?Alerta roja, no pasa nada!
En verano pasan algunas cosas, pero no todas, de manera que, a falta de pol¨ªtica y f¨²tbol, los telediarios se llenan de fiestas patronales y mujeres embarazadas de sextillizos. Normal, de qu¨¦ iban a hablar si no, con el Congreso y el Santiago Bernab¨¦u cerrados. Menos mal que a falta de novedades tenemos alertas: alerta naranja por las elevadas temperaturas; alerta roja ante el riesgo de incendios forestales; alerta amarilla por la subida del nivel de ozono en la capital; alerta de grado seis por la pandemia de gripe; alerta m¨¢xima ante el riesgo de atentados terroristas... y, por si no fuera poco, tenemos la operaci¨®n salida, la operaci¨®n retorno... Qu¨¦ peligro.
Juan Urbano, que considera que vivimos en una sociedad cada vez m¨¢s represiva, que necesita dar a los ciudadanos esa sensaci¨®n de riesgo permanente para justificar los continuos ataques a la libertad individual a los que nos somete, me comenta un reportaje de este peri¨®dico que habla de que m¨¢s de la mitad de los municipios de la regi¨®n no descuentan puntos del carnet de conducir, porque no est¨¢n conectados a¨²n al sistema de la DGT, que es la DGS de los conductores, seg¨²n ¨¦l, una organizaci¨®n que ha transformado cada autom¨®vil en una celda de castigo y cada rinc¨®n de la ciudad y cada metro de las carreteras de este pa¨ªs en un lugar bajo vigilancia donde no se puede dar un paso ni avanzar un kil¨®metro sin ser visto por las c¨¢maras, fotografiado, descubierto por los radares. Cualquier cosa, con tal de sacarles a sus clientes hasta el ¨²ltimo euro, a base de multas. "?Es que acaso no es verdad?", me pregunta. "El problema de los coches lo solucionan con parqu¨ªmetros, zonas azules, zonas verdes, agentes de la ORA y dem¨¢s, lo cual est¨¢ muy bien, pero nunca haciendo los aparcamientos municipales que prometen cada vez que llegan las elecciones. El problema de los accidentes de tr¨¢fico no lo arreglan subsanando los puntos negros en los que se repiten los siniestros y se acumulan las muertes -son 776 en toda Espa?a, seg¨²n el Gobierno, y por ejemplo en la M-607, entre Madrid y Colmenar, hay ocho tramos de concentraci¨®n de accidentes, como los llama el Ministerio de Fomento, en s¨®lo 31 kil¨®metros-, sino a base de sanciones, de controlar las autopistas igual que los norteamericanos hacen las guerras: a distancia. Y todo eso, naturalmente, fundament¨¢ndolo todo en el castigo, que es una forma de ponernos boca abajo y sacudirnos hasta que caigan todas las monedas que nos quedaban en el bolsillo. Menuda mafia".
La sociedad represiva necesita dar sensaci¨®n de riesgo para justificar los ataques a la libertad
Juan habla desde la experiencia, que en estos casos es la hermana gemela de la impotencia, y est¨¢ indignado porque le acaban de embargar de su cuenta del banco el dinero abusivo de una multa que le pusieron por dejar el coche aparcado 10 minutos dentro de una gasolinera de la calle de Alberto Aguilera, al fondo de sus instalaciones y junto a una pared, y que los polic¨ªas-cobradores convirtieron en una imaginaria zona de tr¨¢nsito al ponerle una falsa denuncia por "interrumpir gravemente la circulaci¨®n". O sea, que fue v¨ªctima, literalmente, de una estafa. Juan envi¨® varios recursos, pero sin ninguna fortuna, porque la burocracia se ampara en una perversa l¨®gica circular: o demuestra usted que el agente miente, o deducimos que dice la verdad. La conclusi¨®n a la que ha llegado Juan Urbano, que es de los que piensan que la salida del horror es el humor, es que para ahorrarnos disgustos mientras nos hacen gastar dinero, deber¨ªan de obligarnos a pagar directamente, a principios de a?o, el tanto por ciento de multas que le corresponda como cuota de la financiaci¨®n extraordinaria del Ayuntamiento. O sea, algo parecido a lo que hacen los grandes almacenes cuando incluyen en el presupuesto los robos que saben que van a sufrir.
Tengan cuidado en estos d¨ªas en que sus autom¨®viles van a recorrer largas carreteras y a retomar su sitio en la ciudad: estamos en alerta marr¨®n, que es cuando existe serio riesgo de que la ley te meta la mano en la cartera. Por lo dem¨¢s, no pasa nada.
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