un gran cient¨ªfico, basta con dejar un rastro; basta con que un acto de amor sea recordado por otros para justificar una existencia. Y Salvador nos dej¨® muchos rastros, muchas huellas...
Cuando muere un amigo como ¨¦l, siempre evoco una reflexi¨®n que no s¨¦ si le¨ª a Delibes o a Julian Mar¨ªas... "Su sola presencia aligeraba la pesadumbre de vivir".
Juan Manuel Mart¨ªn de Blas es periodista.
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