Jueces metidos a m¨¦dicos
Abortos en menores, esterilizaciones o cambio de sexo requieren muchas veces de una sentencia - El caso de la chica transexual de Barcelona plantea la incongruencia del sistema
Un juez tiene en sus manos facilitar o retrasar que Mar¨ªa, de 16 a?os, haga una vida normal. La joven transexual (nombre supuesto) ha estado durante el ¨²ltimo a?o y medio hormon¨¢ndose para tener el cuerpo de mujer con el que se identifica. Seguramente viste y se comporta como la chica que siente que es, aunque ello le ha costado cambiar de centro escolar y un rechazo que le ha llevado a intentar suicidarse. Ahora ha pedido autorizaci¨®n para ir m¨¢s all¨¢ y operarse para modificar los rasgos masculinos con los que naci¨®. Su familia y su m¨¦dico est¨¢n de acuerdo. Pero eso no basta.
El C¨®digo Penal de 1995 establece en su art¨ªculo 156 que las esterilizaciones y cirug¨ªa transexual son lesiones. Si el afectado es menor de edad, no vale con que ¨¦l o sus representantes den su consentimiento. La decisi¨®n queda en manos de un juez. "Es la primera vez que se plantea este asunto", afirma Ricardo de Lorenzo, abogado especializado en temas sanitarios (es el presidente de la asociaci¨®n espa?ola de estos expertos). Y achaca la situaci¨®n a que "en Espa?a no est¨¢ regulada la mayor¨ªa de edad sanitaria", como lo est¨¢ en otros pa¨ªses. En Francia, por ejemplo, est¨¢ en los 15 a?os; en Reino Unido, a los 16.
Falta una "mayor¨ªa de edad sanitaria" que facilite las decisiones
A los 16 no se puede donar un ¨®rgano, pero se podr¨¢ abortar
La Ley de Identidad de G¨¦nero s¨®lo sirve para mayores de edad
El legislador teine miedo de que haya arrepentimiento, dice un penalista
Lo que s¨ª hay es una edad m¨ªnima para que los pacientes den su consentimiento, aclara De Lorenzo. La Ley de Autonom¨ªa del Paciente, de 2002, la establece en 16 a?os. Pero hay excepciones: interrupci¨®n del embarazo, tratamientos de reproducci¨®n asistida y participar en ensayos cl¨ªnicos; no dice nada de cirug¨ªa de reasignaci¨®n de sexo, "y nadie lo tiene claro, ni la ministra de Igualdad [Bibiana A¨ªdo] ni el de Justicia, como se ha visto con el debate de la nueva ley del aborto", dice el abogado. As¨ª, resulta que para donar un ¨®rgano hay que tener 18 a?os; para abortar bastar¨¢ con tener 16; para someterse a una cirug¨ªa de reasignaci¨®n sexual, 18; para operarse del coraz¨®n, 16; y hay que tener 18 para participar en un ensayo cl¨ªnico, se?ala De Lorenzo como ejemplos del "l¨ªo".
Para el profesor de Derecho Penal de la Universidad de Granada Octavio Garc¨ªa P¨¦rez, en el fondo de toda esta diversidad normativa hay un problema m¨¢s serio: "La Ley de Protecci¨®n Jur¨ªdica del Menor establece que ¨¦stos son titulares de derechos", pero la regulaci¨®n est¨¢ "muy dispersa". Para algunos asuntos no se les considera capaces para decidir hasta los 18 a?os y, en cambio, "para lo malo pretendemos bajar a 12 a?os la responsabilidad penal". "Deber¨ªamos partir de la capacidad natural de juicio de los menores en cada caso", afirma Garc¨ªa P¨¦rez. "Aunque no estemos de acuerdo con las decisiones que puedan tomar", matiza.
En el caso de Mar¨ªa, el profesor no duda en defender una interpretaci¨®n m¨¢s laxa de la legislaci¨®n. No obvia que la cirug¨ªa de cambio de sexo est¨¢ incluida en el C¨®digo Penal como un delito de lesiones "para proteger la salud de las personas". Pero por eso mismo, "no pueden estar prohibidas las intervenciones que no s¨®lo no perjudican la salud, sino que la mejoran", dice.
Garc¨ªa P¨¦rez argumenta que la inclusi¨®n de este tipo de intervenciones en el C¨®digo Penal junto a las esterilizaciones puede ser contradictoria. "A nadie se le ocurre pedir un permiso judicial para operar a un menor al que hay que extirparle los test¨ªculos o los ovarios porque tiene un c¨¢ncer", aduce.
Un criterio similar es el que ha usado el m¨¦dico de Mar¨ªa, Iv¨¢n Ma?ero, jefe de la unidad de trastornos de g¨¦nero del hospital Cl¨ªnico de Barcelona. "Resulta chocante que a una menor se la considere madura para abortar, pero no para cambiar de sexo", apunta. Para ¨¦l, no hay duda: "La transexualidad es una enfermedad que se deber¨ªa tratar. Si a un menor con leucemia no le trat¨¢ramos, nos echar¨ªamos las manos a la cabeza. Pues esto tambi¨¦n es un problema de salud".
Ma?ero -"probablemente el m¨¦dico que m¨¢s casos de transexuales ha tratado en Espa?a", seg¨²n Pedro Zerolo, secretario de Movimientos Sociales del PSOE y ex presidente de la Federaci¨®n Estatal de Lesbianas, Gays y Transexuales-, deb¨ªa de saber que con ese criterio se estaba metiendo en un jard¨ªn. Aunque en rigor tiene raz¨®n (los principales listados internacionales de enfermedades, como el DSM-IV o el CIE-10, todav¨ªa incluyen la transexualidad o la disforia de g¨¦nero), esta situaci¨®n puede empezar a cambiar. La Asociaci¨®n Americana de Psiquiatr¨ªa -una referencia en este campo y la organizaci¨®n m¨¦dica que abri¨® la puerta a la descatalogaci¨®n de la homosexualidad como enfermedad- est¨¢ debatiendo precisamente sacar el transexualismo de su lista de patolog¨ªas. Porque esta condici¨®n es muy especial: no se trata de un trastorno propiamente dicho, pero necesita una intervenci¨®n m¨¦dica para solucionarse.
Una de las primeras organizaciones de afectados en reaccionar a las palabras del m¨¦dico ha sido la Asociaci¨®n de Transexuales de Andaluc¨ªa (ATA). "?Acaso alguien sigue defendiendo que una circunstancia personal como es la maternidad sea una enfermedad, por m¨¢s que en algunos casos requiera hasta intervenci¨®n quir¨²rgica (ces¨¢reas)?", afirma.
La veterana activista Kim P¨¦rez matiza: las personas transexuales "no requerimos que se nos atienda porque suframos de ninguna patolog¨ªa o trastorno, puesto que nuestra transexualidad es s¨®lo una variante natural de la sexualidad, sino por los obst¨¢culos sociales que encontramos en nuestro derecho a la libre expresi¨®n humana, y en el dolor y la angustia con que estas dificultades han llenado nuestras vidas".
Tambi¨¦n el congreso espa?ol de sexolog¨ªa que tuvo lugar en Le¨®n hace un a?o entr¨® en el debate: "La transexualidad no es necesariamente una enfermedad y, menos a¨²n, una enfermedad mental", dijo la presidenta de su comit¨¦ cient¨ªfico, Miren Larraz¨¢bal.
La diputada del PSOE Carmen Mont¨®n, que fue ponente de la llamada Ley de Identidad de G¨¦nero, aprobada en 2007, insiste en que la ley no regula las condiciones para operarse, sino las necesarias para cambiar los papeles de una persona transexual de manera que reflejen el nombre y sexo que siente como propio. Para ella, fue un gran ¨¦xito que se consiguiera que no se exigiera la intervenci¨®n quir¨²rgica de reasignaci¨®n de sexo, sino "que ha sido tratada m¨¦dicamente durante al menos dos a?os para acomodar sus caracter¨ªsticas f¨ªsicas a las correspondientes al sexo reclamado". De esta manera, se permit¨ªa el cambio de papeles sin operaci¨®n.
Para Zerolo, que tambi¨¦n estuvo muy implicado en la ley, el caso de Mar¨ªa demuestra "que hace falta un desarrollo reglamentario" de la norma "para recoger esta casu¨ªstica", que aunque "no sea la habitual", es importante.
No se trataba de una ley caprichosa. Quer¨ªa facilitar la vida a unas 3.000 personas en Espa?a. Porque la transexualidad no es algo tan minoritario. Aproximadamente uno de cada 14.000 beb¨¦s con genitales masculinos alberga una identidad femenina. El proceso contrario se da aproximadamente en uno de cada 35.000 ni?as. Aplicado al padr¨®n espa?ol, unas 3.000 personas, a las que hay que a?adir muchos transexuales extranjeros que buscan refugio en Espa?a. Porque vivir con una identidad sexual que no se corresponde con la biol¨®gica se paga caro en muchas partes. La ONG internacional Transgender Europe calcula que cada tres d¨ªas una persona transexual es asesinada en alg¨²n lugar del planeta.
En teor¨ªa, Mar¨ªa est¨¢ a punto de cumplir los requisitos para cambiar sus papeles. Por lo que se ha sabido, lleva ya a?o y medio hormon¨¢ndose. Cuando cumpla los dos, ya habr¨¢ recibido el tratamiento m¨¦dico necesario para "acomodar sus caracter¨ªsticas f¨ªsicas a las correspondientes al sexo reclamado" que exige la ley.
Pero hay un inconveniente: dentro de seis meses, Mar¨ªa seguir¨¢ siendo menor de edad. Y la ley la excluye, salvo que se emancipe de sus padres. Mont¨®n y Zerolo apuntan a esa posibilidad para acelerar los tr¨¢mites que le permitir¨ªan operarse si lo desea y, sobre todo, cambiar los papeles. La diputada dice que, curiosamente, nadie, ni siquiera los colectivos de transexuales, plante¨® modificar el C¨®digo Penal cuando se debati¨® la ley.
Federico Montalvo, del despacho de abogados Asjusa, especializado en derecho sanitario, cree que una opci¨®n que hubiera evitado el recurso a los tribunales habr¨ªa sido que el caso de Mar¨ªa lo hubiera visto un comit¨¦ ¨¦tico del hospital. Claro que ¨¦l mismo admite que eso hubiera ocurrido "en caso de conflicto entre el paciente, sus padres y los m¨¦dicos, lo que no parece ser la situaci¨®n". De todas formas, en estos "casos frontera" tampoco cree que "sea malo" que intervenga un juez. Eso s¨ª, "habr¨ªa que habilitar una v¨ªa r¨¢pida para que lo haga".
En el fondo de la pol¨¦mica est¨¢ el miedo de los legisladores de que, si se permite el cambio de sexo muy pronto, la persona pueda "arrepentirse". "Por eso la ley es tan restrictiva, es muy protectora", admite el profesor Garc¨ªa P¨¦rez. "Pero en este caso, parece que lo tiene claro. Tiene todas las papeletas para ser feliz", dice Mont¨®n. "Los que hablan del cambio de sexo como un capricho no saben lo que dicen; no han estado cerca de una de estas personas y no saben por lo que tienen que pasar", afirma desde Valencia la diputada.
Aunque la parlamentaria admite que la idea de permitir el cambio a los menores ni siquiera fue compartida por muchos de los expertos que comparecieron en el congreso cuando se estaba debatiendo la Ley de Identidad de G¨¦nero. "Los del Colegio de Psic¨®logos nos aconsejaron que los dej¨¢ramos fuera", recuerda.
Jos Megens, de la unidad de g¨¦nero de la Universidad Libre de ?msterdam, lo tiene claro: "Cuanto antes se empiece la reasignaci¨®n de sexo, mejor. Si se consigue actuar antes de la pubertad, la terapia hormonal es m¨¢s efectiva. Las chicas no tienen la menstruaci¨®n, que es una de las cosas que m¨¢s les traumatiza, y las operaciones de extirpaci¨®n de mamas dejan menos cicatrices", afirma. "Los chicos enseguida se ponen fuertes; en tres meses de hormonaci¨®n nadie dir¨ªa que nacieron chicas", a?ade Zerolo.
En el centro de Megens han llegado a tratar ni?os de 6 a 10 a?os, aunque por cuestiones legales no empiezan la hormonaci¨®n hasta los 16 y retrasan la cirug¨ªa hasta los 18. Eso s¨ª, el m¨¦dico holand¨¦s afirma que s¨®lo un tercio de los casi 100 menores de 10 a?os que ha visto en su unidad eran aut¨¦nticos transexuales.
Gina Serra, la presidenta de la Asociaci¨®n de Transexuales de Catalu?a, cree que a partir de los ocho a?os un ni?o ya sabe si est¨¢ "en el cuerpo correcto". Tambi¨¦n la Federaci¨®n Estatal de Lesbianas, Gays, Transexuales y Bisexuales ha pedido "respeto para la identidad sexual de los menores". "En unas edades donde la integraci¨®n social es clave y el pronto tratamiento es b¨¢sico para un mejor resultado, judicializar la atenci¨®n sanitaria integral, retras¨¢ndola durante meses e incluso a?os, no beneficia ni social ni ps¨ªquica ni f¨ªsicamente a los afectados", afirma la federaci¨®n.
Mar Cambroll¨¦, su portavoz, insiste: "Si yo como adulta puedo solicitar una atenci¨®n sanitaria integral que incluye la cirug¨ªa de reasignaci¨®n de sexo, no entiendo por qu¨¦ una chica de 16 a?os, que tiene el apoyo de sus padres y una recomendaci¨®n sanitaria, tiene que pedir permiso a un juez. Si dicho tratamiento es necesario seg¨²n los m¨¦dicos, los padres y la joven y no pone en riesgo la vida de la persona que lo recibe, ?por qu¨¦ en estos casos hay que pedir permiso a un juez y en infinidad de otras operaciones o tratamientos no?".
Jos¨¦ Luis D¨ªez Ripoll¨¦s, profesor de Derecho de la Universidad de Granada, tambi¨¦n cree que en este caso la interpretaci¨®n es excesivamente rigurosa. "No creo que tenga que participar un juez". "Las intervenciones curativas, las que van a solucionar un problema de salud, mientras el paciente o, en su defecto, los padres consientan, se pueden realizar sin que, a mi juicio, se cometa un delito". D¨ªez Ripoll¨¦s cree que quiz¨¢ el asunto se ha judicializado porque as¨ª los m¨¦dicos "se curan en salud".
Sea por lo que sea, Mar¨ªa tendr¨¢ que esperar.
Un proceso para toda la vida
Carlos, transexual de 21 a?os, comenz¨® hace cinco el paso de ni?a a hombre. Para ¨¦l, "la parte psicol¨®gica fue la m¨¢s f¨¢cil. Ten¨ªa muy claro lo que era". La f¨ªsica no lo fue tanto. "Un d¨ªa decid¨ª que me vestir¨ªa de chico. Siempre". As¨ª comenz¨® todo.
Luego vinieron las hormonas. En su caso, una masculinizante (testosterona). "En tres meses ten¨ªa algo de barba. Empec¨¦ a ir al gimnasio, y me puse bastante cachas. Poco despu¨¦s se me fue la regla. Tuve suerte, porque empec¨¦ pronto y no me sali¨® casi pecho". Aun as¨ª, Carlos se ha hecho una mastectom¨ªa. Ahora, aparte de seguir hormon¨¢ndose -"eso es para toda la vida", dice-, duda sobre si quiere extirparse los ovarios y someterse a una faloplastia (creaci¨®n de un pene con su propio tejidos en el que se incluyen la uretra y el cl¨ªtoris). "Me han dicho que los resultados no son muy buenos, y mi novia no se queja, as¨ª que de momento lo voy a dejar", concluye.
El paso contrario (de hombre a mujer) empieza, la mayor¨ªa de las veces, de manera parecida: con un vestido y algo de maquillaje. Tambi¨¦n depilaci¨®n (temporal o definitiva). Y hormonas.
La ley espa?ola ni siquiera pide tanto para aceptar el cambio de sexo: lo que importa es que la persona pase la "prueba de vida": que se comporte de acuerdo al g¨¦nero que siente como propio.
Pero hay mucho m¨¢s, y cada una llega hasta donde quiere o puede: implantes de pecho, extirpaci¨®n de la nuez, de los genitales; creaci¨®n de una vagina, feminizaci¨®n de los rasgos. Hasta clases para hablar y moverse. Porque, como dec¨ªa Agrado, el personaje de la pel¨ªcula Todo sobre mi madre, de Pedro Alm¨®dovar, "una es m¨¢s aut¨¦ntica cuanto m¨¢s se parece a lo que ha so?ado de s¨ª misma".
A falta de una mayor¨ªa de edad
En Espa?a las leyes no definen una mayor¨ªa de edad sanitaria, afirma el abogado Ricardo de Lorenzo, especialista en derecho sanitario. Por eso hay una dispersi¨®n de normas que fijan edades m¨ªnimas para algunas actuaciones m¨¦dicas.
- C¨®digo Penal de 1995. En su art¨ªculo 156 considera las esterilizaciones y la cirug¨ªa transexual un delito de lesiones. Para los menores de 18 a?os no hay consentimiento informado que valga, ni suyo ni de sus padres.
- Ley de Autonom¨ªa del Paciente (2002). Estipula que un paciente de m¨¢s de 16 a?os o emancipado ya puede decidir qu¨¦ tratamientos m¨¦dicos quiere recibir. Pero hay excepciones: La interrupci¨®n voluntaria del embarazo, la pr¨¢ctica de ensayos cl¨ªnicos y la pr¨¢ctica de t¨¦cnicas de reproducci¨®n humana asistida.
- Aborto. El proyecto que prepara el Gobierno rebaja la edad para decidir abortar hasta los 16 a?os.
- Otros. Un menor de edad no puede decidir donarle un ri?¨®n a su hermano, por ejemplo. En cambio, el protocolo catal¨¢n establece en los 13 a?os la posibilidad de recibir la p¨ªldora poscoital sin receta.
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