Espa?a, una luz en el fondo

Si Espa?a no lo remedia el domingo, el fondo espa?ol, el vivero de medallas, alegr¨ªas y dem¨¢s, aquel oasis en medio del desierto que calmaba a los sedientos y confortaba a los ateridos, el man¨¢ econ¨®mico que permite la subsistencia invernal de decenas de crossistas y el oto?al de otros tantos especialistas en millas urbanas, se habr¨¢ transformado en Berl¨ªn en un pozo de l¨¢grimas m¨¢s. Excepciones aparte -Marta Dom¨ªnguez, Mayte Mart¨ªnez, Natalia Rodr¨ªguez, individualidades nacidas fruto de su propio car¨¢cter, de su coraje, y de su clase-, no hay d¨®nde agarrarse, d¨®nde encontrar sombra, ya en mitad del desierto. Excepciones aparte, esto es, Jes¨²s Espa?a. Del 800 para abajo, hist¨®ricamente, nada. Del 800 para arriba, por primera vez, nada, o casi nada. As¨ª est¨¢n los hombres: ning¨²n finalista, ni siquiera semifinalista, en 800 metros; ninguno en la final de 1.500; ning¨²n finalista en 10.000 metros. La ¨²nica esperanza, Espa?a, el domingo, la final de 5.000 metros. El chico de Valdemoro, el campe¨®n de Europa, el ¨²nico espa?ol que la disputar¨¢.

Otro atleta de car¨¢cter. Otro atleta capaz de llevar a su cuerpo m¨¢s all¨¢ de donde m¨²sculos, tendones y coraz¨®n pensaban que pod¨ªan llegar.

"Viendo la lista de salida, viendo que hab¨ªa ocho con mejor marca y m¨¢s nombre, podr¨ªa haber dicho, 'no salgo, porque, total, me van a ganar', dijo Espa?a, de 31 a?os, que qued¨® quinto tras cient¨ªfica carrera y medido sprint en la semifinal, clasific¨¢ndose directamente por puestos. Viendo que corr¨ªa con Kenenisa Bekele, el cuatro veces campe¨®n mundial de 10.000, el autor del gran doblete de Pek¨ªn 2008, con varios kenianos, et¨ªopes y estadounidenses -los blancos, que han encontrado la esperanza en el fondo-, y hasta con Shaheen, el portento del 3.000 obst¨¢culos, que ha dado el salto de distancia; lo sensato habr¨ªa sido quedarse en su sitio, ver a todos dar vueltas, terminar atr¨¢s y decir que hab¨ªa hecho lo que hab¨ªa podido. Pero Espa?a, como todos los que tienen cabeza de campeones, no es un hombre sensato. O no, al menos, en ese sentido. Porque corriendo, midiendo sus esfuerzos, calculando ritmos, zancadas y tiempos, es la sensatez personificada. La calculadora humana. "Como sab¨ªa que en el medio del grupo [manejado a buena y regular marcha, 2m40s el kil¨®metro, por los kenianos, que buscaban cansar a Bekele y eliminar a su compatriota Abdosch, quien hab¨ªa parado para ponerse una zapatilla huidiza a los 100 metros] los tirones, codazos y acelerones me iban a molestar, me coloqu¨¦ a cola, controlando, dejando un par de metros delante de mi zancada, que es muy amplia, y si me pego me toca acortar y alargar", dijo. "Despu¨¦s, en la ¨²ltima vuelta, pude esprintar bien y pasar a algunos con mejor marca y m¨¢s nombre, que yo".

Finalista (s¨¦ptimo de 15) en Osaka, Espa?a espera el domingo mejorar ese puesto ante los monstruos africanos de la distancia. No le acompa?ar¨¢ ninguna camiseta roja m¨¢s. No pasaron ni Sergio S¨¢nchez, el leon¨¦s que lleg¨® pasado de forma tras pasarse invierno, primavera y verano corriendo sin parar; ni Alemayehu Benzabeh, el nacido et¨ªope que corre como espa?ol desde Pek¨ªn, y que, dolorido en una tibia, lleg¨® sin apenas haberse entrenado bien en las ¨²ltimas semanas.