Contaminaci¨®n ac¨²stica
El descenso en la afluencia de turistas extranjeros a nuestro pa¨ªs es preocupante, pero totalmente comprensible. Salvo honrosas excepciones, nuestra oferta se basa en sol, alcohol, ruido, y servicios deficientes. Lamentablemente, nuestras autoridades insisten en promocionar este concepto hasta la saciedad. Para muestra un bot¨®n: la noche del pasado 27 de agosto se celebr¨® en la playa de Santiago de la Ribera (Murcia), el festival Ribera Electr¨®nica, 11 horas ininterrumpidas de chunda chunda con 15.000 vatios de sonido hasta las seis de la ma?ana.
Todo ello a escasos metros de indefensos residentes y veraneantes que hemos pasado toda la noche en vela tratando de entender c¨®mo es posible que el Ayuntamiento promocione semejante agresi¨®n al derecho al descanso. ?Cu¨¢ndo se dar¨¢n cuenta de que con esta estrategia obsoleta perderemos otro de los motores de la econom¨ªa de este pa¨ªs.
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