La venta de m¨²sica renace
Las descargas gratuitas estuvieron a punto de matar al sector discogr¨¢fico. Una generaci¨®n de clientes j¨®venes se acostumbr¨® a la idea de que la m¨²sica deb¨ªa regalarse. A?o tras a?o, las ventas de discos compactos han estado cayendo en torno a un 15% anual. Pero el punto culminante de esta tendencia parece superado. Eso deja un paisaje inusualmente limpio para el crecimiento de las descargas de m¨²sica pagadas.
Este tipo de descargas suponen ahora el 35% de las canciones vendidas en Estados Unidos, de acuerdo con NPD, un grupo de investigaci¨®n de mercados. Es m¨¢s, siguen creciendo hasta un 20% anual, mientras que el volumen de discos CD baja aproximadamente al mismo ritmo. Eso significa que el n¨²mero de canciones vendidas en Internet superar¨¢ a los formatos tradicionales a finales del pr¨®ximo a?o. Por supuesto, dado que las canciones descargadas son un poco m¨¢s baratas, har¨¢n falta unos cuantos a?os para que los ingresos les sigan si las actuales tendencias se mantienen.
Es m¨¢s, las ventas de descargas musicales no deber¨ªan ser menos rentables. Fabricar un CD, distribuirlo y venderlo en una tienda cuesta, de acuerdo con la empresa de investigaci¨®n Almighty Institute of Music Retail, 6,4 d¨®lares. Estos costes desaparecen cuando la m¨²sica se distribuye por Internet. Un ¨¢lbum que cuesta 16 d¨®lares en una tienda es tan rentable como uno que se descarga por 10 d¨®lares.
Por desgracia, esto no significa que a las discogr¨¢ficas como EMI o Warner Music les esperen d¨ªas felices a la vuelta de la esquina. El sector podr¨ªa volver a pensar en el crecimiento, pero las sobras tendr¨¢n que repartirse muy ampliamente. Aproximadamente el 70% de las ventas de descargas se producen en el iTunes de Appel. La empresa tecnol¨®gica exige una parte de los beneficios, y su posici¨®n dominante le permite influir en los productores musicales. Apple ha conseguido en gran medida resistirse a la presi¨®n ejercida por las discogr¨¢ficas para que aumente el precio de venta de la m¨²sica.
Los m¨²sicos tambi¨¦n tienen cada vez m¨¢s capacidad de negociaci¨®n. Los grupos pueden distribuir con m¨¢s facilidad la m¨²sica en Internet por su cuenta, o amenazar con hacerlo y exigir mejores condiciones a las discogr¨¢ficas. Y los grandes comercios minoristas no se van a hundir sin pelear.
Kiss, el geri¨¢trico grupo de glam rock, acaba de firmar con Wal-Mart un contrato que da al minorista un ¨¢lbum exclusivo para vender mientras que el grupo obtiene un mayor porcentaje de beneficios. Las ventas de m¨²sica vuelven a crecer. Pero eso no significa que las grandes discogr¨¢ficas vuelvan a sus pr¨®speros d¨ªas de apogeo.
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