Kratochvilova regresa
Mayte Mart¨ªnez, s¨¦ptima en una final ganada por la surafricana Semenya con m¨¢s de dos segundos sobre la segunda, la mayor diferencia de la historia
Jarmila Kratochvilova, aquella atleta checa con barba y bigote, el terror de las pistas en los a?os 80, en los que destrozaba con una eficacia inhumana a todas sus rivales en 400 y 800 metros, debi¨® de sentir ayer un pellizco en el coraz¨®n, de gritar algo as¨ª como un si esa soy yo, aunque en africana, si estaba viendo por televisi¨®n la final de los 800 metros, en los que una adolescente surafricana de cuyo verdadero sexo dudan las autoridades deportivas, arras¨®, de una manera inhumana, m¨¢s fuerte a¨²n que Kratochvilova en la final de los 800 metros resuelta con mayor margen de la historia de los Mundiales.
En unos segundos 400 metros insoportables -los corri¨® en 58,62s-, Semenya se destac¨® del pelot¨®n de corredoras, en el que penaba, a cola Mayte Mart¨ªnez, un emplasto y un taping en la rodilla izquierda, recuerdo de los males que la han machacado los dos ¨²ltimos a?os, y como absorbida por un cicl¨®n desde la l¨ªnea de llegada cre¨® un vaci¨® a su espalda de casi cinco metros. Gan¨® tras su exhibici¨®n con la boca cerrada con un tiempo de 1m 55,45s, su mejor marca de siempre -que no es mucho, pues comenz¨® a correr este a?o-, la mejor marca mundial del a?o, la und¨¦cima de la historia de un r¨¢nking dominado desde hace 26 a?os, desde los tiempos en los que los controles antidopaje no pescaban ni una mol¨¦cula de un cent¨ªmetro cuadrado, por Kratochvilova con 1m 53,28s.
Los segundos 400 metros de la campeona fueron insoportables: 58,62s
Pero ni la mism¨ªsima Kratochvilova consigui¨® nunca lo que logr¨® anoche Semenya -de la provincia de Pretoria: hace tres meses no hab¨ªa bajado de 2m 3s en los 800 metros, hace tres semanas lleg¨® al territorio del 1m 56s-, que es dejar a la segunda a m¨¢s de dos segundos, exactamente a 2,45s, el tiempo en el que Semenya aventaj¨® a Janet Jepkosgei, una keniana esbelta que es nada menos que la campeona mundial saliente. Todo lo m¨¢s que consegu¨ªa la checa era ventajas de segundo y medio, lo mismo que su sucesora en estilo, y antecesora de Semenya, la mozambique?a Lurdes Mutola. En esa final hist¨®rica, que termin¨® Semenya, fresca como una lechuga, celebrando con su marca registrada, imitando el vuelo de un p¨¢jaro con los brazos, Mayte Mart¨ªnez, la brava pucelana, termin¨® s¨¦ptima. Una buena marca -1m 58,81s, el tiempo para el que estaba y hab¨ªa anunciado-, un puesto no muy brillante.
"Como la carrera ha ido muy r¨¢pida, he decidido ir a mi aire", dijo la vallisoletana, que sali¨® descolgada igual que hace dos a?os en Osaka: entonces, m¨¢s fuerte, mejor entrenada, la marroqu¨ª Benhassi la enlaz¨® con el grupo, ayer nadie se ocup¨® de ella. Y, adem¨¢s, lleg¨® a Osaka movi¨¦ndose ya en los l¨ªmites del 1.57m. Ayer s¨®lo estaba para 1.58. "Esperaba estar igual de bien que en Osaka, y creo que lo he estado, aunque con un poco menos de velocidad final porque las lesiones no me han dejado afinar, pero las rivales tambi¨¦n han estado m¨¢s fuertes". En la recta final, en vez del eslalon prodigioso que la llev¨® al bronce en Osaka hace dos a?os, Mayte no pudo sino superar a la brit¨¢nica Marilyn Okoro y empatar, lanzando el pecho adelante, con la italiana Cusma.
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