Concierto sordo para un edificio fantasma
Una docena de artistas sonoros ha hecho intervenciones en el vetusto edificio donostiarra de Tabakalera antes de su reforma
Joxean Mu?oz, director de Tabakalera, recorre el edificio con un ojo en el pasado, otro en el presente y un tercero en el futuro. Con el ojo del pasado va relatando a qu¨¦ se dedicaba en la ¨¦poca de la fabricaci¨®n de cigarrillos cada una de las estancias que vamos recorriendo. Con el ojo del presente observa con nost¨¢lgica satisfacci¨®n el estado actual de este edificio emblem¨¢tico en pleno San Sebasti¨¢n, su rom¨¢ntica decadencia, su est¨¦tica ruinosa. Y se apresta a explicar la exposici¨®n que celebra este fin de etapa, titulada Tabakalera suena. Con el ojo del futuro, explica de qu¨¦ manera ser¨¢ restaurado para su uso como centro cultural y de exposiciones de arte contempor¨¢neo. Hasta qu¨¦ punto va a guardar algo del estado actual y recuperar otro poco de su antiguo esplendor. La comparaci¨®n con otros centros de arte contempor¨¢neo que han conservado parte de la estructura industrial del edificio pese a su cambio de uso, como el Palais de Tokyo, de Par¨ªs, Mu?oz se apresura a distanciarse. "El Palais de Tokyo es como unos vaqueros de esos que venden ya agujereados", afirma. "Ellos incluso han acentuado esa est¨¦tica con elementos de derribo o de construcci¨®n incompleta. Se ve guay, pero en nuestro caso el edificio ya tiene todo eso. Lo que vamos a hacer es potenciarlo". El presupuesto total para la ejecuci¨®n de la obra que deber¨ªa estar terminada en 2013 es de unos 75 millones de euros. "Queremos que sea el eje de la cultura audiovisual en San Sebasti¨¢n", a?ade Mu?oz. "Nuestra apuesta ser¨¢ la del arte contempor¨¢neo y la imagen e intentaremos dar un salto cualitativo".
La ruta preparada incita al visitante a tocar o pisar los distintos materiales y percibir la sutileza de sus sonidos
El recorrido empieza en la escalera de acceso y lleva al antiguo comedor, donde est¨¢ instalada la pieza del suizo Pe Lang, Falling objects. En lo alto, 12 dispositivos dejan caer poco a poco 100.000 bolitas de metal sobre las viejas taquillas de madera de los trabajadores de la tabacalera. El visitante puede abrir o cerrar las puertas para que cambie el sonido que producen las esferas al caer como "lluvia helada".
En lo que era el almac¨¦n, con buena parte de las viejas estanter¨ªas met¨¢licas, el ingl¨¦s Will Schrimshaw ha situado sus Little Helpers, unos peque?os dispositivos que vibran sobre el metal y despiertan sus propiedades de resonancia. Marcello Liberato es otro de los artistas que lleg¨® a Donosti con una vaga idea de lo que har¨ªa y que termin¨® por utilizar materiales diversos de desecho encontrados en el lugar, como tablas, papeles, hojas secas y grava, que recicla construyendo una especie de precaria caseta en medio de un laberinto. La ruta preparada incita al visitante a tocar o pisar los distintos materiales y percibir la sutileza de sus sonidos.
Pero el plato de fondo de esta exposici¨®n est¨¢ en las tres ¨²ltimas piezas del recorrido. Patxi Araujo, que investiga desarrollos escenogr¨¢ficos de naturaleza interactiva, presenta su trabajo HDH. En un amplio espacio a oscuras, de unos cien metros de largo, proyecta sobre la pared una l¨ªnea que simula un horizonte con la l¨ªnea de la orilla de un mar sint¨¦tico. A medida que los visitantes se mueven por el espacio se forman olas y los sonidos de ese oleaje van creciendo. Un paisaje visual y sonoro.
Mikel Arce presenta una instalaci¨®n titulada WAV. Se trata de una pieza escult¨®rica con cuatro bandejas met¨¢licas con agua que tienen debajo sendos altavoces. ?stos reproducen una composici¨®n secuenciada de cuatro frecuencias extremadamente bajas, casi inaudibles, pero que producen en el agua una vibraci¨®n, una especie de "cosquilleo" que dibuja formas variables. La gran explosi¨®n viene al final en la instalaci¨®n del holand¨¦s Edwin van der Heide, titulada LSP Tabakalera. Otro gran espacio oscuro con dos emisores de luces l¨¢ser generan, en medio de una fina capa de agua en aspersi¨®n que llena todo el ambiente, dos tipos de figuras. Unas, por efecto de la humedad, parecen formas s¨®lidas, como planchas de luces de colores o tubos nubosos, que van cambiando con los sonidos electr¨®nicos que se generan. Mientras tanto, en la pared opuesta, se suceden las l¨ªneas oscilantes de distintos colores creando formas aleatorias. Unos ni?os que visitaban la instalaci¨®n la entendieron perfectamente nada m¨¢s entrar. Se met¨ªan entre las formas, corr¨ªan, intentaban coger la luz, chillaban de alegr¨ªa.
Lo cierto es que esta exposici¨®n de arte sonoro no es muy musical. "Otras exposiciones de arte sonoro en Espa?a han sido m¨¢s cl¨¢sicas en ese sentido", explica el comisario de Tabakalera Suena, Xabier Erquicia. Entendiendo por cl¨¢sicas, dentro de este arte multidisciplinar, piezas sonoras con voz o procesos musicales. "Nosotros pretendemos todo lo contrario, todo aquello que cuestiona el propio arte sonoro. Hay esculturas como la de Mikel Arce, que ni siquiera suena. O, al menos, que no se escucha. El sonido es s¨®lo un input, la vibraci¨®n de una membrana a baja frecuencia".
La intenci¨®n, en todo caso, es la de darle el mayor protagonismo al edificio en su actual estado. "La exposici¨®n se propuso como una forma de uso del espacio, tal como se encuentra ahora, antes de la reforma. Por eso invitamos a los artistas a visitarlo y trabajar in situ. Varios de ellos cambiaron radicalmente su idea inicial y terminaron llegando hasta donde no se lo esperaban. El edificio parec¨ªa pedir actuaciones de urgencia antes de desaparecer".
La definici¨®n de lo que es arte sonoro es compleja. "Es algo muy debatido, porque implica a artistas visuales que utilizan el sonido como materia", afirma Erquicia. "Se encuentra muy cerca de las m¨²sicas experimentales, pero la frontera entre una y otra es cada vez m¨¢s flexible e indefinida. El oyente es el que decide. En este caso mi idea era difuminar ese l¨ªmite", dice. "Algunos artistas son m¨²sicos y sus piezas suelen tener una versi¨®n musical en directo, como la de Van der Heide, por ejemplo. Pero, en general, se trata de arte sonoro en el contexto muse¨ªstico. En las facultades de artes pl¨¢sticas se incluye el arte sonoro dentro de la escultura, por la capacidad del sonido para ser modelado en diferentes espacios. De alguna manera, las esculturas sonoras son una extensi¨®n de la escultura cl¨¢sica. Se requiere cierta interactividad; es la persona, el espectador, el oyente, el que altera la obra con su presencia y sus movimientos". Una incitaci¨®n que propone este edificio fantasmal, como despedida y como celebraci¨®n de su futuro.
Tabakalera Suena. Tabakalera. Duque de Mandas, 52. San Sebasti¨¢n. Hasta el 27 de septiembre
![Aspecto de la instalaci¨®n del holand¨¦s Edwin van der Heide, titulada <i>LSP Tabakalera.</i>](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/MQSTDIG77G2TNISXPPZ3U7EV2Q.jpg?auth=d706afa7818d7c3886ee7e059579ce4285ddfc2238083eb413f36046207ff061&width=414)
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