Hazlo (todo) t¨² mismo
En la eterna crisis del disco, las bandas (?hasta Hombres G!) buscan la luz de la autogesti¨®n.De la promoci¨®n a la distribuci¨®n, el axioma punk se impone.
Los m¨²sicos se rebelan. Contra sus contratos. Contra una industria ex¨¢nime. Un enfermo cr¨®nico sin m¨²sculo promocional, escaso personal y poco que ofrecer. Y no s¨®lo los que llevan a?os peleando a la contra. Ahora son los superventas los que promulgan que se puede sobrevivir sin discogr¨¢ficas. "Ya no las necesitamos m¨¢s. Su ¨²ltimo dominio, el de la distribuci¨®n, ha ca¨ªdo", sentencia en una entrevista Trent Reznor, l¨ªder de Nine Inch Nails.
Hombres G son los ¨²ltimos (siguen as¨ª el camino de artistas como La Excepci¨®n o el m¨²sico de jazz Dave Douglas) en apuntarse al mandato punk de "hazlo t¨² mismo", reconvertido para este siglo XXI -en el que la tormenta discogr¨¢fica perfecta parece no amainar nunca- en "hazlo todo t¨² mismo". Graban canciones nuevas y las ofrecen en Internet, gestionan ellos mismos sus conciertos y hasta se apuntan a dirigir videoclips. Con la independencia de la banda madrile?a, cae en el terreno de la autogesti¨®n todo un s¨ªmbolo de la m¨²sica comercial que ha hecho ganar mucho dinero a la industria espa?ola (Warner, en su caso). ?Por qu¨¦ transigir con las incomodidades del sistema cuando el barco se acerca peligrosamente al iceberg?
"Tienes una visi¨®n m¨¢s realista de d¨®nde est¨¢s", dice Quique Gonz¨¢lez
Emily Haines: "A lo mejor nos vamos a la mierda, pero lo habremos elegido"
Si desde hace a?os grabar canciones ya no es caro, como tampoco popularizarse por MySpace, los ¨²ltimos movimientos se refieren a la distribuci¨®n. Desde que Thom Yorke (Radiohead) lo trastocara todo al dejar EMI y ofrecer In rainbows gratis en su web, otros han decidido no depender de su sello. El grupo canadiense de pop-rock electr¨®nico Metric, de ventas moderadas, ha planteado un movimiento que antes habr¨ªa sido suicida. Con su cuarto disco en ciernes, se reunieron con varias compa?¨ªas. "Escuchamos lo que ten¨ªan que ofrecer y nos dimos cuenta de que cualquier opci¨®n ser¨ªa restrictiva para nuestra creatividad", cuenta su vocalista, Emily Haines.
Decidieron autofinanciarse. Formaron un equipo de unas 100 personas, "elegidas a dedo". En Espa?a tambi¨¦n lo han hecho, entre otros, Vetusta Morla o el cantautor Quique Gonz¨¢lez; m¨¢s por necesidad que por esp¨ªritu revolucionario, todo sea dicho. A peque?a o gran escala, el procedimiento es similar: subcontratar a mucha gente, como las distribuidoras Last Gang para Canad¨¢ y PIAS para Europa en el caso de Metric.
Otra novedad est¨¢ en la promoci¨®n. El madrile?o Huecco es un caso at¨ªpico: trabaja sin representante dentro de una multi, Warner. Con un asistente a sueldo en Espa?a, pacta tambi¨¦n con agencias de Europa y EE UU. ?l se gestiona su imagen, sus v¨ªdeos y sus actuaciones. "He reducido el gasto y tengo m¨¢s conciertos que nunca". Unos 50 este curso. "Me ha costado imponerme, pero es la ¨²nica manera de controlar absolutamente mi proyecto". Haines abunda en esa idea: en la edici¨®n de lujo de Fantasies, el ¨²ltimo ¨¢lbum de Metric, incluy¨® como material extra un collage de fotos tomadas por ella. Algo "quiz¨¢ no rentable", explica, "pero s¨ª muy significativo", que en una multinacional no les habr¨ªan permitido.
Los partidarios de la emancipaci¨®n defienden como principal ventaja la libertad. "Es todo cuesti¨®n de control sobre tu vida. En un sello convencional siempre hay alguien que te pide hacer algo que no quieres", dice Haines. Quique Gonz¨¢lez, que hace un par de meses se march¨® de DRO/Warner, explica otra ventaja: "Al hacer t¨² las cosas, tienes una visi¨®n m¨¢s realista de d¨®nde est¨¢s y de lo que generas. Las expectativas son las tuyas, no las de tu compa?¨ªa". Tras su divorcio de DRO, el compositor viaj¨® a Nashville para grabar su nuevo ¨¢lbum. Los gastos, de su bolsillo. Ahora busca "aliados para repartir la responsabilidad y que salga en las mejores condiciones".
Hay un detalle importante en la opci¨®n del juan palomo (as¨ª llaman a Huecco en Warner): sin intermediarios, el porcentaje de beneficio es mayor. "En iTunes, de cada d¨®lar ganamos 77 centavos; con una compa?¨ªa, habr¨ªan sido unos 22 centavos", argumenta en Los Angeles Times el co-manager de Metric, Mathieu Drouin. El riesgo, eso s¨ª, se acrecienta. Los miembros del grupo se han gastado sus ahorros, y han necesitado una subvenci¨®n de 50.000 d¨®lares del Gobierno canadiense.
Pero independizarse ?est¨¢ al alcance de todos? Alguno no lo ve claro. Javier Li?¨¢n, fundador del sello El Volc¨¢n: "Entiendo que haya artistas consolidados que se autofinancien las grabaciones, pero no un artista nuevo. Lo dif¨ªcil es llegar, eso no se consigue colgando tus temas. La promoci¨®n conlleva m¨¢s actuaciones".
En cualquier caso, da la sensaci¨®n de que las grandes discogr¨¢ficas (Warner, EMI, Sony BMG y Universal, que se reparten el 80% de las ventas) van un paso por detr¨¢s. Todav¨ªa estancadas en un modelo industrial en extinci¨®n (el CD), intentan paliar la ca¨ªda de las ventas exprimiendo los directos. Todas han renegociado los contratos para que el 10% de los ingresos de los conciertos (el 5% en el mejor de los casos) vaya a parar a la discogr¨¢fica. Algo que no hab¨ªa sucedido antes.
Alfonso P¨¦rez, A&R de Warner, lo justifica: "Dada la ca¨ªda imparable de las ventas
[en Espa?a en 2008 descendieron un 12% respecto a 2007, seg¨²n Promusicae], la ¨²nica manera de hacerlo viable era con una m¨ªnima participaci¨®n de sus actuaciones en directo". A Huecco el porcentaje de los conciertos no le parece "el fin del mundo", pero las formas "quiz¨¢ hayan sido agresivas". El rumbero entiende que se aplique esa cifra para la primera gira (la que depende directamente de la inversi¨®n en el disco), pero no ya para una segunda vuelta.
En este panorama variable, donde no tiene sentido mantener estructuras gigantescas, surgen otras iniciativas. Hace algo m¨¢s de un mes se present¨® la compa?¨ªa Polyphonic. Supone la uni¨®n de tres empresas, entre ellas la promotora de Brian Message, que ha trabajado con Radiohead. Sus responsables aseguran ofrecer un paso m¨¢s en la integraci¨®n de funciones del proceso productivo en una sola compa?¨ªa: grabaci¨®n, promoci¨®n, directo y merchandising. Tambi¨¦n permitir¨¢n a los artistas retener sus masters originales y sus derechos de autor.
Cabe preguntarse entonces si el negocio musical acabar¨¢ por ser un asunto solo de artistas. Es poco probable. Seguir¨¢ habiendo agencias, compa?¨ªas, managers, abogados... "Si no, tanto trabajo nos aplastar¨ªa", se?ala Emily Haines. Ahora bien: ?qu¨¦ pasar¨¢ con las discogr¨¢ficas? Para algunos son cada vez m¨¢s prescindibles. El guitarrista de Vetusta Morla, Guillermo Galv¨¢n, cree que despu¨¦s de lograr "lo m¨¢s dif¨ªcil" -triunfar despu¨¦s de a?os de trabajo-, deber¨ªan ofrecerles "algo muy grande" para que piquen. Prefieren trabajar en solitario. Y no les va mal. Metric, gracias al inter¨¦s que ha despertado su rebeld¨ªa, ha vendido "m¨¢s copias del ¨²ltimo disco en pocos meses que del anterior en cuatro a?os". Como dice Haines: "Existe la posibilidad de que todo se vaya a la mierda. Pero al menos habremos tomado nuestra propia decisi¨®n".
La crisis del disco: tormenta perfecta
- Napster, primera batalla. En 2000, las multis demandan y hunden a la promotora de intercambio de archivos MP3.
- Habituados a eMule. Los programas de intercambio P2P (eMule, Ares) acostumbran a los espa?oles a bajarse archivos gratis (1.200 millones de descargas en 2008). Se avecinan
leyes antipirater¨ªa.
- El ¨¦xito de Apple. La venta de m¨²sica online (iTunes, Pixbox) supera los 1.000 millones de descargas legales en EE UU en 2008.
- Thom Yorke, visionario. En 2008, Radiohead deja EMI y ofrece el ¨²ltimo ¨¢lbum
de la banda gratis en su p¨¢gina web.
- Y lleg¨® Spotify. El servicio de canciones en streaming amenaza el imperio de Apple cuando llegue a EE UU.
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